Este año, la Escuela Multidisciplinaria de Arte Dramático (EMAD) cumple 75 años y además se trasladará de su actual sede de la calle Mercedes a un nuevo local propio, adquirido por la Intendencia de Montevideo para tales fines.
La EMAD ha sido desde su origen la institución nacional, pública y gratuita, por excelencia especializada en formación en artes escénicas. A ella se ingresa mediante una prueba y como requisitos solo se debe tener cumplido el bachillerato y ser mayor de dieciocho años (sin límite de edad). A las carreras básicas (Actuación, Escenografía, Iluminación y Vestuario) de cuatro años de duración, se agregan otros cursos abiertos específicos (como la formación permanente para docentes).
Para conocer más detalles de estos acontecimientos, nos entrevistamos con Laura Pouso, quien ejerciera entre 2017 y 2022 como asesora académica, y a partir de 2023 hasta 2025 como su actual directora artística. Dramaturgia, traductora, docente y productora, graduada de la EMAD es, además, licenciada y magíster en Artes del Espectáculo.
Habiendo cumplido poco más de un año como directora artística de la EMAD, ¿cuál es el balance que puedes hacer de tu gestión? ¿Cuáles fueron los desafíos que debiste afrontar? ¿Cuáles superaste y cuáles están pendientes aún?
Inicié mi gestión al frente de la dirección artística de la escuela tras haber sido durante dos períodos asesora académica de la institución. Acompañé la dirección artística de Santiago Sanguinetti primero y luego de Levón. Eso permite establecer una línea de continuidad y no hacer tabula rasa. Recibí una escuela ordenada, con claros caminos trazados, y desafíos y objetivos entendidos dentro de los equipos pedagógicos. Ser egresada de la carrera de Actuación es un valor agregado en mi perfil, ya que en los fundamentos de mi desarrollo profesional, académico y artístico la escuela ocupa un lugar central.
Cuando presenté mi proyecto a las autoridades del cogobierno me basé en tres ejes fundamentales. El primero: avanzar con el equipo pedagógico hacia la educación por proyectos (transversalizar los saberes de las cuatro carreras, Actuación, Escenografía, Iluminación y Vestuario, hacia el abordaje colectivo de proyectos comunes). Este primer eje de trabajo resulta fundamental ya que la Escuela es única en su género y especie en tener la confluencia de esas cuatro carreras de cuatro años de duración y 360 créditos. El hecho de que todos esos futuros artistas y profesionales del sector trabajen de manera colectiva y articulada desde cada campo disciplinar en proyectos comunes nos posiciona muy bien en el panorama de la formación artística. Estamos dejando de lado el poner el foco en qué hacemos para trasladar la mirada a cómo lo hacemos. El segundo eje tiene que ver con la apertura de la escuela y su integración al territorio, a la ciudad, al país y a la red de escuelas de formación artístico-teatral de otros países. Hemos diseñado y ofrecido una amplia propuesta de cursos abiertos, organizado exposiciones, propuesto workhops y masterclass para profesionales del medio (sean o no egresados de nuestra escuela), trabajado en territorio, establecido alianzas estratégicas nacionales e internacionales. En este segundo eje destaco particularmente nuestro programa de intercambio estudiantil con el máster de Creación Escénica de la Universidad Paul Valery de Montpellier (Francia), que constituye una excelente oportunidad para nuestros estudiantes y a su vez recibimos estudiantes de allá que finalizan su trayecto académico en nuestra Escuela Montevideo, lo que les da grandes oportunidades y dos de ellas se han quedado a vivir aquí. Todas las actividades que ofrece la escuela son completamente gratuitas y eso es muy valorado por los estudiantes extranjeros que tenemos de distintas procedencias. El tercer eje tiene que ver con la investigación y la extensión. En ese marco lanzamos una publicación periódica digital, afianzamos los espacios de laboratorios de creación que la escuela ofrece. En cuanto a extensión, se continúa en el eje de trabajo con las salas descentralizadas de la IM y en la generación de alianzas con otras organizaciones. Un claro ejemplo es el convenio con el Inisa para sellar el compromiso de la escuela en el trabajo con personas privadas de libertad que se viene haciendo desde 2017. El año pasado comenzamos a trabajar en el Centro Granja de Colonia Berro con adolescentes. Ellos pudieron presentar su trabajo de fin de cursos del taller de teatro en nuestra sede, acompañados de sus familias. Los desafíos están en el presente y en el horizonte. El teatro es trabajo, disciplina y constancia y es en equipo. En eso estamos.
Por tu formación y experiencia, manejas bases de datos tanto para el estudio de públicos como, en este caso, de tus estudiantes en la EMAD. ¿A qué conclusiones puedes arribar en cuanto a tendencias del alumnado? ¿A qué te lleva el análisis de esos datos?
Agradezco la pregunta. A la escuela se acercan aspirantes de todo el país, de todos los barrios, de todas las clases sociales. Tiene el espíritu de lo mejor de la escuela pública uruguaya. Hoy, el sistema de bedelía digital que inauguramos en 2023 permite a las personas inscribirse sin tener que trasladarse (eso es una ventaja para los ciudadanos, sin duda). Sin embargo, entiendo que hay que seguir trabajando en la conquista de la diversidad de perfiles. Por eso este año implementamos un programa de formación continua especialmente dirigido a profesionales de otras ciudades o localidades del país. Hay corredores culturales muy interesantes y de calidad, compañías prestigiosas de larga data, elencos estables independientes en muchos departamentos. Y son los propios estudiantes y egresados los que nos actualizan permanente de lo que sucede en sus lugares de origen. Ya este año afianzamos la idea con hechos, ofertando para el interior un programa virtual de actualización profesional gratuito con enfoque en escenografía, vestuario, iluminación, sonido, y también dando cursos introductorios, intentando captar talentos para las carreras de la escuela. Es importante también la inclusión de las comunidades trans y afro, en eso estamos. El año pasado en alianza con el Teatro Solís ofertamos un taller de técnica vocal para comunidad trans y disidencias. Hay estudiantes de todo el país y de todas las zonas de la ciudad, provenientes de familias de todos los niveles socioeconómicos, pero hay que seguir caminando el territorio, colaborando con los equipos de descentralización de la Intendencia de Montevideo para buscar el talento y la vocación donde esté y motivar a las personas a culminar el bachillerato, único requisito que tiene la EMAD, puesto que ya no tenemos límite de edad.
Este año se cumplen 75 años de la EMAD. Además de los festejos, ¿tienes pensado anunciar o ejecutar alguna actividad, programa o acuerdo que enmarque esta fecha tan especial?
Va a ser todo un año de trabajo intenso, y la celebración mayor es que para estos 75 años la escuela tiene, por primera vez en su historia, una sede propia. Un bello edificio, que perteneció a la comunidad israelita de Uruguay, diseñado por Isidoro Singer, destacadísimo arquitecto uruguayo, que cuenta entre sus obras el Auditorio Adela Reta. Una escuela de teatro se celebra trabajando, estando al servicio de nuestra vocación, acompañando los sueños de nuestros estudiantes, abriendo puertas y saliendo a la ciudad. Es lo que haremos. Tenemos una agenda muy variada y nutrida que acompaña la celebración de los trescientos años de Montevideo, que iremos comunicando para todos los públicos. Habrá un poco de todo. Tenemos equipos muy creativos y estudiantes entusiastas llenos de ideas que siempre agitan la escuela con entusiasmo. Se celebra con trabajo, pasión y apertura.
La vieja sede de la calle Mercedes, en la que la EMAD convivió durante años con Don Paulino, cambiará a otra. ¿Qué puedes adelantar de ese cambio locativo?
La comunidad educativa de la escuela lo vive con una alegría difícil de expresar. La escuela ha crecido mucho en los últimos veinte años y desde hace siete años viene ampliando su oferta académica con distintos diplomados. Circulan anualmente por la escuela entre quinientos y seiscientas personas en las carreras de cuatro años en doble turno, los cursos abiertos y los diplomados. Hasta ahora se venía funcionando en un edificio situado en el barrio Cordón y en nueve lugares más. Esta administración puso el foco en resolver, con un espíritu sumamente ejecutivo y sensible, corresponde decirlo, la situación edilicia de la escuela. El proyecto aprobado en la Junta Departamental trae como consecuencia un acontecimiento histórico para la educación pública, para la comunidad artística de nuestro país y relevante en el sentido de la toma de conciencia del posicionamiento de Uruguay como país productor de contenidos con presencia de talentos emergentes en las industrias culturales con mayor grado de desarrollo.
Ahora ha adquirido una notoriedad pública notable el actor Enzo Vogrincic, que es egresado nuestro, por ejemplo. Por la escuela pasaron desde Estela Medina, Thelma Biral, Sancho Gracia, Roxana Blanco, Osvaldo Reyno, Margarita Musto, Tabaré Rivero, María Azambuya… solo por nombrar algunas figuras. La escuela forma actores y actrices, escenógrafos, vestuaristas, iluminadores, dramaturgos, productores que luego son referentes no solo en teatro, sino en cine, televisión, carnaval. Que el gobierno de la ciudad haya visualizado el gran posicionamiento de profesionales producto de la educación pública a nivel regional y ahora mundial y haya previsto para su formación un edificio con características adecuadas para una escuela de este tipo es un gran acontecimiento cultural, sin precedentes. Es una apuesta por la educación pública. La logística resulta imprescindible, no solo para la formación, sino para poder recibir a más aspirantes y ampliar la oferta educativa alineándonos con las exigencias de los mercados culturales y de los creadores actuales. Te voy a dar un dato que puede ser ilustrativo de la notoriedad de la EMAD fuera de fronteras. Este año vinieron a cursar nuestro programa de formación en docencia de teatro y expresión corporal dos italianos. Vinieron especialmente de Italia para eso, se instalan en Uruguay un año a estudiar. Son ejemplos que nos alegran y nos alientan a seguir. En la región no hay otra escuela de estas características, en Europa son muy pocas. Avanzamos ahora hacia un teatro escuela, una escuela fábrica y fundamentalmente una escuela moderna revisando los planes de estudios en actuación y diseño que requieren actualización en materia de nuevos lenguajes y proyectando este espacio, que por supuesto ofrecerá espectáculos y exposiciones gratuitas abiertas a todos los públicos en pocos meses.
¿Qué objetivos y metas tienes a mediano y largo plazo y qué necesitas para poder cumplirlos?
El objetivo a cortísimo plazo es inaugurar la nueva sede durante el mes de abril y hacer efectiva la mudanza de cursos, oficinas, almacenes y talleres. Albergar todas las carreras y diplomados en el mismo edificio es un gran logro. El segundo objetivo fundamental para nuestra comunidad educativa es obtener el reconocimiento del MEC como institución educativa para poder luego presentar las carreras y que sean reconocidos los títulos de grado y posgrado. Esto nos permitirá avanzar hacia el máster en dirección escénica, en dirección técnica y en creación escénica. La escuela tiene ahora espacio y suficientes recursos humanos docentes como para enfrentarse a esos desafíos. También, la escuela propone junto con la Udelar, la DNC, INAE y Agadu la Tecnicatura en Dramaturgia (un proyecto que crece cada vez más y con excelente sinergia entre todos los actores involucrados). Nuestros títulos son reconocidos por universidades europeas y habilitan a cursar un grado máster allá. Eso te diría que es mi mayor ambición, si puedo permitirme tenerla en los dos años que me quedan al frente de la escuela. Estamos trabajando para eso, son procesos que llevan su tiempo, pero hay voluntad y confianza en que pueda concretarse. Es el camino que están recorriendo todas las escuelas de formación artística y teatral a nivel regional y también en Europa. Trabajamos en comunicación directa con muchas de ellas para avanzar juntos en el modelo escuela, que es complementario al modelo universitario. Ambas metodologías de enseñanza enriquecen al sistema educativo.
Dentro de las clases de gestión que tuve el gran gusto de dar en la EMAD, una pregunta a los estudiantes era dónde se veían en cinco años. Para mi asombro, la mayoría se veía en el exterior ¿Cómo ves ese panorama? ¿La diáspora y luego volver? Tu propia experiencia parece ratificar el fenómeno.
