La implementación del SAT es buena para la cadena cárnica, pero como toda herramienta nueva merece ser ajustada, si no lo hacemos “estamos castigando nuestro propio producto y eso no favorece a nadie”, dijo el vicepresidente de la Federación Rural.
En la tarde del lunes 6 de mayo la Junta Directiva del Instituto Nacional de Carnes (INAC) votó sobre la propuesta de la Federación Rural (FR) de modificar los parámetros empleados en el Sistema Automático de Tipificación (SAT) por considerar que no se ajustan a la realidad de los ganados que van a faena, lo que es perjudicial para el productor y la industria.
El delegado de la FR ante el INAC, Joaquín Martinicorena, confirmó a La Mañana que el resultado de la votación fue negativo: “La votación no salió. Hubo 4 votos por no cambiar y dejar el sistema como está, y 3 votos a favor” de la propuesta de la FR.
Los cuatro votos negativos fueron del presidente de INAC, Conrado Ferber, y los representantes de la Cámara de la Industria Frigorífica (CIF), de la Asociación de la Industria Frigorífica del Uruguay (Adifu), y el representante de las Cooperativas Agrarias Federadas y la Comisión Nacional de Fomento Rural (CAF/CNFR).
A favor votaron, además de la FR, la Asociación Rural del Uruguay (ARU) y el representante de la Asociación de Plantas de Faena en el Mercado Interno (Afpmi) y la Cámara Uruguaya de Procesadores Avícolas (Cupra).
El vicepresidente del INAC, Guido Machado, se abstuvo.
SAT aporta transparencia, pero merece ser ajustado
A fines de 2023 el INAC puso en práctica el funcionamiento del SAT, cuyo objetivo principal es estandarizar los criterios de tipificación de las reses en la faena, asociados al grado de desarrollo muscular y terminación, o sea, lograr la mayor eficiencia de toda la cadena cárnica, enfatizando en garantizar la buena competitividad, la capacidad productiva eficaz y mejora de los estándares de calidad de carnes. Desde el INAC se ha señalado que se trata de un sistema que aporta transparencia e información de mejor calidad para la toma de decisiones, tanto a nivel productivo como en relación con buenas prácticas de manejo en lo que refiere a problemas asociados con hematomas y abscesos. En definitiva, es una herramienta que mejora la información al productor ganadero y a la industria frigorífica, y por tanto positiva para un país fuertemente ganadero como el nuestro.
Sin embargo, su funcionamiento no ha sido del todo correcto y aunque es un instrumento positivo merece ser ajustado, dijo a La Mañana el Ing. Agr. Rafael Normey, secretario de la Federación Rural (FR) e integrante de la Junta Directiva del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) en representación de la FR.
Para entender la importancia del SAT y lo que significa en la evolución al momento de determinar la conformación y la terminación de las reses en frigorífico, Normey explicó que hasta entonces esa tarea se hacía por los funcionarios en el frigorífico y “a ojo”, a través de lo que se llamaba Inacur, donde I era la mejor conformación y la R la peor, y la terminación se valoraba en cinco niveles que iban de 0 a 4.
El SAT evoluciona ese sistema utilizando imágenes que califican según los criterios preestablecidos en el sistema, es automático y bajo los mismos parámetros para todos los frigoríficos; y otra novedad es que “abrió la escala”, o sea que en lugar de 6 niveles de conformación y 5 de terminación pasó a 12 y 10, respectivamente, “con diferentes subniveles en cada nivel” de valoración. Al ampliar la escala genera un nivel de medición “más fino”.
Actualmente en todas las plantas frigoríficas se suplantó el ojo humano por escáneres y aparatos que “determinan la tipificación de los ganados, y eso es lo que conocemos como SAT”, una tecnología que “existe en Europa y Estados Unidos”, pero que para Uruguay es totalmente nueva.
“A los productores se nos ha bajado el precio de las haciendas”
Al ser nueva y estar funcionando desde hace unos pocos meses, lo que sucedió es que “nos dimos cuenta, desde el inicio, pero con el paso de los meses pudimos confirmar, que el SAT es más exigente que el sistema anterior”, lo que lleva a que la tipificación de los ganados “sea peor ahora a lo que era normal en el sistema previo, y ahora hay más animales con ‘peor nota’”, expresó Normey.
