El plebiscito que pretende reformar la seguridad social recibió en los últimos días un cambio fundamental. Un grupo de 111 frenteamplistas, vinculados principalmente al área económica, emitieron un documento y crearon un sitio web (frenteamplistasporelno.uy) oponiéndose a la propuesta del Pit-Cnt. Esta consiste básicamente en tres puntos: eliminar las AFAP y que los fondos pasen al BPS, fijar en 60 años el mínimo para las jubilaciones y pensiones, y que ninguna pensión o jubilación sea inferior a un salario mínimo nacional.
Algunos de los firmantes son Alfredo Asti (director de la Corporación para el Desarrollo), Mario Bergara (expresidente del BCU), Fernando Calloia (expresidente del BROU), Pablo Ferreri (exdirector de la DGI), Fernando Lorenzo (exministro de Economía), Gabriela Mordecki (coordinadora del Área de Coyuntura del Instituto de Economía), Gabriel Oddone (señalado como ministro de Economía en un posible gobierno frenteamplista), Jorge Polgar (expresidente del BHU), Eva Szarfman (Asesora Económica de AEBU) y Martín Vallcorba (excoordinador del Programa de Inclusión Financiera del Ministerio de Economía).
Los partidos de la Coalición ya se habían pronunciado contra la papeleta del Sí que se plebiscitará con las elecciones de octubre, y había algunos integrantes del FA que también opinaron en igual sentido. La coalición de izquierda había dejado en libertad de acción a los grupos que la integran para que apoyaran o no la iniciativa. Por un lado, estaban sectores como el MPP y otros grupos menores que estaban contra el plebiscito, y del otro lado el Partido Comunista y el Socialista que apoyan la iniciativa.
Pero más allá de pronunciamientos aislados (incluso contrarios a la papeleta, como el de Yamandú Orsi y Carolina Cosse) la situación cambió de manera radical cuando se conocieron las últimas encuestas al respecto.
Las encuestas
Se debe tener en cuenta que no hay dos papeletas, hay una sola y es por el Sí. O sea, para votar en contra no se debe introducir nada dentro del sobre de votación. La empresa Opción Consultores en su encuesta presentada el 12 de agosto mostraba que dentro de la población el 44% estaba nada informado con respecto al tema, el 40% algo informado y solamente el 13% muy informado. Y ante la pregunta de si apoyarían la iniciativa del Pit-Cnt, el 41% aseguró que lo votará, el 38% que no y el 21% no sabe qué hará. Dentro del Frente Amplio, el 53% sostuvo que pondría la papeleta por el Sí, a los cual hay que sumarle el 18% de quienes van a votar al Partido Nacional, el 29% de quienes apoyan a otros integrantes de la Coalición y el 50% de aquellos que están con los partidos minoritarios.
En el caso de la empresa Equipos, en su encuesta presentada el 16 de agosto, un 36% dijo estar a favor de esta propuesta, 33% dijo que no la votaría, pero hay un 31% que no tiene posición. En el Frente Amplio 57% lo apoya, 14% lo desaprueba y 29% no sabía si lo votaría o no. En el Partido Nacional 55% está en contra, 16% a favor 29% no tiene posición. En el resto de la Coalición hay un 62% en contra, 20% a favor y 18% no sabe qué hará.
Para la consultora Cifra, su encuesta al respecto fue presentada el 15 de agosto. Un 48% votaría por la papeleta, el 29% no lo hará y 23% restante no tiene opinión sobre el tema. Cifra señala que si se analiza cómo han evolucionado las posiciones hacia el plebiscito a lo largo de este año, se ve que desde que se confirmó que estaban las firmas para convocar el plebiscito creció la proporción de quienes lo apoyan: de 36% en febrero a 52% en mayo, aunque ahora baja un poco a 48%. Los que no apoyan se reducen del 36% a principios de año a 29% ahora. Y también hay casi un cuarto del electorado que no tiene una posición tomada. Dentro del Frente Amplio un 55% apoya la papeleta, un 20% no lo hace y existe un 25% de indecisos. Pero dentro del Partido Nacional el 45% apoya la iniciativa, contra un 34% que no la respalda y un 21% no tiene posición. En el resto de la Coalición 37% está a favor, 45% en contra y 18% tiene posición.
En resumen y tomando los máximos de cada encuestadora, se puede estimar que entre 36% y 48% de los electores apoyarían esta iniciativa del Pit-Cnt. Y dentro del Frente Amplio es entre 53% y 57%, o sea una mayoría.
Un final incierto
Como se puede observar, se está dando un fenómeno donde no existe un firme acatamiento a la posición de los dirigentes. El caso más claro es en la Coalición. Todos los candidatos de esta se han pronunciado en contra, pero entre 16% y el 30% de quienes piensan votar a algún grupo que la integra respaldarían la papeleta. En el caso del Frente Amplio entre 53% y 57% la votarían, cuando sectores mayoritarios como el MPP no la respalda e inclusive tampoco sus candidatos a presidente y vicepresidente.
Estos números llevan a que nadie puede asegurar que este proyecto no salga, lo cual es considerado como una “catástrofe” por la gran mayoría de economistas del país, incluidos referentes de izquierda.
El problema de la deuda pública
Tales resultados de las encuestas pusieron en alerta a los principales economistas del Frente Amplio, los cuales no dudan en asegurar que de salir el plebiscito y ellos ganar las elecciones, se encontrarían con un panorama bastante caótico.
Por un lado, se deberá hacer un aporte inmediato al BPS (estimado por algunos en 1000 millones de dólares), por otro se espera una catarata de juicios contra el Estado por la confiscación de los fondos de las AFAP y existen aspectos aún más polémicos. Por ejemplo, qué pasará con la deuda pública que tienen las AFAP, que son los principales compradores del mercado. Si bien se entiende que al pasar al BPS no deberán desprenderse de ella de manera inmediata, lo tendrán que hacer con el tiempo, y el punto es quién va a comprar esos papeles. Un 60% del portafolio (más de 14.000 millones de dólares) es deuda que emitió el gobierno y está en las administradoras. Como quienes promueven la ley piensan financiar con ese dinero desde el BPS otras prestaciones, deberán desprenderse de esos títulos y la pregunta es quién los va a comprar si se da por sobreentendido que las AFAP han sido los grandes financistas del Estado en los últimos años.
Los economistas del Frente Amplio indican que 23.000 millones de dólares de las cuentas de ahorro de las AFAP se agotarán en menos de 15 años. A partir de ese momento todo el gasto adicional del plebiscito aumentará el déficit previsional y cada año se necesitarán más aportes del Estado. Por ejemplo, en el año 2045 aumentará en 4000 millones por año, cifra que equivale, por ejemplo, a todo el presupuesto anual que actualmente recibe la educación pública, y que se agregaría a los aportes que ya hoy realiza el Estado para cubrir el déficit previsional del BPS, la Caja Militar y la Policial, que alcanzan a más de 3000 millones de dólares por año.
La polémica frase
El plebiscito propone que “ninguna jubilación, ni pensión podrá ser menor al valor del salario mínimo nacional”. Los defensores del proyecto han reiterado que se trata por persona, pero eso claramente no es lo que dice la papeleta. Hay personas que tienen, por ejemplo, más de una pensión. Las pasividades que deberán ajustarse son 497.395, llevándolas al salario mínimo nacional. Son 248 mil jubilaciones, 169.000 pensiones por fallecimientos, 61.000 pensiones por invalidez y 18 mil pensiones a la vejez. Esto significa de manera inmediata el aporte de 1037 millones de dólares por parte del Estado. Los defensores de la papeleta indican que en realidad el costo es de 460 millones de dólares, ya que abarca a 308.000 pasividades. Es que hay 189.000 personas que cobran más de una pensión y, por lo tanto, se ajustará solamente una de las pensiones que cobre. Esto también puede llevar a juicios contra el Estado si una persona cobra dos pensiones y se basa en el texto de la modificación constitucional, donde se indica que “ninguna jubilación, ni pensión podrá ser menor al valor del salario mínimo nacional”. Faltó el aclarar que era por persona.
También hay casos de personas que tienen buenos ingresos, por ejemplo, por inversiones, pero reciben una pensión. Los economistas del FA señalan al respecto que “muchos pasivos recibirán aumentos solo por el hecho de cobrar más de una pasividad, aunque cobren globalmente más que el salario mínimo nacional”.
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