El equipo económico encabezado por la ministra de Economía, Azucena Arbeleche, dejó en claro en la Comisión de Presupuesto integrada con Hacienda de la Cámara de Diputados que el objetivo central es la inflación, sin tener en cuenta el tipo de cambio como una variante preponderante. En una larga comparecencia de seis horas se realizó una exposición sobre los números generales expuestos en esta Rendición de Cuentas.
Los representantes del Frente Amplio cuestionaron algunos aspectos, como lo destinado al combate de la pobreza infantil, el aumento de la deuda pública, el tipo de cambio y el no cumplimiento de la Regla Fiscal. La delegación que acompañó a Arbeleche estaba integrada por 45 personas, en su mayoría los principales del Ministerio de Economía y Finanzas, la DGI, la Contaduría General de la Nación, la Oficina de Planeamiento y Presupuesto y el Banco Central.
La ministra dijo a los legisladores que la estabilidad era la base central del gobierno. “No se puede dar más en políticas sociales cuando a la economía le va mejor y dar marcha atrás cuando a la economía le va peor. Lo que busca la Regla Fiscal, lo que busca esta nueva institucionalidad fiscal, es mantener en el tiempo las políticas sociales” sintetizó.
Técnicamente, Arbeleche lo sintetizó indicando: “Significa que el gasto público sea neutral al ciclo, que no baile, que no acompañe la política social al ritmo de la política económica; se tiene que mantener nuestra responsabilidad, mantener las políticas sociales. La ministra dijo a los diputados que para lograr ese objetivo no se debe comprometer la estabilidad económica y tiene que hacerse buscando la sostenibilidad de la deuda.
El objetivo de estos años de gobierno y que se mantiene para este último ha consistido en que “la deuda en términos del producto se estabilice sin aumentar la carga tributaria”. Por esta razón se termina atando de alguna manera la inflación con todo el resto del programa económico. “En la medida en que la inflación se mantenga en estos niveles actuales no habrá nuevos costos fiscales; no habrá un nuevo impacto fiscal negativo en términos de recaudación”, dijo la economista.
Frente a los cuestionamientos desde el Frente Amplio de que existe este año un aumento del gasto, la ministra defendió la teoría de que el gasto no aumenta de manera nominal, se mantiene, ya que lo que baja es la inflación. Este fenómeno lo calificó como “complejo de entender, aun para quienes son expertos en la materia y para los analistas económicos”. Arbeleche había indicado que la meta inflacionaria del año es 4,9%. “La velocidad de esta baja en la inflación ha sido mayor a la esperada y, por lo tanto, esta sorpresa inflacionaria ha sido algo totalmente beneficiosa para la población y totalmente beneficiosa para la economía en su conjunto, algo que celebramos”. Pero subrayó que eso tiene implicancias en términos fiscales como la reducción en los ingresos. Al haber una menor inflación, el gobierno recauda menos porque la recaudación está en relación con los precios de ese momento.
Además, aclaró que “tiene un impacto en los gastos en términos reales. Es decir, si se gasta lo mismo con una inflación menor, en términos reales ese gasto va a ser mayor”.
Y para explicar esa situación, refirió a que “la política fiscal que se llevó a cabo en la administración anterior y en esta fue absolutamente distinta”. En la última administración frenteamplista los ingresos aumentaron 0,7% y los gastos 2,1%, o sea tres veces los ingresos. En estos cuatro años de esta administración los ingresos aumentaron 0,9% y los gastos 0,3%, o sea la tercera parte.
“Por lo tanto, que se diga que en año electoral hay aumento importante del gasto no es correcto”, acotó Arbeleche, ya que existe el mismo gasto nominal con una menor inflación.
Y la inflación es el objetivo del gobierno. Pero las críticas desde la oposición señalan que el tipo de cambio perjudica a diversos sectores de la economía.
“Que les quede claro”
Estos objetivos los dejó bien en claro el presidente del Banco Central, el economista Diego Labat. En su intervención explicó: “Nosotros nos comprometemos a que la inflación va a estar en un 4,5%, con un rango que va de 3% a 6%”. Para reafirmar su concepto afirmó: “Es importante dejar esto bien claro, si la inflación se desvía de ese objetivo, el Banco Central actuará subiendo la tasa o bajando la tasa”. Subir o bajar la tasa también es un mensaje para quienes abogan por disminuir la tasa de interés de referencia del BCU, la cual se ubica en 8,5%. O sea que es previsible que se mantenga. Y esto tiene una incidencia directa con el precio del dólar. Muchos analistas consideran que el precio del billete verde solo subirá si la tasa baja. Y hay que agregar otro factor. Estados Unidos piensa disminuir su tasa de interés en setiembre, por lo cual el dólar puede bajar aún más en Uruguay.
Labat defendió esta postura y también envió otro mensaje: “Ese es el compromiso, para que los agentes económicos empiecen a creer en el Banco Central y empiecen a entender que la inflación siempre va a tender al 4,5%. Si hay factores exógenos que la desvían, el Banco Central reacciona”.
El año 2023 terminó con una inflación de 5,1%, la inflación anual más baja en muchos años. Hoy, anualizada a junio, está en 4,96%. “Nuestra proyección es que la inflación va a estar en el rango en los próximos 24 meses, que es el horizonte que nosotros proyectamos; siempre proyectamos a 24 meses”, dijo el presidente del BCU. Este fue un detalle que nadie de la oposición le rebatió. Mencionamos esto ya que algunos economistas, como el senador Mario Bergara, han criticado el nivel de la tasa de interés. Labat señala que es el objetivo a dos años, pero el año próximo cambia el gobierno, por lo cual será interesante observar qué postura tomará frente a este comentario, en especial Bergara, cuando este mismo equipo de gobierno concurra a la Comisión de Hacienda del Senado, una vez que la Rendición de Cuentas sea aprobada en diputados y pase a la Cámara Alta.
El presidente del BCU recordó que las expectativas de los analistas están en una inflación del 6%, o sea en el techo del rango, que va de 3% a 6%.
“Nosotros no estamos cómodos con eso. Quisiéramos expectativas más abajo, pero sí somos muy optimistas porque mes tras mes estas expectativas vienen cayendo”, acotó Labat.
Cuando ingresó al tema del precio del dólar, el presidente del BCU manifestó: “Desde hace 22 años Uruguay tiene un régimen de tipo de cambio flotante. Es decir, el tipo de cambio lo definen la oferta y la demanda. En esta administración hemos hecho hincapié en no intervenir o intervenir con extrema justificación”. Para Labat, mantener esta postura “hace a la credibilidad, y a la credibilidad de que hay un único objetivo: la inflación”.
También discrepó de aquellos que señalan la existencia de un atraso cambiario. En su argumentación, señaló que como hay un régimen de tipo de cambio flotante, la mejor noción que uno puede tener sobre cuánto vale el tipo de cambio es lo que hoy lo define; si hoy está en 40,07, esa es la mejor referencia que podemos tener. “¿A qué se refieren cuando se habla de atraso cambiario?”, se preguntó y sostuvo: “Existe atraso cambiario cuando hay un régimen de tipo de cambio fijo. Es decir, la administración establece, administrativamente, un tipo de cambio. Eso no sucede ahora ni desde hace 22 años en Uruguay. Me parece que es importante decirlo”. No obstante, aclaró que, si bien el BCU tiene un único objetivo, la inflación, “cuando tomamos decisiones jamás hacemos una consideración distributiva. No queremos favorecer ni perjudicar a nadie. Sí creemos que una inflación baja ayuda al crecimiento y bienestar de toda la sociedad”.
Habló también de que, en el pasado, aparentemente, había desalineamiento, “pero la economía fue cambiando su estructura. Siempre damos como ejemplo que la economía, hace 25 años, no comerciaba con China, y hoy lo hace”. En su consideración, el tipo de cambio real hay que mirarlo “siempre en el largo plazo. Las medidas de desalineamiento tienen que ser una guía, pero no deben llevar a una reacción en el corto plazo. No pueden llevar a que, ante cualquier desalineamiento, para un lado u otro, se actúe inmediatamente. Eso puede dejar una mala lectura y, por lo tanto, tomar una mala decisión”.
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