Las chacras bajas son las que mayormente sufrieron los seiscientos milímetros de lluvia que cayeron en marzo. Una nueva plaga provoca daños sobre el maíz, la chicharrita. La expectativa es cuánto afectará a este cultivo.
Los agricultores están mirando para el cielo, pero esta vez no precisamente para que llueva, sino, por el contrario, pidiendo una tregua para comenzar a cosechar. La soja está pronta, pero ahora el adversario es el reloj y los altos niveles de humedad en el suelo. “Da un poco de miedo decirlo, pero ahora estamos todos deseando que no llueva”, dijo a La Mañana el ingeniero agrónomo Álvaro Mesa, consultado sobre la situación por la que pasa la oleaginosa en el periodo de finalización de su ciclo. “Estamos medio nerviosos con ese tema”, indicó el profesional, quien acotó: “Precisamos condiciones buenas de humedad en la planta y en el grano”.
“Es increíble el año pasado estábamos nerviosos porque no llovía, ahora porque está lloviendo mucho” sostuvo quien marcó que la próxima semana estarán ingresando las cosechadoras en aquellas chacras que lo permitan.
Mientras las chacras comienzan a ganar un color amarillo por el fin del ciclo de la planta, el consultor y productor floridense espera que haya una buena cosecha y rendimientos acordes. Coincidió que el exceso de agua sobre todo en los campos bajos con poco drenaje ocasionó “algún problema de podredumbre”, aunque este escenario no abarcó a la mayoría de la producción.
Mesa explicó que los cultivos de soja y maíz, que son los de mayor participación en la producción agrícola del país, necesitan buena humedad a nivel de suelo cuando nacen “y mucha agua durante el proceso productivo” durante la floración y el llenado de los granos. Graficó que “si antes de sembrar te dicen que te va a llover bien en febrero o marzo” es lo ideal, porque es en los meses que necesitan mayores niveles de agua. Precisó que lo ideal, durante estos dos meses, son entre 250 milímetros y 280 milímetros, cuando lo que sucedió en marzo fue que cayeron seiscientos milímetros. Este excedente provocó en zonas bajas pérdidas del cultivo, aunque Mesa apuntó que no fue mucha área. Lo mismo sucedió en algunas zonas donde tormentas con piedra provocaron destrozos sobre el cultivo. “Los excesos nunca son buenos porque por supuesto que siempre traen daños”.
Sobre el escenario actual el profesional dijo que “es muy difícil ver una soja fea”, tanto las de primera como las de segunda. Igualmente, dijo que existe incertidumbre porque el estrés calórico que sufrieron en febrero “va a pasar factura”. Aun así, aseguró que se conseguirán buenos rendimientos, aunque “no récords como hemos tenido otros años”. La nota negativa es la ecuación económica que no estará en concordancia con los rendimientos, básicamente por los bajos precios del vegetal.
Otra plaga
La chicharrita enciende las luces amarillas en los cultivos de maíz y crea serios problemas para quienes desarrollan este sector. Se están reportando pérdidas importantes hacia el norte del país y se teme por una mayor incidencia en el maíz de segunda. La chicharrita es un insecto que funciona como vector capaz de transmitir los agentes de achaparramiento, capaces de limitar el rendimiento del cultivo. En el norte esta plaga ha ocasionado daños severos con pérdidas totales de cultivos; más hacia el sur las perspectivas es que genere daños importantes. “La verdad que el maíz de segunda calza muy bien en nuestro sistema porque se adapta a un rango de siembra amplio”, explicó Mesa. Ahora, con la chicharrita, “es una gran interrogante sobre todo en lo que podrá suceder el año que viene con el área de siembra”.
Sobre los rendimientos, el también agricultor dijo que en primera fueron entre “buenos y muy buenos”. De todos modos, aseveró que las siembras de primera son menores que otros años, especialmente por los problemas de déficit hídrico que se han tenido. En segunda, algunos problemas de implantación puntuales no fueron impedimento para que los rendimientos superaron las expectativas, sin ser los récords de otras zafras.
Bajos precios para trigo y cebada
De cara a las zafras de invierno, el panorama es incierto, teniendo en cuenta los precios deprimidos para el trigo y cebada. Mesa señaló que la ecuación es muy fina sobre todo “si pagás renta es hasta un milagro, con los precios de hoy, que te quede un margen positivo”. Con este escenario no avizora la implantación de mucha área para estos cultivos. “El invierno va a estar complejo”, aseveró. Dijo que es una rueda que no para de girar y admitió que las perspectivas para el próximo verano son complejas desde el punto de vista hídrico. Con este escenario está convencido de que en este invierno caerán las áreas de trigo y cebada. “Al no dar el numero la gente va a hacer menos gramíneas” y sí se verá mucho puente verde.
Hay que “agarrarse de este verano”. Las esperanzas estaban cifradas en esta zafra, “que parece que va a ser buena, pero te encontrás con un invierno donde no hay mucha perspectiva en cuanto a la ecuación económica y un verano que se anuncia bastante complejo”. Mesa recordó que el sector viene de una situación muy compleja, “de un año para atrás que no vale la pena ni repetirlo”, finalizó.
El precio de la soja para la referencia internacional marca un descenso para mayo, ubicándose en 434,90 dólares, e igual flecha para abajo en julio, llegando a los 439,25 dólares. En tanto, el maíz tuvo igual suerte y los precios para ambos meses también marcaron a la baja. En mayo el precio de referencia es de 170,55 dólares y para julio 175,40 dólares. El trigo no escapó a similar escenario de precios a la baja. Para mayo la referencia es de 207,30 dólares y para el séptimo mes del año de 228,05 dólares.
El mercado de precios local indica que la soja 2023/24 cotice a 399,00 dólares; el maíz seco a 150 y el trigo disponible a 180. En el caso de la colza, hubo un descenso de los precios. Para el mercado interno el precio es de 440 dólares e igual precio para la exportación, mientras que para la cebada MOSA es de 228 dólares la tonelada.
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