El fútbol no ha podido o no ha querido ponerle freno a la ventaja enorme que poseen los que más tienen sobre los demás. Como si fuese la vida misma.
Lejos de regular de forma tal que las competencias no se hagan previsibles y desparejas, vemos que tanto en lo local como en lo internacional los reglamentos permiten que se hagan contrataciones de futbolistas en pleno torneo. Eso no sería tan grave a no ser porque se permite descaradamente contratar futbolistas de los equipos rivales incluso de aquellos a los que en un futuro inmediato se debe enfrentar.
Aún es fresco el recuerdo de la Sudamericana 2021 en la que Peñarol llegó a semifinales en plena pandemia. El equipo que dirigía Mauricio Larriera había arrasado en la fase grupos con goleadas ante equipos peruanos y paraguayos, pero sobre todo con dos resonantes victorias ante el poderoso Corinthians de Brasil a quién derrotó 4 a 0 en Montevideo y 2 a 0 de visitante. En octavos de final eliminó nada menos que a Nacional y en cuartos al Sporting Cristal peruano.
El tema fue que en pleno campeonato Peñarol perdió tres jugadores claves. El zaguero Formiliano, el lateral Piquerez y el punta Terans. Como recordarán, las finales de la Sudamericana y Libertadores debían jugarse en el Centenario, fruto del buen manejo de la pandemia que mostraba nuestro país con respecto al resto de los países de Conmebol. Lo cierto es que Peñarol perdió las dos semifinales ante el Atlético Paranaense con goles y asistencias claves de David Terans… para el equipo brasilero. Por su parte Joaquín Piquerez brilló y se coronó campeón de la Libertadores con Palmeiras ante Flamengo.
Es decir que dos futbolistas que contribuyeron a que Peñarol llegara a semifinales de una copa internacional terminaron saliendo campeones en el estadio Centenario, en donde los aurinegros soñaban con consagrarse en final única y con el público a su favor. ¿Ganó el dinero? Sí, pero sobretodo ganó un reglamento pensado para darle pan al que tiene dientes.
Algo parecido le sucedió a Nacional en la Libertadores 2023, cuando el arquero de la selección uruguaya Sergio Rochet llegó a batir del record de 1064 minutos invicto y abandonó el club tras una gran actuación tricolor en fase de grupos. Nacional había clasificado cómodamente ante un equipo venezolano y otro colombiano, destacándose sus dos partidos ante el poderoso Inter de Porto Alegre. Empató en casa y de visita. Para muchos inesperado. Pero cuando tuvo que jugar en octavos de final debió enfrentar a Boca. Ese Boca de los uruguayos Cavani recién llegado y Merentiel goleador no pudo ganarle en el Parque, mientras que en La Bombonera, con un arbitraje irregular, fueron a penales.
Lo insólito fue que mientras Nacional perdía con Boca por penales, su ahora exarquero ganaba y eliminaba a River por la misma vía de los penales, transformándose en héroe del Inter de Porto Alegre, equipo en el cuál hoy es capitán.
O sea, Rochet, con su récord de imbatibilidad fresco aún, eliminó de la copa al poderoso River argentino pero jugando para su rival (Inter) en fase de grupos. Mientras Nacional con Salvador Ichazo (que no tuvo la culpa) encaró los partidos ante Boca y los perdió apenas por penales.
Esto se reitera a nivel local en forma permanente. Es ridículo que un equipo pueda ganar el Apertura y luego salir último en el Clausura como ya ha pasado. De hecho, hace poco un futbolista jugó un fin de semana para Danubio con chance hasta el último minuto para clasificar a la final del Intermedio y a la semana que siguiente jugó de titular en la final, pero para Peñarol y hasta tiró y marró un penal en el clásico. Se trata de Nicolás Rossi.
Es muy difícil que el hincha pueda adaptarse a estas situaciones. Se entiende que económicamente no se pueda mantener a las mejores figuras, pero de ahí a que en pleno torneo se cambien de bando atenta contra la seriedad de los espectáculos. Un futbolista en Uruguay puede salir campeón y descender al mismo tiempo, ya que se computa como perteneciente a la campaña del club por el solo hecho de haber estado a la orden en un partido y ni hablar si jugó algún minuto.
Refuerzos pensando en la copa
Nacional consiguió repatriar dos futbolistas de renombre. Sebastián Coates y Nicolás Diente López además del Ojito Rodríguez y el colombiano Herazzo.
Me voy a detener en los dos con pasado tricolor. Coates llega con 33 años totalmente vigente. Jugó 9 temporadas como titular, capitán e ídolo del Sporting de Lisboa. Si bien pasó brevemente por Nacional hace 10 años, su verdadero origen se lo debe buscar entre 2008 y 2011, cuando ganó 2 campeonatos uruguayos. Integró selecciones juveniles y disputó un mundial sub-20 en Egipto 2009, los juegos olímpicos de Río 2012 y tres copas del mundo con la mayor en Brasil 2014, Rusia 2018 y Qatar 2022. En la Copa América de 2011 debió entrar como titular al lesionarse Diego Godín y fue campeón de la copa 15, además de haber ganado el premio a la revelación del torneo jugado en Argentina. Vuelve por razones personales y será de suma importancia. Pero… el dinero nos privó de sus mejores 12 años de carrera como sucede casi siempre con los cracks.
El Diente López surgió en juveniles de Nacional y llegó a primera en 2011. Tiene 30 años. Jugó apenas 7 partidos y en solo dos de ellos como titular para que ya se fuese a Italia. Retornó en 2016 donde jugó 18 partidos y volvió a emigrar, esta vez al Inter de Porto Alegre y luego México. En la sub-20 de 2013 dirigida por Verzeri fue goleador del campeonato sudamericano y en el mundial de Turquía llegó con la Celeste a la final del mundo que se perdió ante Francia por penales. Le dieron el balón de plata como el segundo mejor jugador del mundial.
Desde 2014 a 2021 fue muy pedido por la afición al Maestro Tabárez que nunca lo consideró. Justo es decir que en el exterior tuvo momentos muy buenos, pero también bajones pronunciados. Vuelve a Nacional con poco fútbol en los últimos tiempos. Si lo recuperan será clave. No parece estar ya pronto para enfrentar a San Pablo. Pero…
Peñarol trae a Nicolás Rossi a préstamo que retorna al club, a un argentino desconocido de la B de allá que juega en San Telmo de 10, Facundo Batista que ya debutó e hizo un gol como 9, la Chinita Báez con 29 años que lleva 9 temporadas en el exterior y es hijo de un futbolista de Nacional de los años 90, y Felipe Avenatti, que llega con 31 años. Jugó en River uruguayo y fue vicecampeón mundial sub-20 en Turquía 2013 junto al Diente. Anotó un golazo para eliminar a España en esa copa y si bien no jugó en grandes equipos, ha hecho una larga carrera en Bélgica. Tiene gol y experiencia. Llega con actividad.
La aparición sorpresiva de Adrián Fernández, con 23 años, procedente de San Telmo, es para observar. Llega por poco dinero. Peñarol ha tenido malas experiencias con jugadores como el español Xisco, el argentino Nahuelpan y ahora el brasileño Babi. Ninguno fue desequilibrante ni mucho menos, pero todos embolsaron cifras que iban de 45 mil a 60 mil dólares por mes en contratos más largos que su rendimiento.
Tal vez en este caso se pueda repetir la historia del mismo Diego Aguirre en 2011 con el argentino Martinuccio, que fue clave para que Peñarol llegase a la final de la Libertadores por última vez. Pero lo mejor es que si le erran con la contratación será por cifras menores que justifican el riesgo a tomar.
Martín Lasarte tratará de superar el mal momento de haber tenido lesionado a los cuatro centrodelanteros, aunque parecería que recupera a Bentancur y de abajo surge Petit. Peñarol logró lo más importante en este período de pases y fue evitar la fuga de figuras, en especial la de Leo Fernández, que busca urgente revancha en los penales. La copa se presta muchas veces para ello.
Como dice el filósofo contemporáneo Alberto Kesman: “Es lo que hay valor”.
TE PUEDE INTERESAR: