Según Lauro Ayestarán, a un pueblo se le conoce no por lo que consume, sino por lo que crea. La existencia del Núcleo Música Nueva (NMN), a través de las sucesivas generaciones de músicos que lo han integrado, parece cumplir con esta máxima y mantenerse como un desafiante baluarte de la música de nuestro tiempo. Es la única institución latinoamericana de estas características que ha llevado a cabo sus actividades de manera ininterrumpida desde 1966. Actualmente está integrado tanto por compositores como por intérpretes, funciona horizontal y orgánicamente con base en sus asambleas, y sus integrantes rotan voluntariamente en las tareas de organización.
El NMN de Montevideo es una institución cultural no gubernamental y sin fines de lucro, con más de cinco décadas de actividad ininterrumpida. Fundado en octubre de 1966 por un grupo de jóvenes que estudiaba composición con Héctor Tosar (Coriún Aharonián, Ariel Martínez, Conrado Silva y Daniel Viglietti), se transformó en 1968 en una agrupación amplia y abierta integrada por compositores e intérpretes y, desde entonces, ha ido incorporando a las nuevas camadas de músicos interesados en la difusión de la música culta de nuestro tiempo. A partir de 1986 y hasta su muerte en 2002, Héctor Tosar fue su presidente honorario.
En estas décadas de trabajo incesante y militante por dar a conocer la creación musical contemporánea, la gran mayoría de los estrenos de música culta realizados en el Uruguay –obras uruguayas, latinoamericanas o del resto del mundo– ha tenido lugar en sus temporadas regulares de conciertos. Desde su fundación, el Núcleo se ha abocado a esa tarea de difusión, a través de la realización de conciertos con música de cámara y sinfónica, jornadas de música electroacústica, jornadas de video, exposiciones de partituras, seminarios, talleres, programas radiales, conferencias y encuentros, en los que han participado tanto músicos uruguayos como de numerosos otros países. Esa constante actividad ha constituido una invalorable fuente de información y formación para sucesivas generaciones de jóvenes músicos, tanto del ámbito culto como en el popular.
Para saber más de esta organización entrevistamos al compositor y pianista Antonio Laviano de la Comisión de Difusión del NMN.
¿Cómo y cuándo se dio tu incorporación al NMN?
Se dio en el 2015, luego del curso-taller de Coriún Aharonián junto a otros compañeros de dicho curso. Nosotros mostramos cuantioso interés por la creación nueva y por el NMN desde algunos años atrás.
Una característica es su horizontalidad y otra es que los integrantes rotan voluntariamente en sus funciones. ¿Cuántas comisiones hay?¿Cuál es la tuya?
Actualmente el NMN tiene la Comisión de Programación, la Comisión de Difusión, la Comisión de Archivo, y la Comisión Técnica (que es la que se encarga de las luces, la grabación y la filmación de las actividades). Yo integro actualmente la Comisión de difusión.
¿Cuántos integrantes tiene el NMN? ¿Hay asambleas, elecciones?¿Cómo se sustentan?
Tiene aproximadamente 60 miembros, pero no todos sus miembros son activos, la mayoría son inactivos, o sea, no participan de las asambleas ni de la organización de los conciertos. Muchos miembros fundadores e históricos han fallecido en la última década. Actualmente se realizan dos asambleas anuales. El NMN se sustenta con apoyo económico de Agadu. También las salas para realizar las actividades que nos prestan la Intendencia de Montevideo, el Sodre, y la Alianza Francesa. La entrada siempre es libre y gratuita.
¿Qué se requiere para ser integrante? ¿Se debe ser compositor, intérprete, profesional? ¿Hay un criterio de selección?
Para ser integrante del NMN se vota en una asamblea del núcleo. El candidato es presentado por un miembro del Núcleo, exponiendo a los demás miembros las virtudes o un breve currículum del aspirante y se vota (voto cantado por los miembros de la asamblea). En realidad no se requiere ser ni compositor ni músico, sí colaborar con la música contemporánea, con la difusión y la programación. Hay intérpretes y compositores que colaboran con el NMN que no son integrantes; asimismo, la mayoría de sus integrantes son compositores e intérpretes en la actualidad.
Dentro de las múltiples actividades, de divulgación, formativas, de registro, homenajes, retratos, conferencias, audiciones, etcétera, ¿cuáles señalarías como las más convocantes y por qué?
Los conciertos octofónicos (de 8 canales, parlantes) tienen una gran convocatoria. Tal vez podría ser causal el hecho de ser el único ámbito en nuestro medio en tener la experiencia de escuchar varias músicas, absolutas, no multimedia, de piezas con este sistema de espacialidad. Igualmente cuando se realizan conciertos comentados de grandes maestros como Héctor Tosar, Coriún Aharonián o Graciela Paraskevaídis.
Desde su fundación en 1966, el NMN ha tenido un cuidado especial en preservar el patrimonio inmaterial, con un registro y archivo meticuloso. ¿Qué organismos lo apoyan y quiénes están a cargo?
El NMN tiene un cuantioso archivo, tanto, gráfico, de partituras, grabaciones sonoras (aproximadamente 800 horas de música grabada en diversos formatos). El archivo se encuentra en el Centro Nacional de Documentación Musical Lauro Ayestarán.
Además de la creación de la música uruguaya contemporánea y latinoamericana, ha existido un objetivo pedagógico para sucesivas generaciones de jóvenes músicos tanto en el ámbito culto como en el popular. ¿Esto sientes que es así hoy día? ¿Un músico popular no los ve como rara avis que sacan sonidos extraños?
En primer lugar, el NMN no es una institución regionalista, ni latinoamericanista en cuanto al repertorio, difunde el repertorio contemporáneo, tantos creadores de América íntegra, de Europa, del continente Asiático o sea, de todo el mundo. Asimismo, por cercanía y porque gran parte de sus integrantes son creadores nacionales, se programa mucha música nacional. Más que un objetivo pedagógico, tiene un objetivo de dar a conocer ese interesante y nuevo patrimonio musical mundial al gran público curioso de nueva música.
Con respecto al músico popular, depende, en gran medida, de qué formación y conocimiento tenga el músico popular. No olvidemos que desde la década del 60 del siglo pasado, existió cuantiosa creación popular que contenía música experimental, tanto electroacústica como concreta, e incluso alguna fue comercial, por ejemplo: “Revolution 9”, del álbum blanco de The Beatles. Cabe señalar que en nuestro país y más precisamente en Montevideo actualmente existen algunos grupos que tienen influencia y conocimiento de música contemporánea por ejemplo Tangente, Viviana Ruiz, Bolsa de nylon en la rama de un árbol, Hacha y hacha, entre otros.
¿Qué opinas respecto a las siguientes afirmaciones? Las vanguardias tienen que luchar para dar a conocer su arte. A la gente le gusta lo que reconoce por haberlo escuchado antes. Es muy excepcional que el público se conmueva en una primera audición y más si en esta no hay elementos decodificables reconocibles como tonalidades, melodías, timbres.
Estoy completamente de acuerdo en que las vanguardias tienen que luchar para dar a conocer su arte, pero no solo ellas, también la música nacional del pasado necesita de intérpretes, orquestas y musicólogos calificados para que no caiga en el olvido y solo queden los nombres de sus creadores en enciclopedias musicales uruguayas.
Re-escuchar es más importante que escuchar, y no solo en música nueva, sino, en general, en toda la música medianamente compleja. Tanto para público como para músicos.
No toda la música nueva es tan críptica, la música nueva es muy heterogénea estilísticamente hablando, tenemos a los minimistas americanos (mal traducidos minimalistas) especialistas, compositores melódicos, electroacústicas, micro tonales, concretistas instrumentales, conceptualistas. En resumidas cuentas, hay compositores para todos los gustos.
Muchas veces nos conmovemos o nos asustamos escuchando música contemporánea sin darnos cuenta cuando vemos una película.
¿Cómo impulsar la difusión cuando se carece, o casi, de la de los medios tradicionales? ¿Por qué crees que pasa eso?
El NMN, desde hace diez años, difunde sus actividades por correo electrónico, WhatsApp, Facebook, más reciente Instagram; lo clásico son los afiches, en blanco y negro, divulgando las actividades en diferentes centros de concentración urbana. Creo que antiguamente el núcleo nunca tuvo realmente un interés en aparecer en los medios masivos, por ejemplo en la televisión. Para impulsar la difusión se tendría que recurrir a elementos nuevos o formas no empleadas, por ejemplo los videos, para dar más cercanía, entre músico y público.
¿Cómo ves al NMN en unos 10 años? ¿Qué te gustaría modificar, ampliar, intensificar o incluir?
Espero que en 10 años crezca el número de miembros y colaboradores. El público también. Que se renueven las relaciones con grupos similares de todo el mundo, que se den a conocer nuevos compositores nacidos en este siglo, además de seguir dando a conocer las nuevas creaciones tanto nacionales como internacionales. Difundir más el archivo, también hacer más conferencias, sobre compositores y sobre los 60 años del NMN, actualizar toda la difusión, con más énfasis en lo virtual.
TE PUEDE INTERESAR: