A partir del pasado jueves 11, bancos privados, el Banco República y las administradoras de crédito habilitaron el Programa Voluntario de Reestructuración de Deudas. Este se presenta como una herramienta que busca regularizar la situación crediticia de hasta 780.000 deudores a partir de la cancelación automática de los montos menores a 5000 pesos y refinanciaciones de los que alcanzan hasta 100.000 pesos, sin intereses y hasta en 36 cuotas.
Si bien se entiende que la medida adoptada va en línea con parte de lo que incluye el proyecto Deuda Justa presentado por Cabildo Abierto, el senador Guido Manini Ríos afirmó que existen diferencias y por tanto se continúa con la recolección de firmas. El plan presentado por actores financieros privados y con el apoyo del Banco República se refiere exclusivamente a las deudas contraídas con esas instituciones. En momentos en los que el país sufre todavía las consecuencias económicas provocadas por la pandemia y, posteriormente, por la histórica sequía, lo que aumentó significativamente la morosidad, la reestructuración no contempla las deudas contraídas con DGI y BPS, por ejemplo. En declaraciones brindadas al respecto a La Mañana por el director del BPS en representación del sector empresarial, José Pereyra de Brun, expresaba en referencia al proyecto de Deuda Justa que había que “controlar la usura del Estado”.
La Mañana consultó a la contadora Mariela Espino, gerente genera del Banco República, acerca del proyecto presentado y el rol del Banco República en él.
“En esta solución comenzaron a trabajar hace más de dos años, desde el fin de la pandemia, instituciones de la banca y administradoras de crédito, que con posterioridad nos invitaron a integrarnos. El Banco República, durante todo el proceso de la pandemia y con posterioridad a ella, ha buscado soluciones a familias, individuos y distintos sectores productivos. Hemos encontrado soluciones de prórrogas, diferimientos, bonificaciones en las tasas de interés para que los ciudadanos pudieran hacer frente al pago de sus obligaciones y no caer en una situación de mora. En ese sentido, nos pareció que, más allá de que el BROU había instrumentado muchas soluciones, esta estaba buena y no podíamos estar por fuera. Aunque el impacto en nuestra cartera no es tan grande, ya que es mayor en la banca privada y en administradoras de créditos, toda solución nos tendrá a apoyando”, afirmó la jerarca.
¿Cuáles son las características de esta solución que se ofrece?
Es un programa voluntario de reestructuración de deuda que incluye deudores que se encontraran en la categoría 5 de riesgo en BCU en abril de 2022, cuando terminó la pandemia, y que lo sigan estando actualmente. Para los que deban menos de 5000 pesos de capital habrá una remisión de deuda sin que sea necesario que el deudor haga ninguna gestión. Los deudores que deben entre 5 mil y 100 mil (por institución, ya que puede darse el caso de que una persona tenga deudas en más de una) pueden financiar, sin ningún tipo de mora o interés, hasta en 36 cuotas sin intereses. En este caso sí se necesita una gestión por parte del deudor, que es ingresar al sitio web que sirve para todas las instituciones: soluciondeuda.com.uy. Allí solo se pide cédula de identidad y número de teléfono. A continuación, se despliega un menú con las distintas instituciones y el cliente elige la deuda y el tipo de financiación, para quedar a la espera de la comunicación de las entidades correspondientes. Este es el único método dentro de este primer mes, posteriormente podrá hacerse de manera presencial.
Ante la posibilidad de que aparezcan intentos de fraude en las redes sociales, ¿qué se les puede decir a quienes se decidan a aceptar la propuesta?
Es importante resaltar el cuidado ante el fraude, por eso recalcamos el procedimiento: solo se puede hacer en el sitio antes mencionado y allí solo se solicitará la cédula y el teléfono del interesado. Si alguien llama ofreciendo soluciones, pidiendo claves o contraseña, es falso ya que es confidencial. Tiene que ingresar el propio cliente, no va a recibir solicitudes ni contactos si no inicia él mismo el trámite.
¿Qué sucede con la persona registrada en el Clearing de Informes?
No sé si todas las instituciones inscriben estas deudas en el Clearing, pero en el caso de las deudas menores a 5000 mil pesos el cliente pasa a estar al día y a poder operar otra vez.
¿Qué sucede a partir de la firma del convenio?
Una vez que se firma el convenio según la cantidad de cuotas, hasta 36, que elija el cliente, tiene que cumplirse. Si el cliente incumple con el pago de dos cuotas o más, el convenio cae y la deuda vuelve a su situación original, con todos sus intereses de financiación, moratorios y todo. Por lo demás, a medida que el cliente va avanzando en el pago, mejora su calificación en la Central de Riesgo del BCU. Cuando paga más del 20% del capital que debía, su calificación pasa de categoría 5 a 3. Eso va de la mano de lo que pueda suceder respecto al Clearing.
¿Quién toma la decisión de retirar del Clearing a un cliente? ¿La institución financiera que ofrece el convenio?
La va tomando a partir del momento en que el cliente mejora su categoría de riesgo, yendo de la 5 a la 3 y finalmente a la 1, que es “vigente”. Hay una norma del BCU que indica cuánto capital de deuda se debe pagar para mejorar de calificación, en función de esto la institución toma la decisión.
¿Este proyecto tiene puntos en común con la propuesta de Deuda Justa que impulsa Cabildo Abierto?
No me corresponde hacer apreciaciones desde el punto de vista político. Cómo dije antes, nosotros no participamos desde el principio en el grupo de trabajo que gestó esta solución, que surgió al finalizar la pandemia por la misma inquietud que sustenta el proyecto de Deuda Justa, es decir, la cantidad de uruguayos que estaban en una situación irregular con respecto al pago de su deuda. La pandemia no solo generó un problema sanitario, sino que provocó otros problemas colaterales: personas que perdieron el trabajo o pasaron ganar menos, que debieron incurrir en gastos de la salud y tantas otras dificultades. Creo que muchos actores de la sociedad uruguaya –entre ellos quienes impulsaron este proyecto y las propias instituciones financieras– tuvieron una preocupación por ese tema, que era evidente y afectaba a los segmentos socioeconómicos más vulnerables. De alguna manera, muchos actores trabajaron en paralelo para resolver un problema social tan importante.
Quizás esto no resuelva el 100% de los problemas, pero ayuda de manera importante. Esta iniciativa tiene que ir de la mano con la educación financiera. Hay que explicar lo que implica una buena conducta crediticia, un buen historial financiero, estar al día con el pago de las obligaciones números, evitar una marca de incumplimiento que perjudique a futuro. Sobre todo, hacia los jóvenes. Todos debemos hacer un esfuerzo en mantener un correcto historial crediticio. El atraso importa y mucho porque hace a nuestro historial como actores sociales.
A pesar de las ventajas comparativas con que cuenta el Banco República frente a otras instituciones a la hora de recuperar sus deudas, su presencia en el proyecto parece brindar mayor respaldo e impulso que determinó la decisión.
Efectivamente, el BROU, más allá de este proyecto puntual, siempre fue sensible a encontrar soluciones para las familias, las empresas, los productores, en los distintos momentos. Hemos tenido un déficit hídrico histórico y el banco estuvo en primera línea, apoyando para superar esa situación. El porcentaje de deudores del BROU en la totalidad de los que son abarcados por esta solución es menor, si se quiere, pero la presencia del banco aporta un impulso importante y le da fortaleza a esta propuesta, que es de toda la industria.
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