Si no se toman acciones de prevención o control el insecto matará a la palmera infectada. El momento oportuno es al comenzar la primavera y se recomienda consultar a un ingeniero agrónomo especializado.
La llegada del picudo rojo y la afectación a las palmeras sigue siendo un tema de preocupación en cuanto no se conoce el comportamiento del insecto ni se tiene claridad sobre cómo combatirlo.
Actualmente su incidencia se da principalmente en la zona sur del país, y ha sido detectado en ocho departamentos que son Montevideo, Canelones, Florida, Flores, San José, Colonia y Maldonado. Se teme que se extienda en los palmares de Rocha.
Su nombre es Rynchophorus ferrugineus, conocido como picudo rojo de las palmeras, se hospeda principalmente en la palmera canaria, pero también ha atacado otras especies como butia y pindó, informó el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) en la última actualización sobre la situación, realizada esta semana.
La plaga es de introducción reciente en Uruguay, fue detectado por primera vez en junio de 2022 en palmeras de Canelones y Florida, y de ahí se ha ido extendiendo, las últimas detecciones fueron en Colonia y Maldonado.
En nuestro país no había experiencias con el insecto, lo que genera incertidumbre sobre su comportamiento y el impacto que tendrá en las especies nativas.
“La información pública con que se cuenta sobre la biología y comportamiento del insecto a nivel nacional es muy reducida. En principio, los adultos se han empezado a observar a inicios de primavera siendo su máxima expresión hacia finales de otoño. Se desconoce claramente cuando inician las posturas de huevos y hasta que momento del año se continúan, proceso que en los insectos está fuertemente ligado a la temperatura. En la palmera canaria los estados inmaduros de la plaga penetran por la única yema de crecimiento, ubicada en la cima de la palmera. Su detección temprana es dificultosa por lo que cuando los síntomas son claramente visibles, muchas veces, es demasiado tarde para realizar el control químico con insecticidas, siendo que no resulta efectivo y la palmera finalmente muere”, expresa el MGAP en su reporte más actualizado.
Otros países de la región sufren la plaga desde hace más tiempo por lo que tienen más conocimiento y experiencia, sin embargo, de eficacia de los controles químicos disponibles, según “la experiencia de otros países, resulta incierta en el contexto nacional actual”.
A la poca información y el poco conocimiento que se posee se agrega que el uso de insecticidas debe ser cuidados y limitado para minimizar el impacto en otros seres vivos como abejas y pájaros entre muchos otros que cumplen un rol positivo en la biodiversidad.
Uno de los tratamientos posibles es la endoterapia, un sistema que consiste en inyectar al tronco, y que “limita el riesgo de exposición de las personas a los insecticidas, categorizados como moderadamente peligrosos, los que deben ser manejados por personal capacitado”. Otro tratamiento es el de la ducha, apto para determinadas circunstancias.
Por el momento y en base a la información limitada que se posee, “parece probable que mínimo una aplicación preventiva a principios de primavera en palmeras visiblemente sanas sería necesaria para reducir el riesgo de infestaciones en aquellas zonas donde ya se han observado palmeras infestadas”, agrega.
Sobre el número de aplicaciones a realizar puntualiza que “va a depender de la residualidad del producto utilizado y de la presión de la plaga que exista en la zona, entre otros factores”. Siempre es recomendable consultar con un ingeniero agrónomo especializado.
¿Qué pasa si no se toman medidas de prevención o control?
Si se omiten las medidas de prevención o control, o se tomen tarde, “la plaga termina matando a la palmera infestada”.
La muerte de la palmera significa que el árbol se tenga extraer, y “una vez definido que el daño es irreversible se debería realizar la extracción, chipeado de hojas, trozado, y destrucción o enterrado de los restos para evitar que la plaga siga desarrollándose e infeste a otros ejemplares”, par lo cual existe un protocolo de corte.
El MGAP aclara que la responsabilidad de la ejecución de las medidas fitosanitarias será de las autoridades locales según la localización del ejemplar afectado según se detalla a continuación: las intendencias en el ornato público; los organismos del Estado afectados, en predios estatales (Gobierno nacional, entes autónomos, organismos descentralizados, ANEP u otros).
Si el ejemplar se encuentra en rutas nacionales o caminos vecinales, corresponde al Ministerio de Transporte y Obras Públicas.
En fincas urbanas o rurales, los responsables serán los propietarios.
Los costos de las medidas que se tomen (prevención, sanidad, retiro) son a costo del organismo que corresponda o propietario de la finca urbana o rural, sin generar ningún tipo de indemnización por parte del Estado.
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