Cuando Hitchcock filmó «La ventana indiscreta» en 1954 Overton todavía no había nacido.
No me atrevo a afirmar que Joseph Overton (1960-2003) concibió la ventana que llevaría su nombre cuando vio el film. Pero no es osado arriesgar que la mayoría de los mortales vemos la realidad a través de una ventana (el televisor sin ir más lejos…). Desde esa mirada construimos nuestras opiniones, nuestros odios y simpatías. Es más complejo, pero a lo que esta nota interesa, es que se puede manipular esa ventana para hacer prevalecer ideas o valores que no son aceptados. Se trata de moldear la opinión pública para imponer modelos que socialmente son rechazados.
Un buen ejemplo nos parece el caso de Irma Avegno, una dama que dio que hablar a principios del siglo XX y que se nos propone cien años después como una mujer «notable».
Hace unos años se estrenó con el auspicio del MEC, la obra teatral También hicimos Patria. Una loable intención de recoger el aporte de las mujeres en la «construcción de la identidad nacional». Al lado de Delmira, María Eugenia, Enriqueta…, aparece Irma Avegno. La nota biográfica del programa explica su inclusión:
«Irma Avegno (1881 – 1913) Mujer liberal y transgresora, en los albores del siglo XX se transformó en inversionista de numerosos integrantes de nuestra sociedad. Su manifiesto homosexualismo y una astucia peculiar la llevaron a conocer los secretos de varios integrantes del gobierno, lo que la transformó en una mujer peligrosa».
En el 2012, el MEC y el Correo, presentaron el «Sello de la Serie Mujeres Notables También hicimos Patria, un homenaje inspirado en la obra teatral.
En el acto, el entonces ministro Ricardo Ehrlich, expresó que según la RAE «no es correcto usar la terminología “todas y todos” [pero] es “políticamente correcto” utilizar una forma de expresión inclusiva».
Contrariando al exministro, para abordar el tema, sí vamos a utilizar el diccionario de la RAE.
Notable
«1.adj.Digno de nota, atención o cuidado. 3. m. y f. Persona principal en una localidad o en una colectividad».
Patria
¿Qué significa hacer Patria? Dice el DRAE: «merecer alguien bien de la patria. 1. loc. verb. Hacerse acreedor a su gratitud por relevantes hechos o beneficios».
Veremos qué hechos o beneficios pudo aportar a la Patria Irma Avegno.
Identidad nacional
«2. f. Conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás. 3. f. Conciencia que una persona o colectividad tiene de ser ella misma y distinta a las demás».
Esto no nos dice mucho porque no hace referencia a valores. Las comunidades de delincuentes tienen principios que les son propios. Por ejemplo «entre nosotros no nos robamos», y una infracción a esa regla es castigada con dureza.
Busquemos otra fuente: la Constitución. El Art. 7o. de la Carta establece la obligación estatal de proteger a los habitantes de la República en el «goce de su vida, honor, libertad, seguridad, trabajo y propiedad». ¿Y de qué debe protegerlos? De otras personas y de la actuación del propio estado a través del gobierno. Una vida con honor, libertad, seguridad, trabajo y propiedad es una cosa buena y debe preservarse. Estos son valores que hacen a la identidad nacional uruguaya. Como el fútbol, el mate, el idioma común. Aunque se haya dicho que los brasileños piensan que somos argentinos ocupando territorio del Imperio… Y Borges, que «por algo tienen los mismos colores las dos banderas».
Inconveniente
Irma Avegno fue, dicen, «una mujer inconveniente». Lo era, parece, porque tenía actitudes que en esa época eran mal vistas. Hacía cosas de hombre. Las carreras de caballos, la ruleta… Gestionaba préstamos bancarios o de particulares. Tenía cierta compulsión a gastar más de lo que ganaba. ¿Y a qué se dedicaba? Prestaba dinero a altos intereses lo que le permitía tener esa vida rumbosa que tanto le gustaba. Era sobrina del ministro de RREE Dr. Romeu, hija del legislador colorado Emilio Avegno. Y por cierto tenía esa «astucia peculiar» para utilizar sus habilidades y relaciones y obtener los recursos para su negocio.
Un buen día no le alcanzó el dinero para reponer a sus proveedores y se envolvió en la famosa «calesita» que cualquier víctima de una financiera conoce: un préstamo para pagar el anterior…
Empezó a falsificar vales imitando la firma de su amiga íntima Eulalia Rubio. Cuando no pudo más, cruzó el charco. Terminó suicidándose en Lomas de Zamora.
Metamorfosis
¿Cómo pasó de estafadora a víctima y luego a heroína? Generó poesías torrentosas; una recepción multitudinaria del cuerpo en el puerto montevideano; una procesión hasta el cementerio bajo lluvia de flores. El discurso de Ángel Falco -que por supuesto no la conocía-, comparándola con «Caperucita Roja».
El asunto desató la renuncia del ministro Romeu y su ruina -parte del dinero que manejaba Irma le pertenecía-. Abrió un debate sobre el suicidio en una interesante polémica entre el diario católico el Amigo del Obrero y los medios liberales. En medio del debate se suicidó un diplomático boliviano que había participado en el infortunado negocio. Después fue el padre de Irma, don Emilio, quien adoptó ese «recurso supremo de liberación».
Los mismos misteriosos caminos que la llevaron a su canonización civil, reflorecieron 100 años después de su desaparición física. «Hizo Patria», fue una mujer «notable» (aunque la acepción que parece más adecuada es la de digna de «cuidado») y «construyó la identidad nacional».
Es cierto que en esa época no estaba regulada la usura. Pero la estafa, la falsificación de documentos, la traición a los parientes y a su más que íntima amiga, difícilmente puedan considerarse una contribución patriótica. ¿Cuál sería ese aporte, entonces?
Compadecerla, explicarla, perdonarla, sí. Elevarla a los altares…
A la luz (o a la sombra) de esta breve reseña se comprende mejor por qué el exministro Ehrlich se negaba a usar el diccionario.