El hotelero salteño Julián Safi, aseguró que es necesario adaptar algunas regulaciones vinculadas a políticas de empleo en el mercado hotelero, ya que se trata de una rama que no trabaja todos los días con la misma carga, sin embargo, los aportes a la seguridad social, los días libres y demás reglas se cumplen como si la tuviera.
El hotel de Safi tenía 150 funcionarios en las épocas doradas, y hoy tiene 70, es decir que han bajado a menos de la mitad. Eso se dio de cara a los aportes que se hacen al BPS, los que cataloga como “insostenibles”. Opinó que es imposible cumplir con un servicio de excelencia y la cantidad de funcionario que necesita el servicio, por lo que se degrada la calidad del servicio que se puede dar.
Es esa línea, afirmó que “el gran problema de la hotelería del Uruguay es el enorme peso sobre el personal contratado”. Dijo que el hotel se sostiene redoblando esfuerzos, pero es muy difícil con el costo país, los impuestos son altos y en la industria hotelera los aportes sobre los sueldos del personal significan cerca del 60% de la facturación. “Si a eso le sumamos los gastos naturales de la empresa, estamos muy por debajo del punto de equilibrio. Ese es el gran problema de los hoteles”, explicó.
Safi ejemplificó que el Hotel Horacio Quiroga paga –aun en estos momentos de crisis del personal y reducción– más de 70 mil dólares mensuales de sueldos, “eso da para vivir a muchas familias, unas 70 y es muy importante que así sea”, expuso. Indicó que se debe considerar que más de la mitad del personal que se tenía antes ya no está debido a que tuvieron que reducirlo. “Esa retracción influye en la vida del departamento, y contra eso nos revelamos y protestamos. Por el momento no hubo forma de ayudarnos”, lamentó.
El entrevistado aseguró que la regulación que se tiene por los consejos de salarios relativa a los horarios del personal no permite que se cambien jornadas ni los descansos fijos. “El turismo vive algunos días de gran euforia y otros está muy calmo, el hecho de ser tan rígidas las regulaciones con el personal impiden que uno pueda manejar con eficiencia a los funcionarios y tratar de concentrarlos los fines de semana, que es cuando la gente sale más, y reducirlos un poco cuando no son tan necesarios porque hay poca ocupación”, señaló.
El empresario agregó que esas regulaciones que se supone que van a favor del personal terminan siendo un boomerang y van en su contra porque provocan la reducción de los puestos de empleo. “Eliminar esas regulaciones o hacerlas más razonables, teniendo en cuenta las características especiales del turismo, sí sería lo que habría que hacer, porque las rigideces de las normas de hoy no se adaptan a las características del turismo”, planteó Safi.
El empresario dijo que en la gran mayoría de los países el turismo se maneja con normas mucho más flexibles que en otros rubros y que Uruguay está “al revés” en ese sentido. “Somos nosotros los que tenemos rigideces tan importantes en las normas del personal. Por poner un ejemplo, el descanso semanal es de un día y medio, y entre la última hora que trabajó un funcionario y la hora que retorna al trabajo debe haber 16 horas. En la práctica, eso significa que todos los días de descanso serán el mismo día de la semana para todos ellos, no es posible decirles que una semana se tomen libre un viernes y a la siguiente un jueves porque no hay gente”, explicó.
Se trata de una norma que se hizo con la intención que el funcionario tuviera 16 horas corridas de descanso, “pero significa que, si un funcionario libra los martes y los miércoles en la mañana, nunca podrá tener un sábado libre, ni domingo ni lunes, y quedará fijo allí, así tenga que ir a llevar a su hijo al sanatorio: o falta al trabajo o arregla con los jefes. Los propios funcionarios nos piden más flexibilidad y estando de acuerdo entre empresa y trabajadores se puede acordar algo que les sirva a las dos partes. La rigidez impide esto y es dañina para los funcionarios y para las empresas”, puntualizó Safi.
TE PUEDE INTERESAR: