Jorge Rodríguez: “Todo tiene un límite” y “todos los que estamos acá sabemos que en este escenario de atraso cambiario los productores grandes van a ser más grandes y los chicos van a ser cada vez menos. Lo sabemos todos y esa no es la ruralidad que queremos”.
En su discurso de cierre del 107 Congreso Anual de la Federación Rural, realizado el sábado 25 de mayo en la Sociedad Fomento de Treinta y Tres, el presidente de la Federación Rural, el Ing. Agr. Jorge Andrés Rodríguez, se refirió a los principales temas del sector.
Comenzó refiriéndose a la emergencia agropecuaria. Dijo que para ver y medir “las dificultades de la producción alcanza con ver lo que sucedió hace un año en el departamento de Treinta y Tres y lo que está pasando ahora. En ambas fechas la zona está en emergencia agropecuaria. En 2023 por seca y hoy por inundaciones, pasando de la peor seca de la que se tiene conocimiento a la segunda peor inundación que se conoce”.
Eso lleva a la Federación Rural a pensar en “lo fácil que es decir que una zona está en emergencia agropecuaria”, pero “nosotros queremos dar un paso más, y es que automáticamente con la declaración de emergencia se desencadenen todas las otras cosas que son las que realmente sirven, porque si bien la declaración libera fondos después cada instituto en cada lugar inicia un proceso que cuando llega la emergencia ya pasó y estamos en la siguiente sin que lográramos resolver la anterior”, como está pasando ahora cuando de la sequía evolucionamos al exceso hídrico.
De esas “cosas automáticas a la declaración de emergencia”, Rodríguez mencionó que se suspenda el pago de todos los impuestos hasta 120 días después de levantada la emergencia.
Además, “hay impuestos ciegos -municipales y nacionales- que no van atados a la producción, esos tienen que tener una reducción porque si no al año siguiente se suman cosas que no reconocen que no hay condiciones” para afrontarlas debidamente.
En ese sentido propuso que “el Banco Central habilite la postergación de pagos de créditos, incluidos intereses sin pérdida de categoría ni aumentos previsionales en las carteras de los bancos comerciales”.
Estas y otras medidas “deberán trabajarse con instrumentos como leyes, de tal manera que se activen las respuestas con el solo hecho de la declaración”.
Atraso cambiario
En materia cambiaria consideró que es buena cosa discutir el tema. Aclaró que desde la Federación Rural “nunca se dijo que el dólar tenía que estar a 58 pesos, lo que se hizo fue mostrar que era el valor que debería tener si no hubiera atraso cambiario”. “Creemos en la libre flotación de dólar”, precisó, y enfatizó que “en los últimos 20 años se da el atraso cambiario que es parte de la economía, y sin duda que tiene una enorme transferencia de los sistemas transables al resto de la sociedad”.
El atraso cambiario impacta por la “enorme transferencia” de la producción de alimentos y las exportaciones “al resto de la sociedad”, y en el sector primario “recibimos toda la cola de transferencia del tipo de cambio”, porque “para atrás de nosotros no hay nadie más”.
Reconoció como “muy importante la baja de la inflación, que es un logro para conservar”, igual que “el aumento del poder adquisitivo de la gente”, pero “no consideramos justo ni posible de mantener en el tiempo un lastre cambiario para nuestras empresas rurales”.
“El precio del dólar bajando es para la producción lo mismo que lo que le pasa al sueldo con la inflación, cada vez agarramos menos, y en el último año es 25% menos en dólares sin contemplar el efecto precio”, advirtió.
Corregir esa situación es necesario porque “todo tiene un límite” y “todos los que estamos acá sabemos que en este escenario los grandes van a ser más grandes y los chicos van a ser cada vez menos. Lo sabemos todos y esa no es la ruralidad que queremos”.
Agregar valor a lo que se produce
Cuestionó la deserción laboral en la cadena cárnica que llega al 30%. “Eso le pega a todo el sector, es una ineficiencia y los políticos tienen que encontrar la forma de que eso se solucione. No podemos tener 1 de cada 3 trabajadores certificados por enfermedad”.
“Tampoco estamos seguros de que no podamos mejorar en los acuerdos internacionales, que no podamos mejorar el pago de aranceles que pagamos para ingresas con nuestros productos. Ahí hay que trabajar más”, buscando y encontrando nichos, dijo, y exhortó a los dirigentes políticos y al futuro Gobierno en “pensar en avalar más proyectos de desarrollo, aunque algunos fracasen”, eso es preferible a “pensar en la plantilla de cargos por compromisos electorales”.
En la Federación “imaginamos un país en el que podamos agregar valor a los productos primarios”, y que cada vez que se genera carne o grano pueda sacarse “un producto procesado”.
Pero eso no pasa, porque “el sector agroindustrial, por diferentes temas de competitividad, genera costos en vez de agregar valor. Es lo que vemos con la lana, con el arroz, son ejemplos de competitividad que está faltando”, y “no piensen que queremos proteger empresas ineficientes, pero tampoco sindicatos caprichosos, eso no queremos, queremos libertad. Libre importación que garantice empresas competitivas no solo en el tema combustibles sino en todos los insumos que manejamos para ser los mejores en lo hacemos. No es un proceso inmediato, se necesita amortiguar”, y como dijo el presidente Luis Lacalle, “hacer piecito para que todos lleguen”.
Criticó que se apliquen “normativas ambientales importadas de países que terminaron con todo lo que había y ahora nos imponen a nosotros para que no lleguemos. Nosotros también queremos desarrollar nuestra sociedad”.
Es el momento de atender los caminos rurales
En lo local hubo un “atropello a la libre circulación” cuando “hace 25 años que peinamos balastro en los caminos municipales mientras hemos multiplicado por cinco la producción. En ese tiempo nos teníamos que haber dado cuenta que teníamos que hacer otra infraestructura a nivel rural”.
“Agradecemos la inversión que hizo el país en rutas nacionales pero es el momento de dar otro paso en caminos rurales”, y refiriéndose a los intendentes de preguntó si “no será el momento de pedir disculpas por no acompañar” y “poner multas y normativas anticonstitucionales a la libre circulación”.
“No puede ser que las máquinas municipales trabajen 5 horas de 24”, agregó.
Complementó que la guía del ganado se siga haciendo “en papel con carbónico cuando en el ganado tenemos la movilidad, la autorización del Ministerio de manera electrónica, tenemos el genoma del animal, sabemos cuándo nació, sabemos todo, y tenemos que llenar un papel. No puede ser, eso es atraso”. Por el contrario, “derogar el impuesto del 1% y habilitar la guía electrónica sería el primer paso de señal seria en materia impositiva en el siglo”.
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