Hoy en día, y esto lo conversamos mucho con nuestros colegas de la EMAD de Buenos Aires, de la Resad de Madrid, del Instituto de estudios teatrales de la Sorbona o de la Universidad de Montpellier, la formación artística tiende a la internacionalización y por eso ponemos gran acento en la EMAD en los programas de intercambio y en programas de becas con apoyo de cooperación internacional para que los estudiantes participen en festivales e intercambios diversos. Que las comunidades estudiantiles se conozcan, nutran sus vínculos y desarrollen proyectos juntos es algo que puede cambiarles la vida. En el mes de octubre viajan a Francia dos egresados recientes a incorporarse al máster en creación escénica con apoyo de la Embajada de Francia y la Alianza Francesa de Montevideo, ahora en abril van a trabajar durante diez días en Suiza dos estudiantes avanzadas de la carrera de actuación a trabajar con cuatro estudiantes del máster en dirección escénica de la escuela La Manufacture de Lausanne y actores de la Comedia Nacional en un programa que tenemos con ellos y la Comedia. El año pasado fueron dos estudiantes avanzados a Chile a participar de proyectos internacionales. En octubre recibimos cinco estudiantes franceses que eligen la EMAD para terminar sus estudios aquí. Entre los franceses y los uruguayos ya hay dos espectáculos creados, uno incluso fue programado por el Teatro Solís. Otro se estrena en mayo. Son espectáculos biculturales, muchas veces bilingües. Eso ya está pasando.
¿Quiénes conforman tu equipo de trabajo?
El equipo de la EMAD es muy sólido y comprometido. Hay vocación por el teatro y vocación de servicio. Me acompañan en la dirección artística dos destacados egresados de la escuela, Valeria Fontán, secretaria general con sólida experiencia en la función pública y exquisita profesional, y Domingo Milesi, asesor académico con gran experiencia en educación y elaboración de planes de estudios y programas, director y dramaturgo al igual que Valeria. Luego hay 5 coordinadores de carrera, un coordinador técnico Daniel Bolioli que sobrada experiencia en teatros públicos e independientes asistido por Miguel del Ré, tres responsables de almacenes de vestuario, escenografía y utilería, dos responsables de talleres de vestuario y escenografía, personal administrativo y de bedelía, encargados de comunicación y producción, y nuestra bibliotecóloga Mónica Miranda, que lleva adelante la preciosa biblioteca Florencio Sánchez, especializada en teatro. Y luego un plantel docente sólido, con figuras referentes de la escena contemporánea conformado por 50 profesores de distintas disciplinas. Tenemos una página web muy completa donde se pueden consultar los perfiles de los docentes y los programas de todas las asignaturas. Tenemos un sistema de rotación docente para dar oportunidades a diferentes artistas y docentes del medio.
Por último, permíteme una alusión personal. Tú no eres una artista sin obra, como manifestaste en alguna oportunidad: eres una artista porque tienes la capacidad de enseñar y ayudar a concretar el arte de los demás. Eso es parte de lo que llamamos gestión y producción. La EMAD ¿forma para eso también?
Cuando indiqué que era una artista sin obra me refería a mi profesión de dramaturgista. Una dramaturgista es una artista sin obra que trabaja para la obra de otra persona. Trabajo desde hace más de veinte años la selección y programación de espectáculos teatrales, traduzco, apoyo la formación de nuevos dramaturgos y creadores, investigo para apoyar desde diversos planos, teórico, histórico, social, artístico, estético, la creación de un espectáculo de teatro. Tengo formación de actriz, pero mi trabajo artístico en Uruguay es como dramaturgista, aportando una mirada crítica al proceso creativo. Dirijo artísticamente la escuela desde la perspectiva integral que el dramaturgismo aporta, fortalecida por mi conocimiento en repertorio y en dramaturgia contemporánea, en traducción y en investigación y creación. Para esto me formé en Francia, en Uruguay no existe formación aún. Quizá en algún momento la escuela podría ofrecerla, pero en la lista de prioridades que he establecido se encuentra primero ofrecer dirección escénica y dirección técnica. Igual, siempre hay algún estudiante que le pica el bichito del dramaturgismo y se lo orienta y estimula. Hace veintiocho años que soy productora artística, la EMAD propone cuatro semestres de formación en gestión, producción y distribución. Salen preparados para autogestionar proyectos propios y de terceros y se destacan en el medio quienes deciden hacer de estas áreas su campo de desarrollo profesional. La producción es arte también, claro.
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