Siempre me gustó deambular por las calles de la Ciudad Vieja en las noches tenebrosas. No sé por qué. Era un desafío al peligro y al misterio que me apasionaban.
En una de esas noches, caminaba ensimismada en mis pensamientos, cuando siento a mi espalda unos pasos sordos que llamaron mi atención. Giro y me enfrento a un ser cubierto por una máscara blanca, de la cual solo resaltaban unos ojos oscuros con una expresión de dolor.
Esa mirada me impresionó y le ordené:
–¡Quítese la máscara, no me inspira miedo si eso es lo que se propone!
Me obedeció y se sacó la máscara y hablando con autoridad afirmó:
–Yo extirpo los corazones sin sentir la más mínima emoción.
–Es estúpido hacer algo sin experimentar ninguna emoción –respondí–. Lo que a usted le falta es vivir una vida con adrenalina. No va a sentir nada extirpando el mío. Pienso que sería una buena idea que yo extirpara el suyo. Le puedo asegurar que sentirá una profunda emoción, miedo, dolor y finalmente la muerte que vendrá a su encuentro.
Se mostró muy dispuesto y yo muy segura. Tomé entre mis manos el cuchillo que él tenía y se lo clavé en el corazón, excavé en círculos para poder extirparlo de raíz y sin ensuciar mucho. No lo logré a pesar de mi esfuerzo.
Me pregunté, el porqué de todo aquello. Entonces sentí una mano sobre mi hombro. Giré y era Dios.
Me miró y dijo:
–No lo lograste porque yo no quise.
El hombre de la máscara blanca se colocó la misma y siguió su camino. Me saludó con un:
–Gracias por el intento.
Por mi parte todavía tenía la mano de Dios sobre mi hombro, me miró fijo y dijo:
–Solo yo puedo extirpar corazones y, especialmente, los de las máscaras blancas.
–Haga lo que quiera, seguiré mi camino entre las callejuelas tenebrosas en busca de emociones. ¡Hasta nunca!
Sonrió y respondió:
–Hasta pronto, Marión.
María Derlinda Costa Tasistro
Primer Premio Categoría Cuento AEDI
Asociación de Escritores del Interior
María Derlinda Costa Tasistro nació en Montevideo el 9 de agosto de 1950. Es escritora y promotora cultural. Es miembro de varios grupos literarios en su país y en el extranjero. Premiada por su obra literaria en Uruguay y en el exterior, ha publicado ocho libros, el primero de ellos editado en 2001 en italiano, en Nápoles. Actualmente está radicada en La Paz, Canelones.
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