En la densa agenda de la vida pública de Jesús, el envío de los discípulos a expandir el evangelio posee singular significación: Jesús comienza a dar continuidad y crecimiento a su obra a través de sus discípulos.
Los elegidos son, como signo profético, doce; y el envío se hace de dos en dos, en un estilo de fraternidad que anticipa el futuro. Los Apóstoles, (como no se tardará en llamarlos), tendrán por misión entregar la vida para que el mal introducido en la existencia humana, sea reprimido por la presencia de Dios en su Hijo, cambiando el rumbo de la historia hacia un futuro de comunión universal entre las personas: “Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva”. Mandato que nos alcanza y nos incorpora a la misión, que nunca cambia, aunque si lo hacen las circunstancias.
¿Cuán fácil o difícil es vivir hoy la fe cristiana?
La ONG “Puertas Abiertas”, que desde 1990, elabora una lista anual de naciones, clasificándolas, según el grado de virulencia que alcanza en ellos la persecución a los cristianos, en países de persecución Alta, Muy Alta o Extrema, presentó el pasado 15 de enero la Lista Mundial correspondiente al año 2019, develando que durante el mismo fueron martirizados 2983 fieles, detenidos 3711, y destruidas 9488 iglesias. Asia y África se destacan en la lista. De hecho, 1 de cada 3 cristianos en Asia sufre persecución a nivel alto, muy alto o extremo, mientras que en África se trata de 1 de cada 6.
Se estima que solo en los 50 primeros países donde la persecución es extrema, 245 millones de cristianos se enfrentan a la intimidación, prisión o incluso muerte por su fe. Pero si ampliamos la perspectiva a todos los países que superan niveles “altos” de persecución (más de 41 puntos sobre 100 en la puntuación utilizada), la cifra supera los 280 millones. Eso es uno de cada nueve cristianos en todo el mundo: la persecución más grande de la historia.
Y no se trata sólo de lo dimensionable cuantitativamente. En el mapa mundial de las persecuciones, América aparece como una gran superficie en blanco, con las excepciones de Méjico y Venezuela, donde la persecución alcanza el grado de alta. Pero lo realmente preocupante es como en los países latinoamericanos la colonización ideológica ha logrado infiltrar la ideología de género, específicamente anticristiana y moralmente disgregante, a partir de las logias y otros círculos del poder. En la República de Perú el año entrante sorprendió a la población, con la publicación del Calendario Festivo 2020, realizada en el twitter oficial del “Ministerio de la mujer y poblaciones vulnerables” (@MimpPeru), por la titular del mismo, Gloria Montenegro, el 4 de enero de 2020.
El nuevo calendario elimina festividades tradicionales, como el Día de la Madre, el Día del Niño por nacer y el Día de la Familia; mientras instituye el Día de las Rebeldías Lésbicas feministas en América Latina y el Caribe, el Día del Orgullo LGTBI, y días contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia. Dicho twitter, lucía un introito, cuyo estilo no nos resulta extraño: “Toma nota de estas Fechas-dice- Únete a la construcción de un Perú igualitario donde todas las mujeres vivan libres de violencia y sin discriminación”.
Este mensaje fue eliminado del sitio oficial del Ministerio el lunes 20 de enero. ¿Qué poder superlativo es éste que pretende sumergir a la juventud latinoamericana en la depravación, mediante el rechazo a la maternidad y a la familia y la disminución de la natalidad; poseyendo el peso suficiente a mantener durante quince días en las redes un documento aberrante originado en el ministerio específico del gobierno?
Este poder, que concreta una de las predicciones de Carlos Marx, responde a unas pocas decenas de magnates financieros que han acaparado las riquezas de los pueblos de mundo. Entre ellos, ubicado en un sobrio vigésimo sexto lugar, nuestro conocido George Soros, el rico Epulón de José Mujica en la ingeniosa iniciativa de distribuir falopa en las farmacias. El propósito de este microscópico grupo es eliminar a la población “sobrante” del mundo, corrompiendo directamente a los gobernantes o presionándoles a través de los organismos internacionales, a imponer la ideología de género en sus estados. ¿Hasta cuándo América Latina, proveniente de una misma raíz histórica, usufructuaria de una lengua común y fundamentada en la fe católica desde Río Grande hasta Tierra de Fuego, va a eludir la misión que el General José Artigas propusiera en los albores de la independencia? Unión a través del pacto recíproco entre las naciones; Libertad, en el concepto hispano tradicional de respeto a la voluntad particular de los pueblos; Justicia Social, bajo el principio de que los más desgraciados sean los más favorecidos, de pura cepa católica; y también de esta cepa, sobriedad en el estilo general de vida, que permita escapar a la idolatría de la riqueza y a toda dependencia exterior. Los gobernantes de esta generación, tienen la palabra.