Actualmente el Ing. Agr. Gabriel Baccino se desempeña como profesor honorario en la Facultad de Agronomía dictando los cursos sobre proyectos de riego y costos para producción intensiva en el sur y producción agrícola en Paysandú en la materia Hidrología, riego y drenaje. Desde hace 20 años tiene su propia empresa, HG2 Agronomía y riego SRL. Hoy en día ha instalado 292 equipos de riego por pivote para 75 empresas regando 28.634 hectáreas. Además, proyectó 92 represas con los Ing. Civil H/A Carlos Viña y Rodrigo Gorriarán. Se retiró de esta tarea en 2018.
Se habla mucho sobre la importancia del riego desde hace bastante tiempo, ¿este tema es prioridad para los productores?
Diría que es prioridad como lo fue la siembra directa. Hoy no puede es trabajar a pérdida. Los puntos del equilibrio para los cultivos agrícolas están muy altos. Ya lo que se pierde en un año recuperarlo al año siguiente no es fácil. Siempre recuerdo el dicho “las deudas del arroz se recuperan cultivando arroz”, no pasándose a otro rubro. Los montos que se manejan son tan altos que no se pueden cubrir con otro cultivo. Hace 40 años el riego era mala palabra. En 1982 cursé la Facultad de Agronomía y mi profesor de horticultura decía que la papa en el Uruguay no se debería regar. Entonces contra eso no había quien le diera. Hoy en el Uruguay no hay una sola hectárea de papa que no esté regada. Son procesos que van ocurriendo a lo largo del tiempo
¿Tiene presente cuánto se riega en el Uruguay?
No sé cuánto se riega actualmente. El que debería responder a esa pregunta es el MGAP, que tiene toda la información. No es tanta la información como para procesarla y tener un numero exacto. En definitiva, para regar y acogerse a los beneficios en las inversiones hay que presentar proyectos de riego. Lo que me animo a decir es que al 10 de junio de 2024 en el Uruguay hay instalados 1004 pivotes. Si asumimos, por ejemplo, que el promedio de esos círculos es de 50 a 70 hectáreas, podrías decir que realmente hay entre 60 mil y 70 mil hectáreas regadas. Máxime que muchos de esos círculos son móviles, o sea le podés poner el porcentaje que quieras. Hay 1000 pivotes de 70 hectáreas, son 70 mil y si el 20% son móviles o sea riegan dos círculos por año, entonces tendrías 85 mil hectáreas regadas.
¿Y cuanto se podría llegar a regar?
Lo que tengo claro es que en el Uruguay se cultivan entre 1.000.000 y 1.300.000 hectáreas de soja, variando todos los años en función de la expectativa, el precio del año anterior, etcétera. De maíz, si bien este año hubo 200.000 hectáreas, lo normal es que no se llegue a 100.000. Entonces, ¿cuál es la agricultura en el Uruguay?, entre 1.300.000 o 1.400.000 hectáreas. Hay más tierras agrícolas, pero marginales. Recordemos que cuando los valores de la soja estaban por las nubes la gran lucha de parte de las autoridades fue no cultivar tierras que no reunían las condiciones. Cuando uno inserta círculos de riego en chacras, nunca se llega a regar más del 40% o 45% del área agrícola por sus geometrías totalmente distintas. Si decimos que en la mayoría de los establecimientos no se riega más del 40% del área agrícola, me animaría a decir que es posible regar 700.000 hectáreas.
¿Los productores están en condiciones de afrontar los costos de la instalación de sistemas de riego?
Salvo las grandes empresas, uruguayas y extranjeras, que tienen capacidad de pagar un crédito y que después pueden recuperar parte de la inversión mediante la devolución que hace la Comap, al resto de las empresas se le hace sumamente difícil. Todo lo que signifique crédito tiene un compromiso por el que hay que hacer las cosas muy bien, hay muchos años de errores y muchos años de caída de precios en los que cuesta recuperar la inversión.
¿Cuáles son los costos que insume la instalación de sistemas de riego en las áreas agrícolas?
