¡Cómo han cambiado las cosas! No lo digo solo por la tecnología, que sí ha cambiado la forma que tenemos de percibir el mundo. Me refiero a la forma de relacionarnos y discutir cualquier tema.
Apunto a cuando se debate cualquier diferencia conceptual. Antes se hacía con respeto y con la altura intelectual y moral que correspondía, y con los temas bien estudiados, no como ahora.
Diferir en alguna cuestión es natural. No podemos imaginar a ninguna sociedad o grupo humano sin diferencias, salvo en los regímenes totalitarios.
Me viene a la memoria una gran discusión que se produjo en la comisión de deportes del Club Vanguardia, allá en mi viejo barrio.
Esta era una institución añeja en el corazón de mi barrio, que tenía sede propia y personería jurídica.
Durante muchas temporadas fue conducido por una familia legendaria de la zona, con apetitos de poder insaciables y que utilizaba el club como centro de poder político y social.
Recuerdo que en una nueva elección de autoridades, la novel oposición dijo que plantearía una serie de cambios en los estatutos que harían al reparto del poder zonal de la Federación Deportiva, y que introducían el bisturí a fondo en lo que hacía al relacionamiento del club, con los vecinos de la zona.
Como era esperable, el oficialismo, que tenía sus infiltrados en el sector opositor, empezó a denostar las modificaciones estatutarias, tildándolas con todo tipo de calificativos y menospreciando a los autores intelectuales de la aún desconocida plataforma de reestructura.
Por suerte primó la cordura y mediante una reunión, irrigada con “Mirinda”, la naranjita (porque la “Fanta” no tenía acuerdo de distribución en el club y por ende no se vendía en la cantina) y algunas galletitas “María” mediante, se bajaron los decibeles de la campaña.
Todo fue muy dulce, respetuoso y amable, y políticamente correcto. Dialogando llegaron a un pacto de no agresión, hasta se pidieron disculpas y todos tiraron para adelante.
Lindo recuerdo. Trazando cierto paralelismo, hoy por hoy, se está discutiendo en nuestra sociedad el contenido de la “ley de urgente consideración”.
Parece que para empezar, los ciudadanos militantes y dirigentes del grupo político que abandona el gobierno, no logró entender lo de “consideración”.
Se han dedicado a denostar, denigrar y rechazar los más de 450 artículos para considerar de la Ley, demostrando además el escaso interés de aportar algo. Hasta ahora no escuché, ni leí, ningún idea por parte del aún oficialismo, para mejorar los artículos.
Es preferible para estos hacer énfasis en los derechos de los delincuentes, esos “pobres muchachos” que se ven obligados a delinquir por culpa de la derecha reaccionaria y que quieren reprimirlos con Larrañaga al frente y casi seguro, con el aval de Manini que es culpable de todo.
Reírse del asunto de la fabricación legal del chorizo casero ya es una muletilla carnavalera, aunque desconozcan el motivo y que sea para considerar.
¿No será tiempo de reunirse y dialogar? No sé si con Mirinda o Fanta, elijan la bebida que quieran. Con galletitas o masitas. Pero de una buena vez dejen de jugar para la tribuna. Eleven la mira y el nivel de la discusión y del intercambio, hagan aportes, porque es prioritario para tener una mejor sociedad.
De pasada comento, la “Mirinda” nunca fue de mi agrado, muy artificial para mi gusto.
Son gustos, vio…