La industria de pinturas en el país ha enfrentado transformaciones significativas en los últimos 15 años, incluyendo la pérdida de empresas importantes y su consecuente impacto negativo en la mano de obra local. La gremial que ha abogado por los intereses de los fabricantes desde los años 40, actualmente se ve limitada en su accionar debido a la compleja situación que atraviesa el sector, de acuerdo con Carlos Barreira Carrau, presidente de la organización.
Creada en la década del 40, la Asociación de Fabricantes de Pinturas e Industrias Afines actualmente está integrada por 12 socios, de los que cinco son empresas locales. Si bien atravesó una época en la que cumplió un papel fundamental a nivel nacional, en la medida en que ha ido ganando terreno la importación en detrimento de la producción local, ha perdido peso, al punto que carece de herramientas para mejorar la competitividad, al igual que sucede con gran parte de la industria uruguaya. De todas maneras, una realidad que los ha beneficiado ha sido la situación de la construcción, cuyo auge ha impactado positivamente en el sector.
Los principales desafíos para el rubro de la pintura incluyen la adaptación y la flexibilidad ante los cambios del mercado. A futuro, se vislumbran oportunidades en productos sostenibles, como los que son a base de agua.
Para mejorar esta realidad, Barreira Carrau aboga por políticas que fortalezcan la industria nacional, promuevan la capacitación y generen un tejido social sólido en el país, según dijo entrevistado por La Mañana.
¿Cómo describiría la situación actual de la industria de pinturas en nuestro país?
Como todo sector de nuestra industria nacional, la industria de pinturas ha sufrido muchos cambios en los últimos 15 años, algunos por los cambios globales, otros por los de nuestra economía nacional y regional. Hemos perdido algunas empresas muy importantes en el sector que, aunque las marcas siguen comercializándose, no se producen más en nuestro país, lo que tiene un impacto negativo en la mano de obra ocupada. En general, el sector busca adaptarse a los cambios que le impone la realidad.
¿Qué impacto ha tenido la prometedora realidad de la construcción en la demanda de pinturas?
El gran momento de la construcción repercute muy favorablemente en nuestra industria. De hecho, recorriendo el país uno se da cuenta del gran impacto que tiene en varios sectores de la industria la cantidad de obras de todos los tamaños que hay actualmente y, por supuesto, la pintura es una parte importante de las mismas.
¿Qué segmentos del mercado (hogar, automotor, industrial) han mostrado mayor o menor dinamismo en el último año?
No tenemos mediciones por segmento. En definitiva, lo que puedo comentarte es que el industrial y el hogar son los segmentos de mayor dinamismo.
¿Qué papel desempeña la asociación que usted preside en la representación y promoción de los intereses de los fabricantes de pinturas? ¿A cuántas empresas nuclea y cuáles son sus principales cometidos?
La asociación fue creada en la década del 40 con el objetivo de promover y defender los intereses de los fabricantes nacionales de pinturas. Hoy en día está integrada por 12 socios, de los cuales cinco son empresas nacionales con base familiar, los demás son firmas extranjeras y socios colaboradores. Tuvo un período donde su protagonismo fue determinante, en las décadas de los 80 y los 90, vinculado a la gestión de los acuerdos comerciales que buscaron incrementar nuestra relación comercial con Brasil y Argentina.
Hoy tenemos una asociación con una limitada actividad ya que se interpreta que es poco lo que podemos hacer en defensa de los fabricantes locales, y tenemos las mismas dificultades que tiene cualquier industria del país. La convocatoria de mayor interés se desarrolla anualmente cuando realizamos –desde hace 20 años– nuestro estudio del mercado de producción y ventas.
Dada la situación que describe, ¿desde la asociación se busca trabajar para mejorar la competitividad de las empresas locales frente a los productos importados?
Como te comentaba, dada la realidad actual, no tenemos herramientas para mejorar nuestra competitividad frente a los productos importados. De hecho, la cifra de lo importado desde el año 2018 se ha ido incrementando en forma sostenida en más de un 10% anual, situándose hoy en el entorno de los US$ 40.000.000.
¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta hoy la industria de pinturas?
Los desafíos son los de siempre: la continua adaptación y la flexibilidad frente a los cambios del mercado. Estamos rodeados de socios comerciales con una producción de un tamaño que hace difícil la competencia regional.
Para que tengas una idea, el mercado anual uruguayo es de unos 20 millones de litros anuales, y ese volumen lo fabrica una firma chica y poco conocida en el estado de San Pablo en cuatro meses o una multinacional en 20 días.
A pesar de la compleja situación que se vive en la industria de pinturas, ¿cuáles son las oportunidades que ve para los próximos años, especialmente considerando las tendencias hacia la sostenibilidad y la innovación?
Entiendo que las oportunidades vendrán por todo lo relativo al mercado de productos para madera y el crecimiento de los productos a base de agua en sustitución de otros solventes agresivos para el medioambiente.
¿A qué se debe que haya crecido la importación en detrimento de la industria nacional? ¿Responde a un factor meramente económico?
Desde hace mucho tiempo importar es mucho más simple en todo sentido, más rentable y con menos regulaciones de todo tipo. Un importador no se expone a tantos riesgos como los que enfrentamos los industriales que quedamos fabricando localmente, desde controles hasta diferentes habilitaciones que obviamente son necesarias para producir, regulaciones nacionales, departamentales, de diversos ministerios, el costo país, entre otros, lo que lleva a que muchos pequeños y medianos industriales pensemos en mantener nuestra cartera de clientes, pero atendiéndolos con productos importados. Todo dentro de lo lógico, pero que termina mellando el tramado industrial, dejando mano de obra capacitada sin trabajo, con salarios de otro nivel, ya que no es lo mismo tener una planta industrial funcionando que tener un depósito para distribución.
¿Qué considera que se debería hacer frente a esta situación complicada que atraviesa la industria de pinturas?
Me gustaría que alguien buscara la forma de que se mantenga una industria nacional competitiva que ocupe y capacite a más uruguayos y que le dé al país un tejido social sólido que garantice otros elementos necesarios para constituir el país que todos nos merecemos.
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