En la media hora previa del Senado se refirió a la importancia de facilitar a los pequeños productores la colocación de carne de ovina, para lo cual la faena predial o el uso de plantas móviles sería de mucha utilidad.
El martes 16 el senador Guillermo Domenech (Cabildo Abierto) planteó que la faena predial como el uso de plantas de faena móviles, ayudaría al desarrollo de pequeños y medianos productores que cuentan con una docena de ovejas en sus predios.
Al hacer uso de la palabra, el legislador comenzó señalando el “problema casi endémico” que tiene Uruguay con su “escaso crecimiento anual”.
“Hace décadas que el país crece muy poquito o casi nada”, y para “resolver sus problemas”, el país “necesita imperiosamente crecer” y con ese fin muchas veces se “invoca la necesidad de promover inversiones, generalmente grandes inversiones, extranjeras, grandes emprendimientos económicos, y no se piensa en la multiplicidad de enormes posibilidades que tiene el país a través de las pequeñas y medianas empresas”.
El legislador señaló que casi toda su vida ha estado “vinculado a la actividad agropecuaria”, y en ese tiempo ha visto “muchísimas familias abandonar el campo” con la pérdida de valor que eso implica, porque hay “una enorme potencialidad” en las tareas de “ordeñar una vaca, esquilar una oveja, partear un animal, hacer una rienda para un alambrado”. Todas “habilidades que no es fácil que una persona de ciudad desarrolle”.
“Hemos visto a muchísimos hombres y mujeres del medio rural emigrar”, con lo cual “el país ha perdido gente capacitada para el desarrollo de tareas que directamente inciden en la producción de los cuatro productos de mayor exportación de Uruguay”, la carne, la celulosa, los lácteos y los granos.
Recordó que la semana pasada cuando visitó Expo Melilla encontró “con cierta sorpresa” que “había una muestra muy importante de razas ovinas carniceras”, y destacó que actualmente y a diferencia de la lana que presenta problemas de comercialización, “la carne ovina da al pequeño productor rural una posibilidad que Uruguay no ha explotado debidamente”.
En Melilla Domenech se encontró con ovinos Dorper, “una raza carnicera que curiosamente no tiene lana sino pelo y por tanto le evita al productor el gasto de esquilar”; también “vimos un grupo de productores promoviendo la raza Suffolk, carnicera de muy poca lana”, entre otras.
En conclusión, “para los pequeños y medianos productores es imprescindible tener una salida para esa producción” de carne ovina; sin embargo “la industria frigorífica es reticente a la faena de ovinos porque tiene un costo mayor que la de vacunos”. Para saldar ese problema y apoyar a los pequeños productores, “sería muy interesante que el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca y el Instituto Nacional de Carnes estudiaran la posibilidad de autorizar, en determinadas condiciones, la faena predial o permitieran la utilización de plantas de faena móviles” como la que posee INAC.
Una medida de esa naturaleza “sería muy útil para darle a esos pequeños y medianos productores una salida eficaz a su producción”, concluyó.
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