Todos los campos y todos los proyectos son diferentes. Lo que no es diferentes es la inversión. La inversión de un proyecto de riego oscila entre US$ 4000 y US$ 4500 por hectárea, ya tengan pivotes móviles y fijos. También depende si es agua de pozo, si es agua de río, de arroyo o de un embalse. Es cierto que las áreas afectadas por los embalses, como el costo de la tierra es tan alto, por lo general nunca se incluyen en el costo del proyecto. Respecto a los costos en sí, creo que hoy cualquier proyecto de riego cuesta entre el 40% y el 50% de lo que cuesta una hectárea agrícola. Son inversiones pesadas, pero creo que son totalmente redituables. Pero el riego es como un elefante blanco, si se cae no lo levanta nadie. Hay que ejecutarlo y desde el primer día hay que sacarlo a toda carrera y tiene que funcionar perfecto. Cuando empecé a trabajar en esto, con la sequía del 1988-89, una hectárea de maíz tenía un costo de implantación y un costo por tonelada que oscilaba los US$ 80. Hoy el maíz tiene un promedio de US$ 150, pero también tiene los picos que en aquel momento no se daban. Hoy se han incrementado tanto los rendimientos por mejora de las variedades, por mejora de la fertilización y el uso de herbicidas, que cuando se hace un análisis de sensibilidad es muy importante considerarlo. Hay proyectos que en su inmediatez agarran tres años de buenos precios y prácticamente se repagan solos. Como de repente te agarrás, como ha pasado no hace mucho, tres años continos de valores de la soja caídos totalmente y cuesta más recuperarlos. Lo que tengo claro es que hoy no se puede gastar US$1000 por hectárea en un cultivo de maíz para salir a recuperar 3500 kilos porque entonces se va a pérdida. Y las pérdidas son grandes.
¿El Estado está presente a través de controles de las fuentes de agua y los sistemas de riego propiamente dichos?
Existen desde 1985-86. Ya desde esta época se debían presentar los proyectos de fuentes de agua y los proyectos de riego en el MGAP y en la Dirección Nacional de Hidrografía. Eso está muy bien regulado.
Usted ha sido bastante crítico con algunos procesos, ¿puede precisar sobre esas críticas?
Creo que crítico hay que ser siempre. No nos podemos quedar con la conformidad porque todo es mejorable. Parte de la crítica apunta a mejorar la información, los procesos y el control. Una de las cosas que no comparto es que si presentás un proyecto a las autoridades para que te lo aprueban pasan prácticamente dos años. Los tiempos de la agricultura y los tiempos del riego no admiten estos plazos. Los proyectos están bien, lo que a veces falla un poco es la velocidad del estudio de esos proyectos. Si un propietario piensa construir una represa y sabe que esa represa no afecta líneas eléctricas, caminos vecinales, no afecta a terceros, no le saca el agua a una represa que está aguas abajo, que su vez sus tierras de riego quedan dentro de la finca, que son aptas y diseña un proyecto acorde, creo que está en manos de él. Ahora si el después que hace todo eso, parte de un padrón no era de él, que era sociedad con el hermano y él no lo declara, no digo que se equivocó, pero sí no lo declaró. Eso igual hoy se controla.
¿O sea que la principal traba que encuentra actualmente es la burocracia?
Llamémosle así. No me refiero a burocracia que se extienda en el tiempo, que ocurra porque quiera ocurrir. Es simplemente que hay plazos que cumplir y esos plazos se demoran. Todos sabemos que cuando llega el verano a todos nos gusta irnos de vacaciones. Comparto que hay que hacer una audiencia pública informando a los vecinos, informando a la intendencia, a vialidad, a la UTE en el caso que haya afectaciones con respecto a esto. Ahora, eso también se puede tratar en el proceso. Por ejemplo, el caño del agua va a pasar por debajo de un camino público. O parte del lago queda debajo de una línea eléctrica. Si uno va cumpliendo todas las etapas yo creo que perfectamente uno podría llegar a ejecutar el proyecto sin tener las autorizaciones por escrito. Siempre sujeto a ser consciente de que si algo de eso está mal por desconocimiento o por causa, uno tiene que aceptarlo.
¿Cómo ve la creación y el funcionamiento del Ministerio de Ambiente?
La creación del Ministerio de Ambiente la comparto totalmente. Como todo lo que es nuevo, debe tener ajustes. Lo que no comparto es que haya tanto plástico a los costados de las carreteras. Porque hoy de lo que más se habla es de la huella del plástico y el Uruguay es un gran basurero. Es lamentable decirlo. ¿Por qué no le hincan el diente a eso? Hoy no debería haber un solo envase de plástico. O de vidrio o de papel como ocurre en muchas partes del mundo. Es realmente ponerse las pilas porque algo hay que hacer.
TE PUEDE INTERESAR: