Le dicen el más largo del mundo. Empieza a fines de enero y termina a mediados de marzo. Son cerca de 50 días en los que hay desfiles callejeros, escenarios barriales, los clásicos tablados de siempre y un Teatro de Verano que es el centro de atención. En 18 de Julio empieza todo, con un desfile inaugural. Luego Barrio Sur y Palermo evocan los encuentros de los negros esclavos que se reunían en siglos pasados, miles de espectadores vibran con el candombe que sale del chico, repique y piano, declarado Patrimonio de la Humanidad.
En las -generalmente- cálidas noches de febrero, las murgas recorren tablados y compiten en el Concurso Oficial junto con parodistas, humoristas, revistas y lubolos. Presentan con humor y sátira su visión del país y el mundo. Más allá de Montevideo, todas las ciudades del interior del país cuentan con su propia fiesta, cada una con características particulares. Estamos hablando del carnaval uruguayo.
Jorge Natale es una de las figuras del carnaval montevideano. Ha integrado murgas desde 1985 cuando comenzó con La Censurada. Se trataba de una murga cooperativa que estaba dirigida por Ángel “Pelado” Díaz, uno de los directores referentes de la época ya que estaba catalogado uno de los mejores. Era una murga integrada en gran parte por despachantes de aduana y algunos carnavaleros con experiencia como “Pirulo” Sánchez.
Desde muy pequeño Natale concurría a las fiestas carnavaleras con su familia y en el Teatro de Verano conoció la murga, el año en que ingresó a La Censurada. Sus conjuntos referentes era la resurgida Falta y Resto, La Bohemia y además Diablos Verdes era el furor, entre otras. “Yo era muy seguidor de las murgas de La Unión como los Saltimbanquis y La Nueva Milonga”, recuerda a La Mañana. Si bien su familia era gustosa de ver carnaval, no participaba activamente del mismo, y fue el entrevistado el primero en integrar un conjunto, camino que siguieron algunos de sus sobrinos luego.
Hoy Natale, si bien es director de murgas, no está ejerciendo. Es comentarista de carnaval en 890 Radio Sport al tiempo que mantiene una relación institucional con Directores Asociados de Espectáculos Carnavalescos Populares del Uruguay (Daecpu). Confesó que cada invierno, cuando se reúne con sus excompañeros de carnaval, surge la idea de poder volver a las tablas, “algo que no está cerrado pero tampoco es muy factible”, dijo. Como tampoco está cerrada la posibilidad de que vuelva a ser directivo.
Entre los recuerdos que más destaca de cuando participaba en las murgas está, por ejemplo, que tuvo “la suerte que no todo carnavalero tiene por la cantidad de integrantes que tiene el carnaval” de salir campeón seis veces. Contó que el primer año que se consagró ganador, en 1987 con La Bohemia, fue un año muy disfrutable. Relató que en ese entonces les llamaba la atención cuando hacían el cuplé de “niño pobre, niño rico”, ya que entre las personas que iba a ver los ensayos había un montón con los carritos con caballos. “Tuve la suerte de haber ganado con la murga que yo siempre fui hincha, que son los Saltimbanquis y siento que toqué el cielo con las manos con esa experiencia”, agregó.
Popularidad y unión
Para Natale no se ha perdido la popularidad y la unión del carnaval si se piensa en años pasados y tampoco considera que se haya perdido público. Lo que sí ha visto es una renovación de los espectadores que tiene que ver, puntualmente, con las personas más gustosas de parodistas y Murga Joven ya que los nuevos conjuntos traen juventud y se va generando un recambio generacional también al público. “Desde Daecpu se hizo un estudio de lo que es el carnaval en nuestro país y tuvimos un resultado que ya lo habíamos supuesto y es que desde los años 90 el carnaval es el espectáculo que mueve más gente en todo Uruguay”, aseguró.
Uno de los puntos que Natale destacó en cuanto a la popularidad del carnaval de hoy es el acuerdo que se realizó para televisar las jornadas en el Teatro de Verano. Indicó que “fue eso lo que mantuvo viva la fiesta y la ha llevado a todas partes del mundo y todo el interior del Uruguay que antes no podía ver este tipo de instancias si no venía a Montevideo”.
Marcas imborrables
Desde el principio de los tiempos carnavalescos hubo personalidades que marcaron cada categoría del espectáculo y no solo sobre el escenario, sino también en el detrás de todo como lo es Daecpu, aseguró Natale. Si se trata de personajes de murga, a su entender, Carlitos Prado era un referente, así como Carlos Scarpelli, el “Canario” Luna o el “Comba” Insúa, que llegaron a ser los personajes del momento. En lo que refiere a los directores, “además de “Pelado” Díaz estaba “Cocina” Márquez, porque marcaron diferentes mojones, así como lo hizo “Tito” Pastrana y, actualmente, “Pitufo” Lombardo”, relató.
Lo que no ha cambiado para el entrevistado son los pilares que debe tener una murga para consagrarse campeona del carnaval. “Para mí los pilares siguen siendo los mismos, la murga tiene que cantar bien, tiene que criticar políticamente y de actualidad, tener humor y un lindo mensaje con una linda despedida y estar bien vestidos. Si logran esos cinco parámetros tienen chance seria de ganar. No es fácil dar un espectáculo y menos con la competitividad que hay y la calidad que tienen los conjuntos”, afirmó.
Los cambios del carnaval: el rol grupal
Natale fue consultado sobre cuáles han sido los cambios más relevantes en el carnaval de las últimas décadas, dijo que estas transformaciones se han producido en todas las categorías. Por ejemplo en la categoría humoristas hubo una evolución cuando se dio la llegada de Los Buby’s en su momento, después lo hizo Sociedad Anónima y ahora Cyranos que, al igual que Los Chobys son los que han marcado diferentes tipo de humor, “sin embargo hace 30 años se utilizaba una manera de humorizar completamente distinta, donde Los Fabios eran los que mandaban”, explicó.
La categoría parodistas, si bien fue marcada por los Los Gabys, se modernizaron especialmente en lo que refiere al baile y a las formas de hacer parodia. “Después se presentaron los que ahora definen la categoría como lo son Momosapiens, Zíngaros y Nazarenos, que vienen desde Valentinos”.
Respecto a las murgas, si bien cantaban de una manera en los años 60’ o 70’, con el advenimiento de La Soberana, La Reina de La Teja y todos los que se van juntando, cambian la manera de cantar, poniendo un instrumento de cuerdas para dar más formalidad al canto y aplicar mayor conocimiento musical.
“Pero el cambio más grande que tiene el carnaval, a mi entender, es la llegada de la Murga Jóven porque no solo cambia el estilo de murga, sino el estilo de cómo se escribe”, expuso Natale. Comentó que antes se dependía de la cabeza de un letrista que hacía todo el espectáculo y se cantaba lo que colgaban en el mataburro, pero ahora son grupos de trabajo donde hay un grupo de ideas y todos tienen su forma de plantear la artística amén de que gente que tiene mayor preparación -porque está conformada con gente universitaria- elabore espectáculos más rebuscados, con mucho más contenido y texto.
“Y cambian los formatos también, porque ese advenimiento trajo que no se selecciona, muchas veces, a las personas por como canten, sino que se busca el grupo de amigos que quiere salir en carnaval. Tampoco se busca lo que antes era primordial como un cupletero, porque al ser grupal todo el espectáculo no hay personajes”, explicó en entrevistado.