El exceso de agua se da en todo el país. La diferencia de la zona agrícola de Soriano y Colonia con los departamentos del este es por la calidad de la tierra y la disponibilidad logística.
El ingeniero agrónomo Sebastián Falco, consultor de FAO y administrador de empresas agrícolas ganaderas ubicadas principalmente en los departamentos de Colonia y Soriano, dijo que en marzo y abril se han registrado acumulados de precipitaciones “que no veíamos hace años, y “por el momento en que estamos se empiezan a ver algunos problemitas”.
En los cultivos de verano “ya se vio algún problema por brotado de grano” como es el caso del maíz de primera que “prácticamente está terminando el área de cosecha a nivel nacional, y se ha visto alguna chacra afectada por germinado”. Aclaró que “no ha sido un problema generalizado, pero siempre es una complicación dependiendo un poco del destino para el cual se sembró”.
En el caso del maíz de segunda que ya se está cosechando para grano húmedo, “también se ha visto ese problema en algunos híbridos, y eso viene atado a la afectación de la chicharrita que genera el achaparramiento del maíz”. Uno de los problemas generado por este fenómeno es “la apertura anticipada de la punta de la mazorca, permitiendo el ingreso de más humedad y su permanencia por más tiempo”.
“Eso se ve” con la salvedad de que “cuando se cosecha como grano húmedo el problema es menor, en cambio es mayor en el maíz para grano seco, porque la recolección debe esperar a julio o agosto, lo que lleva a pensar que esas chacras de segunda serán las más complicadas”.
En soja, “la cosecha todavía es muy reducida a algunas chacras”, pero es claro que “falta piso, lo que lleva a que allí donde se está cosechando se generen problemas de huella, lo que se traduce como problema para el siguiente cultivo de invierno” por lo que los productores tendrán que “asumir costos en reacondicionamiento de chacras para retomar la uniformidad del suelo”.
El ingeniero Falco comentó que otro problema es que todo lo que ingresa a las plantas de acopio “tiene humedad superior al 16%, y es muy baja la cantidad de soja que se entrega con niveles óptimos”, de todas maneras “y de forma generalizada, las calidades son rentables. No tengo la información de enfermedades o roturas de vainas”, precisó.
De todas maneras “ya se nota nerviosismo en los productores y a nivel de técnicos por los atrasos que se están dando, porque hay chacras que ya se debían haber terminado o comenzado (a cosechar) y aún no se ha podido”. Eso lleva a un atraso que se verá luego en la siembra dado que no se pueden hacer las labores para el siguiente cultivo. Por ejemplo, se debería estar pensando o iniciando la siembra fuerte de canola, pero este será el primer cultivo en verse afectado porque tiene una fecha de siembra más temprana que otros. “Si el clima sigue así también la siembra del trigo se afectará”.
A todo eso “hay que agregar los problemas de recibo con los acopiadores y las secadoras colapsando rápidamente, es algo que ya ha pasado y sabemos a lo que nos exponemos, por eso es importante que cada empresa sepa decidir cómo cosechar, a qué darle prioridad, si hacer huella en el campo o esperar una posible mejora en el estado del tiempo”, planteó.
Sobre el sorgo dijo que también tiene sus problemas, pero “se lo ve bien y será un buen año” para él.
Consultado si hay diferencias con la situación de las chacras del este, Falco dijo que en esa zona “los cultivos se ven muy bien” a pesar de que también allí hay problemas por las lluvias y la humedad. “La diferencia está en la calidad del suelo”, precisó, además de que el este tiene inconvenientes logísticos por la disponibilidad de maquinaria y contratistas.
En el sector ganadero “lo más grave es el atraso en los verdeos de invierno”, añadió el entrevistado. “Eso es preocupante porque estamos en una fecha en la que deberíamos estar terminando esas labores para poder pasar a las agrícolas de manera concentrada, pero hay muchas chacras sembradas con avena, raigrás o praderas perennes que han sufrido podredumbre en las semillas y ya van por la segunda o tercera resiembra en algunos casos”.
De esa manera se ve “la complicación en la instalación de los verdeos y de esa comida temprana de otoño” que apuntaba a “llegar al invierno con buena disponibilidad de forraje”.
A pesar de los problemas mencionados, la contracara positiva es que “esta abundancia de agua da tranquilidad sobre los reservorios de agua para el ganado o pensando en una rotación agrícola”, considerando que “se pronostica una Niña desde la primavera”.
“Si comparamos la zafra anterior con esta, diría que esta abundancia de agua es preferible”, enfatizó.
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