Acto patriótico conmemorativo
Una vez más, como todos los años, se realizó en la plazoleta del hospital italiano Umberto I, frente al Memorial a los caídos, el acto de homenaje a las Fuerzas Armadas y la unidad de Italia, organizado por la embajada italiana de Montevideo y Ancri (Associazione Nazionale di Combattenti e Reduci Italiani), asociación de excombatientes y veteranos de las guerras italianas.
Se reunieron en una linda y soleada tarde un grupo de ciudadanos italianos y adherentes al acto patriótico. Estaban presentes el embajador Dr. Patrizio Petri; la cónsul Cra. Alessandra Crugnola y demás funcionarios de la embajada; la directiva de Ancri con su presidente, Gisella Quagliatta, y allegados; el director de la Scuola italiana, Cav. Italo Monetti; el representante del CGIE, Arq. Aldo Lamorte; consejeros del COM.IT.ES.; representantes del cuerpo diplomático en el Uruguay; jerarcas de las Fuerzas Armadas; una representación de la Scuola italiana y público en general. La banda de música del Batallón “Florida” de Infantería Nº 1 dio un marco brillante a la ceremonia con la ejecución de los himnos patrios y el emocionante toque de silencio.
El embajador italiano hizo uso de la palabra resaltando el sacrificio de tantos italianos fallecidos en las guerras o bien en las acciones de las actuales misiones de paz en el mundo y destacó la importancia de anhelar y bregar por la paz, más en estos tiempos de turbulencias que están amenazándola.
Hubo un emotivo momento de reflexión espiritual a cargo del presbítero Giacomo Marinucci, de la parroquia Santa Teresita de Jesús, de barrio Las Delicias, invitando a reflexionar sobre los desastres de la guerra, a orar por los caídos, expresando a la vez, el deseo de convivencia pacífica entre los pueblos.
Se efectuó la ofrenda de una bella corona floral que formaba la Tricolore, con la inscripción “A los caídos de todas las guerras”, ante el monumento o gran lápida con los nombres inscriptos de tantos hombres que fueron a servir en el frente durante la Primera Guerra Mundial, voluntarios desde Uruguay: italianos, descendientes e incluso orientales, y no regresaron más.
La Asociación Ancri, fundada en 1921 por excombatientes del frente italiano a su regreso a nuestro país, expuso en el jardín del Hospital una interesantísima serie de serigrafías de fotos tomadas en la zona de los Alpes orientales, Julianos, que fue donde se libraron las batallas cruciales de la gran guerra, y son un documento dramático del sentir de los soldados en las trincheras.
4 de noviembre
El día elegido para este homenaje por la República Italiana, 4 de noviembre, como Día de las Fuerzas Armadas, es la fecha en la que, tras la batalla de Vittorio Veneto, se firmó el armisticio entre Italia y el Imperio austrohúngaro en la –desde ese entonces– célebre Villa Giusti, en las afueras de Padua, región del Véneto, finalizando la Primera Guerra Mundial (1915-1918 para Italia).
Al respecto debemos señalar que este día para la memoria, que marcaba el fin de la guerra, que parecía que no iba a repetirse, tuvo lamentablemente que agregar centenas de miles de nombres a las lápidas en Italia y el mundo, a raíz de la Segunda Guerra Mundial y continuaron luego hasta hoy, en misiones militares de la ONU y la OTAN para preservar la paz, cayendo soldados que van a pacificar pueblos y encuentran la muerte.
Se conmemora conjuntamente con el Día de la Unidad de Italia, ya que el 4 de noviembre de 1919, un año justo después del armisticio, se cumple la fecha de anexión de Trento y Trieste al territorio italiano, por el tratado de Saint-Germain-en-Laye, por lo que se celebra ese día como símbolo de la unificación del reino de Italia, luego República Italiana.
Primera Guerra Mundial
Es que la Primera Guerra Mundial se considera –y más aún tras la victoria– un catalizador social y político importantísimo para la concreción de la unidad de Italia, que hasta poco antes era una sumatoria de reinos, ducados, estados pontificios y hasta una república, la veneciana, en su territorio.
Es así como en Italia en 1918-19, se sumaban a la participación en la contienda militar desde los que querían recuperar las zonas y ciudades perdidas a manos austríacas, como aquellos que suponían que con la intervención se lograría “hablar de igual a igual” con las grandes potencias y afirmar la soberanía, sumados a los nóveles nacionalistas que veían una acción de identidad nacional el hecho de armarse y combatir por su patria.
La intervención de Italia en la Primera Guerra no deja de ser polémica para la historia. En efecto tras un inicio con una postura neutral, tomó luego partido por los beligerantes de la triple entente: Alemania y el Imperio austrohúngaro. Sin embargo, en función de las ventajas de anexiones territoriales que le brindaban los contendores optó en 1915 por participar del lado de los aliados: Gran Bretaña, Francia, Rusia y luego Estados Unidos.
A favor de la participación bélica tomó partido el rey Vittorio Emanuelle III y el entusiasta político e intelectual Gabriele D’Annunzio. Sin duda esta participación ayudó mucho a la toma de conciencia de identidad italiana, que hasta ese entonces faltaba o era débil y conformó el paso decisivo para la unificación del reino, como fue dicho.
Segunda Guerra Mundial
El caso de la Segunda Guerra Mundial es distinto, ya que, bajo el régimen fascista de Benito Mussolini, Italia sintiéndose postergada en sus ambiciones o “premios” territoriales por la victoria en la Primera Guerra, por las disposiciones del tratado de Versalles, optó por unirse con la Alemania de Hitler y luego con Japón conformando el eje Roma-Berlín-Tokio que enfrentó a las fuerzas aliadas lideradas por Reino Unido, Francia, Rusia y Estados Unidos junto a muchas otras naciones cobeligerantes.
Tras esa primera fase de la guerra contra las potencias aliadas, Italia –tras el derrocamiento del Duce en 1943– firmó el armisticio con los aliados y se creó la República de Saló, en la que se refugiaron en el norte de Italia los seguidores de Mussolini. Esta cayó derrotada a manos de los aliados, lo que dio lugar al armisticio del 25 de abril de 1945.
En esos años (1943-1947), sufrió también la nación peninsular una literal guerra civil entre fascistas y partisanos, que luchaban en una confrontación fratricida que tuvo terribles consecuencias de muertes, miseria y crisis social.
Misiones de paz
Otro capítulo muy importante de la acción de las Fuerzas Armadas italianas en su participación en las llamadas Misiones de paz de la Naciones Unidas o bien de la OTAN y la Unión Europea.
Los contingentes militares peninsulares actuaron y actúan en diversidad de países en los más diferentes conflictos internos o externos de decenas de países en todo el mundo. Solo citar por la ONU a Somalia, Eritrea; India y Pakistán: Congo y Angola; Líbano, Israel, Egipto; El Salvador y Guatemala.
También intervenciones por la alianza atlántica en Iraq, Afganistán; Bosnia, Kosovo y Macedonia. O bien, por la Unión Europea, en Mali y Níger entre otros.
Paz entre los hombres
Analizar los números estadísticos de los fallecidos militares y civiles en las guerras da escalofríos: 12 millones de soldados y 8 millones de civiles en la Primera Guerra y 60 millones de bajas militares y 20 millones de civiles en le Segunda Guerra, según promedios de distintas fuentes.
A ese cuadro patético se suman los heridos, recuperados o no, las familias destrozadas, las secuelas de todo tipo, físicas y afectivas, en todo el mundo.
Estas celebraciones como la que concurrimos la semana pasada, nos invitan o, más que eso, nos exigen reflexionar acerca de la tendencia milenaria del hombre a pretender imponer la razón por la fuerza y no por el diálogo y la negociación. Lo estamos viendo a diario en estos días en dos conflictos inconducentes que llevan uno y dos años de duración, con muerte y desolación.
Parecería cobrar vida o materializarse la frase de Jean de La Fontaine en la fábula El lobo y el cordero: “La razón del más fuerte es siempre la mejor”.
La “paz entre los hombres” continúa diciendo “de buena voluntad”. Está en nosotros y nuestros gobernantes y líderes actuar con firmeza para que la máxima se cumpla.
* Maestro del lavoro, consejero del COM.IT.ES de Uruguay
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