Los productores podrán acceder al Fondo Agropecuario de Emergencia, y los bancos podrán dispondrán de líneas de apoyo. Mattos dijo que Uruguay no está preparado para los fenómenos extremos de la naturaleza.
El ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Fernando Mattos, ofreció el miércoles 22 de mayo, una conferencia de prensa en la que informó que se ha resuelto declarar emergencia agropecuaria para doce seccionales del país que son seis de Treinta y Tres y las otras seis de Rocha, lo que abarca un área de 1,2 millones de hectáreas que están en las zonas bajas y se han visto afectados “los rubros de ganadería, agricultura y algo de lechería”, dijo el jerarca.
Explicó que la medida se debe a los volúmenes importantes de precipitaciones que se han dado en las últimas semanas y al momento de realizar la conferencia “está lloviendo en esas zonas”.
El río Olimar registró una de sus mayores crecidas llegando “al borde del puente de la ruta 8, con una afectación urbana y de distintos rubros productivos” en un momento delicado porque se está por ingresar al invierno que es más exigente con el ganado y se está en la cosecha de arroz y empezando la soja.
La cosecha de arroz está “avanzada”, es un cultivo propio de la zona, pero también estamos “próximos a la cosecha de soja”, que tiene “menor tolerancia a la inundación, afectándose la calidad del grano y la productividad”, comentó.
En cuanto a la ganadería, “los productores tienen que retirar el ganado a las zonas más altas para salvarlo” y que puedan acceder a “algún tipo de alimento”. Las pasturas recién sembradas en la zona tienen una afectación directa por la inundación.
Con esa realidad y “a través de la declaración agropecuaria”, el Ministerio tendrá que diseñar medidas considerando también “la época en que estamos con la llegada de los primeros fríos”.
También hay problemas con la caminería rural que “no es resorte” del MGAP pero “a través de la emergencia vial declarada tenemos una participación activa para que esto se lleve adelante”, por lo que significa “sacar la cosecha con anegamiento, los caminos cortados, dificultades logísticas, el traslado de la cosecha a secado, la falta de disponibilidad de camiones y la suba de los fletes. Toda una problemática que hace que declaremos la emergencia agropecuaria a efectos de colaborar con el sector”, apuntó.
A partir de la declaración se viabiliza el uso del Fondo Agropecuario de Emergencia (FAE) con “sustentos a productores familiares” que podrán “solicitar algún tipo de apoyo financiero con alguna ayuda no reembolsable, además se plantearán contingencias forrajeras para compensar las pérdidas de peso de los ganados por la falta de alimentos. Los que están por fuera del FAE cuentan con la banca privada y el BROU que dispondrán de sus propias líneas”.
Quinta emergencia
Mattos señaló que es “la quinta emergencia declarada en este período de Gobierno con 18 postergaciones de plazo”, porque no ha faltado la adversidad climática: “Primero por sequía y ahora por exceso de agua”.
En 2023 la ayuda brindada fue “cerca de US$ 40 millones para productores en créditos subsidiados” que constituye la forma “en que el productor puede acceder a dinero de rápida y libre disponibilidad y que tiene un retorno con plazos acordados e intereses subsidiados”.
No estamos preparados
Señaló que “evidentemente no estamos preparados para enfrentar situaciones que alternan episodios cada vez más frecuentes y de mayor intensidad. Esta misma zona que está inundada, hace 4 o 5 meses estaba en sequía. Este es un tema estructural y el Ministerio está trabajando a efectos de poseer un sistema de adaptación al cambio climático”.
En la Estrategia Nacional para el Desarrollo Agropecuario (Senda) “hay un componente de desarrollo de riego como política de Estado que nos permita enfrentar de la mejor manera la situación”, igualmente, “las inundaciones son muy difíciles de arreglar, las medidas que podemos tomar son fundamentalmente por falta de agua”.
“Veamos lo que sucedió en Brasil a muy pocos kilómetros de nosotros. Tenemos que cuestionarnos si tenemos la capacidad y si estamos preparados para afrontar esta emergencia”, planteó, y se preguntó si Uruguay está en condiciones de enfrentar algo que tomaría décadas de recuperación y que se dio en tres días con lluvias de 700mm”.
“La causa del cambio climático es la acción humana, especialmente en los países desarrollados que se comprometieron a derivar recursos a los países en desarrollo que cada vez son más vulnerables al climática. El año pasado nosotros tuvimos la peor sequía de la historia, en todo el territorio nacional, con todos los rubros afectados, y tuvimos un crecimiento económico de 0,4%, y este año proyectamos tener del 3,5% al 4%. La suerte de nuestra economía tiene que ver con el clima, con el cambio climático y la adaptación que tengamos”, enfatizó.
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