Esa situación “se debe considerar en el contexto actual”, porque “la faena de estos últimos meses es de animales que provienen de una proporción habitual de terminación a corral y el resto a pasto. Pero esos animales a pasto llegan a faena en un momento de exuberancia forrajera con ganados en estado excepcionalmente bueno, y a pesar de eso el SAT tipifica sustancialmente por debajo a lo que era antes”.
Eso llevado a la práctica significa que “a los productores se nos ha bajado el precio de las haciendas. O sea que se remite el ganado a frigorífico con determinado precio, pero luego esos animales no llegan a determinado estándar de calidad por esta nueva tipificación, la industria baja los precios. Eso antes se daba en casos puntuales de animales, pero ahora son proporciones significativas los que sufren esa rebaja en el precio”, expresó el ingeniero agrónomo.
A su vez se genera el inconveniente de que “la industria, con esas tipificaciones peores, no puede disponer de esos animales para determinados negocios y eso distorsiona el funcionamiento de la cadena”.
La solución planteada
Ante esos hechos que perjudican a los productores y a la industria, Normey dijo que “hace tiempo estamos generando este diagnóstico y ahora avanzamos en un planteo de una posible solución, elevándolo a la Junta del INAC a través del delegado. La propuesta que planteamos es una solución sencilla, de fácil implementación y que nos dejaría a todos conformes, lográndose un sistema satisfactorio para todos y con las características de transparencia y objetividad necesarias”.
En concreto, la propuesta de la FR –ahora rechazada por la Junta del INAC– consistía en reducir las tipificaciones para recuperar los animales en el estándar básico para la mayoría de los negocios. “Era una solución fácil y favorable para todos, que no afectaba para nada el vínculo con los mercados internacionales porque se les enviaría la carne con la misma calidad de siempre”. En la FR “estamos abiertos en caso de que surjan otras alternativas”, agregó el dirigente.
Consultado sobre cómo toma la industria el planteamiento, dijo que “los delegados en el INAC entienden la situación, pero establecen que este es un momento oportuno para rediscutir el protocolo de la cuota Hilton. Nosotros no lo vemos así porque este problema del SAT es totalmente independiente de esa discusión”.
“La industria frigorífica aprovecha esta situación, generada a partir del SAT, porque hay una cantidad de animales tipificados C y no A como antes, lo que hace que no podrán cubrir la cuota Hilton. Se agarran de eso para rediscutir el protocolo, tratando de sacar provecho, pero son temas independientes”, comentó.
No es fácil cuantificar las pérdidas que se han generado porque hay que acceder a los acuerdos particulares entre las partes, “pero entre un 15 y 20% de animales están quedando con estándares de tipificación por debajo del sistema anterior”, y eso “en un momento de bonanza forrajera”, agregó.
¿Qué pasa después de la quinta balanza?
Por otra parte, se ha dado otra discusión sobre qué sucede con las medias reses después de la quinta balanza, luego de la cual se pierde la trazabilidad. Se da la posibilidad de que aquellos “animales que salieron con una tipificación por debajo de determinados parámetros, luego de la quinta los cortes individuales permitirían determinados negocios y puede haber escapes”, pero esa es “otra discusión”.
Lo importante es que se disponga de un buen volumen de animales y se haga justicia con la calidad del producto cárnico uruguayo, que es de alto nivel y alta calidad, y el sistema de tipificación tiene que hacer una adecuación a esa calidad. No puede ser que estemos enviado animales de altísimo valor, de poca edad, terminados a pastura, todo como siempre se hizo, pero resulta que cuando llega al frigorífico sale mal tipificado. Estamos castigando nuestro propio producto y eso no favorece a nadie”, subrayó.
Otros temas de la Federación Rural
El 24 y 25 de mayo se realizará en la Sociedad Fomento de Treinta y Tres el congreso anual de la Federación Rural. El viernes 24 se una jornada cerrada a las federadas de todo el país, y el sábado 25 es abierto a todo público.
La convocatoria se realiza bajo la consigna “El agro es la solución y no parte del problema”.
En la mañana participará el Ec. Milton Ramallo, que se referirá al enfoque económico de la situación actual; luego una charla de Walter Baethgen, que es vicepresidente de INIA y expondrá sobre “Cambio climático, mito o realidad”, con el agro como solución al problema y parte de él; y Verónica Durán, de Opypa, se referirá a los compromisos ambientales de Uruguay y explicará qué se está haciendo desde el gobierno respecto a estos temas.
En la tarde se brindarán los discursos tradicionales y se entregará a todos los precandidatos un documento con diez ejes temáticos que incorpora los aportes de las federadas.
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