El atraso cambiario ha vuelto a situarse entre los principales temas en materia económica en los últimos días, pero en la realidad nunca ha dejado de ser uno de los tópicos fundamentales en materia de preocupación.
Para Uruguay la relevancia del tipo de cambio es fundamental y si bien la competitividad no es única, como país pequeño, se convierte en una espada de Damocles.
¿Por qué decimos “la espada de Damocles”? La metáfora griega se explica como la amenaza de un peligro persistente. La historia que quedó instalada, narrada por Timeo de Tauromenio, cuenta que Damocles era un miembro de la corte del rey Dionisio El Viejo. La frase queda explicando una situación de amenaza constante y sobre la debilidad que trae consigo una condición que implica poder, pero genera una desventaja. La realidad del manejo del tipo cambio es algo similar para el gobierno: maneja el poder de la tasa de interés, pero a la vez es una amenaza terrible sobre la economia y sus posibilidades de crecimiento.
Grave problema actual
La preocupación por el tipo de cambio está siempre presente en Uruguay por la relevancia que tienen las exportaciones, pero también otros sectores en los que es igual de importante el valor del dólar, como lo son el turismo y la venta de servicios al exterior. Si bien se analiza en muchas oportunidades como una realidad casi de corte estructural, se trata siempre de una puja de intereses entre diferentes sectores y grupos de poder, pero fundamentalmente como equilibrio entre diversas variables macroeconómicas que desde el gobierno se debe administrar como aspecto central de la política económica para el crecimiento de la economía. Un aspecto muy importante para tener en cuenta es la coordinación entre las diferentes funciones y objetivos de variables a nivel macro, no existe un único objetivo, sino que hay muchos importantes y se debe atender muchos a la vez. Sin dudas se hacen elecciones y siempre según el signo del gobierno puede adoptarse una u otra prioridad. Pero lo que debemos tener en cuenta es que existen temas que van mucho más allá del gobierno de turno y de temas ideológicos y que solo se sale adelante con crecimiento y competitividad, donde existen sectores clave a la hora de apuntar al crecimiento, producción y que se hace con una importante impronta de inserción internacional.
La tendencia muestra un importante deterioro
En el último mes y medio la baja del dólar ha sido la peor tendencia en más de dos años de baja. Los argumentos y explicaciones han sido muchas, pero la verdad es que no se han generado las medidas para atender la complejidad que trae los desajustes que llevan a un dólar bajo y con ello a una importante pérdida de competitividad que afecta a los sectores exportadores, a la industria nacional por importaciones que compiten con la producción nacional, la venta de servicios al exterior y el turismo, actividad que tuvo un importante crecimiento y que tiene grandes impactos a nivel de empleo y en las pequeñas y medianas empresas.
La competitividad acumula veinticinco meses negativos mientras el dólar cae por más de un mes. Además, si se mira el Tipo de Cambio Real (TCR) de acuerdo con los últimos datos publicados que muestran febrero 2024 respecto de 2023 se ve una baja de 1,41 por ciento, siendo el mes número veinticinco de baja, ya que la última mejora se dio en el mes de enero de 2022. Mirar este indicador es relevante ya que no alcanza con ver solamente el tipo de cambio como la cantidad de pesos uruguayos que se necesitan para adquirir un dólar. El tipo de cambio real es una medida relativa que aporta en términos de la competitividad real en la medida que incorpora la evolución de otros precios de referencia.
Equilibrios y cuidados en el plano de las variables macroeconómicas
La problemática del atraso cambiario tiene múltiples dimensiones y puede generar contradicciones con otros objetivos, como son la inflación y la recuperación del salario real, pero no son las únicas. El problema no es elegir entre una baja inflación y un conjunto de indicadores deseables en el año electoral, el objetivo deben ser siempre los equilibrios y cuidados en el plano de las variables macroeconómicas. De nada nos sirve una inflación baja y en las metas que no atiendan otros problemas fundamentales como tiene hoy Uruguay. Durante 2023 lo más destacado fue la baja inflación y la recuperación del salario real, y se daba el agravamiento de la diferencia cambiaria con Argentina en un contexto en el cual también el dólar tuvo un deterioro que permitió seguir subsistiendo. Pero en los hechos las afectaciones fueron tremendas y se mantienen inclusive hoy, cuando la situación de argentina tuvo un cambio y ya se acabaron parte importante de las excusas.
Cuanto mayor es el deterioro más difícil parece la salida y de acuerdo con las respuestas que se vienen dando, parece que puede ser un problema que deberá asumir el próximo gobierno, teniendo como base fundamental que mejorar la situación actual implica asumir potenciales conflictos en varias dimensiones entre las que está presente la inflación, el déficit fiscal, el poder adquisitivo de los salarios, entre otras. Pero entre medios se viene socavando parte importante de los sectores que producen bienes y servicios y que son las fuentes de crecimiento y generación de la riqueza.
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