Pasadas las elecciones del 27 de octubre, los coordinadores de programa de la Coalición Republicana se dispusieron a integrar un programa de gobierno común para ser presentado a la ciudadanía de cara al balotaje del 24 de noviembre.
A la semana del acto eleccionario salió a la luz el documento “Gobernar entre todos-Compromiso País”, el cual abarca las áreas más importantes que requieren la atención de un gobierno, dividido en 22 secciones. En este artículo nos vamos a referir al apartado 16: “La segunda generación de la transformación educativa”.
Debemos enfatizar que una negociación política que involucra cinco programas, a veces con intereses y objetivos distintos, se hace trabajosa y dura, pero no fue este el caso, cada parte debió hacer concesiones, el “dar y recibir” nos permite llegar a un compromiso común.
Nuestro programa está basado en cinco pilares estratégicos que consideramos fundamentales para una formación que sea motor de desarrollo sostenible del Uruguay: la equidad e inclusión, calidad y pertinencia, la innovación y tecnología, docencia de excelencia y una gestión eficiente y transparente. Desde nuestro punto de vista, este compromiso aborda principalmente la equidad, la inclusión, la innovación y la tecnología, y parcialmente la docencia de excelencia.
En primer lugar, debemos resaltar la continuación de la transformación educativa, tal como lo manifestamos en nuestro programa, profundizarla implementando cambios en las culturas institucionales que favorezcan el desarrollo de un currículo flexible que se adapte a las necesidades de los estudiantes. En nuestro programa presentamos cinco propuestas a los efectos de implementar una real transformación educativa, entre ellas vamos a destacar las propuestas que se incluyeron en el documento de la Coalición Republicana, ya sea total o parcialmente.
La primera de esas propuestas es la promoción a nivel legislativo de una Ley de Educación Superior, actualmente en falta en Uruguay, siendo de los pocos países que no cuentan con una normativa de este tipo, que además profundice el ordenamiento generado por la Ley de Urgente Consideración 19.889 (2020) en la Ley General de Educación (LGE) 18.437 (2008), integrando todas las universidades e institutos universitarios y terciarios públicos y privados. Reafirmamos las bondades de una normativa de este tipo, proporcionaría bases comunes y al mismo tiempo diferenciales para el aseguramiento de una formación de alta calidad y la igualdad de oportunidad de formación de grado y posgrado universitario para los docentes de la administración pública, los profesionales de las distintas carreras de ciencias exactas y naturales, ciencias sociales, docencia, humanidades, seguridad y defensa, tecnológicas, regulando los aspectos centrales que operan en las trayectorias de los estudiantes de todo nuestro territorio nacional en las distintas instituciones de educación superior.
La segunda propuesta que destacamos es la de implementar una política nacional de formación en servicio para docentes en aula sin título. Esa propuesta es una aspiración importante de nuestro programa, la transformación curricular requiere ser acompañada de un sistema bien diseñado de “formación en servicio” acoplado a la formación docente, dirigido en primer lugar al 30% que no tiene titulación docente (grado) en Educación Secundaria y al 60% de la UTU. Esta situación, como vemos, se da en la educación media, no así en primaria, donde más del 90% de los docentes está titulado. Cuando asisto a algún debate, suelo preguntar a la audiencia si cuando se enferman y van a un hospital quieren que los opere un médico no titulado. Creo que la respuesta es obvia. La LGE define al docente como un profesional de la educación (art. 11), entonces, ¿por qué nosotros no tenemos docentes como en los países de alto desarrollo que requieren maestrías en educación para el ejercicio de la docencia en la educación obligatoria?
Otras de las propuestas incluidas en el documento es el establecimiento de la obligatoriedad de la educación desde los tres años. Nuestra propuesta apuntaba a la discusión sobre la obligatoriedad, por lo cual se requieren modificaciones legales para cambiar la Ley 18.437.
Por último, dentro de los puntos importantes de nuestro programa, está la inclusión del tema de la inteligencia artificial en el ámbito educativo, una tecnología que puede introducir enormes desafíos en la educación.
Con respecto a nuestras propuestas en educación en valores resaltamos la inclusión de adecuar las pautas para la educación sexual acorde a la madurez de los estudiantes y la revisión y mejora de los protocolos sobre abuso sexual y violencia intrafamiliar.
La propuesta de la universalización progresiva de la educación primaria e inicial de tiempo completo o extendido para los quintiles más vulnerables de la población va en consonancia con nuestro programa, el modelo de escuela de tiempo completo es la mejor propuesta pedagógica para los sectores de más bajos recursos. Asimismo, vemos de forma muy positiva la extensión del modelo de gestión de los Centros María Espínola, procurando en lo posible ir sustituyendo otras formas como el modelo de tiempo extendido.
Otro de los puntos resaltables en este programa común es la propuesta de “modernización de la ANEP, minimizando procedimientos burocráticos, digitalizando procesos y otorgando mayor autonomía a los directores de centros”. En este sentido hemos asistido a una dinámica burocrática de la ANEP como estilo de gestión desde su creación en 1985, no respondiendo a las necesidades de la dotación profesional en educación que el sistema educativo requiere.
Asimismo, acompañamos algunas de las propuestas incluidas como el fortalecimiento del sistema de becas, la capacitación docente obligatoria sobre temas de discapacidad, el fortalecimiento de las trayectorias educativas, con énfasis en el acceso, tránsito y egreso de los estudiantes, la elección de horas por períodos de tres años y la incentivación para que los docentes más capacitados elijan trabajar en centros desfavorecidos, entre otras.
Y del otro lado del espectro político, ¿que nos ofrecen? Lo mismo que tuvimos en los 15 años de su gobierno, el control burocrático de la educación en manos de los sindicatos, conservadurismo, volver al pasado. Tal como afirma el Dr. Claudio Rama en un reciente artículo, lo que nos jugamos el 24 de noviembre es “entre autonomía responsable o corporativismo endogámico”.
El sistema educativo presenta problemas crónicos que no se han podido resolver desde hace muchos años. La educación se convierte en un pilar fundamental para preparar a las personas para los desafíos y oportunidades del siglo XXI. Este 24 de noviembre apostamos por una educación de calidad para todos, apostamos por continuar transformando la educación.
*Coronel retirado del Ejército Nacional/licenciado en Educación Udelar/especialista en Derecho Internacional Público Udelar/docente
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