LA NOVEDAD
Wenceslao Varela. Diez años sobre el recao. Prólogo de Julio C. da Rosa, 298 pags. Tinta y Papel. $680, 2019.
Wenceslao Varela es quizás la figura que cabalmente sintetiza la épica del hombre de campo: de orígenes muy humildes, familia agobiada por las enfermedades y las penurias económicas. Solo pudo asistir a los 9 años un semestre a la escuela. Su educación es producto del tesón de su madre, pero mucho más de esa sufrida voluntad inquebrantable que lo definió como un ser humano excepcional.
En las palabras de da Rosa: “son necesarias muchas virtudes más para que un humilde peón de estancia de tierra adentro, llegue a convertirse en el autor de ‘Diez años sobre el recao’; entre otras, una voluntad de autosuperación a prueba de estudios por correspondencia financiados por la venta de lazos y preparados camperos, hechos por Varela entre descanso y descanso de sus peonadas; y una descomunal memoria y una muy fina sensibilidad, y buenas ganas de hacer algo importante, y un talante respetable, y esto; una admirable capacidad de convertir la vida en mensaje, es decir,… ser un artista…”
Y como muestra las décimas sobrecogedoras de Final:
Pienso a solas, ¿qué he ganao?/ pues ni pa´remedios tuve/en esos tiempos que anduve/ diez años sobre el recao…/Por la vida maltratao,/malgastando la existencia,/ en una larga inclemencia/de trabajos y reveses,/pagando caro-milveces-/algún pucho de experiencia./ Y lejos, como olvidaos/en lo más solo del llano/mis padres y mis hermanos/por la pobreza cercaos/largas noches desvelaos,/pensando en el hijo vago/que no les trajo un halago/sino desvelos…si hay frío/si brama crecido el río/ o una peste enluta el pago…/
Una mención más que necesaria es señalar la muy cuidada edición que por fin honra a Wenceslao, con las ilustraciones de Adolfo Artagaveytia y un muy bien seleccionado óleo de Mercedes Larraechea, que demuestra una vez más el amor con el que el equipo de Tinta Y Papel va recuperando lo mejor de nuestra tierra.
Toda palabra es innecesaria frente a una obra insoslayable de este creador “raro por gaucho y por soñador”.
EL HALLAZGO
Donoso Cortes. Ensayo sobre el catolicismo, el liberalismo y el socialismo. Editorial Americalee. Buenos Aires, 1943.
Juan Francisco Donoso Cortés (1809-1853) fue un filósofo, político, parlamentario, diplomático y funcionario de la monarquía española bajo el régimen liberal.
Su obra está marcada por dos grandes cuestiones. ¿Qué es la historia? ¿Qué es una revolución? Surgido de las filas liberales, el ser testigo y partícipe de las complejidades de las luchas filosóficas, sociales y políticas de la Europa revolucionaria de 1848 fue generando la búsqueda de otros marcos de comprensión de estos fenómenos. Tomas de Aquino, Joseph de Maistre fueron algunas de las fuentes en las que Donoso, orador polémico e infatigable, abrevó.
Su revisión crítica de los postulados del liberalismo le generó obvios enemigos encarnizados, más aún cuando centró su especulación filosófica y política en una profunda revalorización de la Iglesia católica. Tanto es así que una aproximación superficial a su biografía está tapizada de adjetivaciones sobre su neocatolicismo, ultramontanismo y la recuperación parcial de su obra en el siglo XX en los postulados del filósofo nazi, Carl Schmidt. El dato de la carta del Papa Pío IX, donde le otorga la bendición apostólica por su defensa de la Iglesia católica, es habitualmente soslayado. Y el hecho, más que obvio pero necesario aclararlo todas las veces que sea pertinente, es que nada más alejado de la filosofía católica cualquier tentación totalitaria.
Pero sigamos directamente a Donoso Cortés: “Por el Catolicismo entró el orden en el hombre, y por el hombre en las sociedades humanas. El orden pasó del mundo religioso al mundo moral, y del mundo moral al mundo político”. “Este, pues, se ordena por obra de Dios a través del hombre y según principios inmutables, a cuya fijeza y universalidad corresponde, en lo externo, la catolicidad de la Iglesia Romana…”.
En el “Ensayo sobre el catolicismo, el liberalismo y el socialismo” centra sus ataques a toda esa alborada revolucionaria en la figura del maniqueísmo proudhoniano, permitiéndose observar que hasta el más encumbrado anarquista quiere arrasar el orden vigente para imponer… un nuevo Orden. O sea, las sociedades siempre necesitan orden. El gran tema es cuál va a ser su fundamento. En Donoso queda claro que no puede ser las racionalidades relativistas bendecidas por el sistema financiero ni las fundadas en el odio.