Lo sublime conmueve; lo bello encanta (Kant)
El Palacete Beatriz es una construcción de refinado estilo ubicado en pleno centro de Montevideo (en el patrimonial Palacio Piquet). Sus características únicas lo hacen sede de eventos especiales, locación de filmaciones, reuniones empresariales y actividades culturales. Pero lo que conmueve aún más que su belleza es su historia. Es un símbolo de resiliencia frente a la fatalidad a la vez que un homenaje al amor y a todos los seres queridos.
Para conocer más su historia, entrevistamos al compositor, pianista, director y docente Fernando Berman, uno de los socios impulsores de este proyecto.
Háblanos de tus actividades artísticas, ya que te has desarrollado en varias disciplinas dentro de la música.
Soy músico de profesión, un obrero del arte que adquirió diversas herramientas, las que circunstancialmente fueron sumándose en el bagaje de mi recorrido. Me he desarrollado como pianista, barítono, compositor, director y docente. Toda esta interacción enriqueció mi visión estética en lo conceptual, reflejándose en mi propia sensibilidad.
¿Cuál fue tu formación?
Ha sido vasta, desde mi iniciación a los cinco años con el piano en el Instituto Beethoven. Más adelante vendrían mis estudios de perfeccionamiento en la Escuela Universitaria de Música (ex Conservatorio Nacional), Escuela Nacional de Arte Lírico (ex Escuela de Ópera del Sodre), Escuela Municipal de Música “Vicente Ascone”, etcétera.
¿Algún músico en la familia?
Formalmente no, pero debo señalar la pasión de mi padre como melómano que me impulsó a inclinarme en este camino.
¿Qué tal tu experiencia docente? Fuiste docente en todas las ramas de la enseñanza, incluyendo la Universidad de la República.
A través de la actividad docente he tenido la posibilidad de aprender y poder transmitir mis conocimientos en todas las ramas de la enseñanza, tanto pública como privada. Como también nutrirme a través de la interacción con educandos de diferentes niveles educativos y generacionales.
Has obtenido varios premios con tus composiciones. Háblanos sobre esto.
Como compositor he obtenido premios con algunas de mis creaciones, “Palermo” (1er. Festival Agadu de la Canción, 1989), “Oda al Mundo Nuevo” (Asociación Coral Cantares, 1997) y “Nocturno” (IV Bienal de Acordelur, 2021). También fui galardonado como arreglador, ganando el Primer Premio en la misma IV Bienal de Acordelur, 2021.
Corresponde acotar que, si bien es una inmensa satisfacción haber obtenido premios, resultan frustrantes las dificultades que algunos compositores tienen para que se estrenen sus obras. Pero la historia ha mostrado multiplicidad de casos en que las obras se dieron a conocer post mortem. En definitiva, toda creación pasa a tener vida propia y su destino no siempre depende de su gestor.
Como pianista tuviste una extensa actividad. ¿Qué te motiva más, tocar en una agrupación sinfónica o una actividad como solista?
En mi dilatada participación como pianista en la Banda Sinfónica de Montevideo, tuve la posibilidad de adquirir una experiencia sinfónica que generalmente no poseen otros pianistas, debido a que el Piano es un instrumento solista por excelencia. En una agrupación sinfónica cada instrumentista es un eslabón que debe armonizar con el resto, para que el resultado colectivo sea el más elevado posible.
Esta función de pianista sinfónico, como contrapartida conlleva al distanciamiento de la actividad solista propiamente dicha. Pero no sabría responder cual opción es la mejor, porque ambos roles poseen características especiales favorables. Como en todas las profesiones existen especializaciones y no siempre son por elección propia, sino circunstancias que determinan transitar por un camino u otro.
Pero existe uno intermedio, que es la función de pianista acompañante. En esa área tuve la oportunidad de acompañar a muchos instrumentistas, cantantes y coros, que me ayudó a encontrar la interrelación entre las disciplinas que he recorrido.
¿Prefieres tocar en un piano acústico o uno digital?
Mi predilección se inclina por un piano acústico, aunque el digital tenga una mayor precisión en su afinación. Si tomamos en cuenta que el instrumento es una prolongación del intérprete, permitiendo desnudar el alma a través de la comunicación sublime de la música, lo natural es lo más adecuado. Aunque el manejo de diversidad de teclados electrónicos me ha brindado un oficio alternativo, que ha nutrido mi actividad laboral.
Estudiaste teatro en la Escuela de Arte Escénico de El Galpón. ¿Eso favoreció tu carrera artística?
Fue una etapa enriquecedora en mi adolescencia que me despertó gran pasión. Lamentablemente se truncó debido al exilio institucional, pero subliminalmente puedo decir que en el arte encontramos diversas herramientas que nos brindan la posibilidad de comunicarnos con lo externo y nuestro propio mundo interior.
¿Qué tipos de agrupaciones has dirigido?
Estuve al frente de diversas agrupaciones corales, representativas de algunas colectividades e instituciones, pudiendo mencionar el Grupo Coral Druyba (ICUS), Coro de la Institución armenia de la UGAB, Agrupación Nilda Müller, Vox Mundi, Coro Integracional, Guarda e Passa, Coro de la Escuela de Audem, sin desmedro de la dirección de múltiples coros en el Consejo de Enseñanza Secundaria desde el año 1985.
También has gestionado proyectos importantes. ¿En qué han consistido?
Uno de los más relevantes ha sido la proyección del Coro Polifónico Nacional de Ciegos del Uruguay, que resultó seleccionado por los Fondos Concursables para la Cultura y los Fondos de Incentivo Cultural, ambos del Ministerio de Educación y Cultura. Consistió en un proyecto de carácter inclusivo muy ambicioso, integrando a personas ciegas, de baja visión y normovisión. El mismo sería abordado por regiones del país, para transformarlo en un plan nacional. El trabajo efectuado en la capital dio nacimiento al Coro Integracional del Uruguay, que fue avalado por diversas instituciones como la Unión Nacional de Ciegos del Uruguay, Fundación Braille, Instituto Artigas, Centro Cachón y otras más. Lamentablemente se debió interrumpir el proceso por mi delicado estado de salud de aquel entonces.
Paralelamente te desarrollaste como cantante lírico. ¿Cómo incidió esto en tu vida artística?
Como mencioné antes, estudié canto durante varios años con grandes cantantes. Me especialicé en canciones folclóricas y tradicionales rusas, lo que disfruté mucho. Los tratamientos oncológicos han cercenado la posibilidad de seguir en ese rumbo. También puedo resaltar la actividad desarrollada junto a mi esposa Beatriz, creando el Duet Piet (Dúo Cantar) y el Grupo vocal e instrumental Angelicus, musicalizando infinidad de ceremonias nupciales.
Ahora háblanos del Palacete. ¿Cómo lo elegiste? ¿Buscabas algo así?
Con sinceridad no lo buscaba ni esperaba, diría que surgió de forma extraña, presentándose ante mí como designio del destino. Fue el descubrimiento de una obra arquitectónica atemporal, que atesoraba recuerdos de bonanza de una rica historia familiar. Pude vislumbrarlo como el resurgimiento de un palacio, a pesar del deteriorado estado de aquel entonces.
¿Qué características tiene?
Está ubicado en el Palacio Piquet, en pleno Centro de Montevideo y posee un área de 350 m². El edificio es de refinado estilo francés, construido en 1914 por el arquitecto italiano Eusebio Albino Perotti Mazzone, digno contribuyente a nuestro rico acervo patrimonial.
¿Cómo lo remodelaste?
Es una propiedad adquirida en sociedad y los méritos son compartidos. Hemos tenido especial cuidado en recuperar y resaltar sus mayores bondades constructivas, ambientándolo con fino mobiliario de época y estilo. Se destacan grandes espejos, Trumeau entre otros de exquisito refinamiento, grandes arañas y vitrinas francesas que contienen mi vasta colección de bustos que homenajean a los grandes compositores universales, mobiliario estilo Luis XV y XVI que generan empática armonía con la conservada ornamentación del Palacete, resaltada con lujosos dorados y grandes cortinados que nos transportan a épocas de esplendor.
Y por supuesto, un infaltable piano de cola conjugando con el resto descrito. Recorriendo los espacios se encuentran otros instrumentos musicales y en especial el Piano que perteneció a la referente Nilda Müller, que fue especialmente donado a nuestra institución.
¿Qué tipo de eventos podrían desarrollarse en él?
Todo tipo de evento cultural, cursos, talleres, conferencias, reuniones empresariales, sucesos temáticos, recitales, desfiles de modas, etcétera; y por su característica versallesca, resulta una hermosa locación para rodajes, filmaciones y sesiones fotográficas.
De hecho, el emprendimiento involucra a la locación en sí denominada como Palacete Beatriz, y las actividades culturales promovidas por el Centro Cultural Fidelio.
Interiorízanos de las circunstancias que llevan a un artista como tú a un emprendimiento al que denomina Palacete Beatriz.
En lo personal resulta un tributo especial a mi familia, lo que implica una gran responsabilidad. Es la forma que descubrí para representar mi amor hacia ellos. La denominación de Palacete Beatriz es en homenaje a mi esposa que se alejó con la pandemia y cada Sala lleva el nombre de mis padres e hijo, sintiendo que me acompañan en este emprendimiento.
¿Qué apoyos (si es que los tuviste) has recibido? ¿Estás solo en esto?
Todos los esfuerzos corresponden de forma exclusiva, al trabajo invaluable de los adquirentes de la propiedad.
Sería muy importante poder contar en alguna instancia con apoyos, tomando en cuenta nuestro esfuerzo por promover actividades culturales y rescatar, recuperar y embellecer este bien de riqueza patrimonial.
Has padecido varias desgracias familiares y enfermedades graves. ¿Esto es una forma de sobrellevarlas?
No, es la fórmula de la sublimación, aunando lo material con lo sentimental y espiritual. La Resiliencia es la fuerza que me ayudó a superar mis enormes pérdidas y la propia enfermedad. Esta quedó de lado al minimizarse frente a todo lo demás. El cáncer se alimenta del miedo y cuando la tierra que nos sostenía se ha secado, debemos adaptarnos al medio que nos queda. Es el mejor tributo que podemos brindar, crear inspirado en la inmortalización de los recuerdos.
El Palacete Beatriz es como una escultura que se moldea con ese sentimiento, donde se incrustan la Pasión y el Amor.
Para las personas que no tienen ni tu iniciativa, ni tu fuerza, ni tus medios ¿tienes alguna recomendación que quieras compartir en base a tu experiencia?
El secreto es encontrar propósitos de vida, metas a conseguir, tributos que cumplir.
Ahora que el proyecto está encaminado ¿A qué te gustaría dedicarte? ¿Qué te falta por hacer aún?
Aún falta llegar a la completa optimización. Es como la gestación de una magna obra de arte, que siempre se le encuentra algo para elevar a su mejor puesta en valor. De todas formas, ya estamos abocados a la organización de eventos especiales, que aporten al medio opciones culturales refinadas.
Si no vivieras en Uruguay ¿te gustaría vivir en otro lugar?
En realidad, este emprendimiento es mi viaje, que me hace sentir en ese otro lugar casi soñado, en comunión con lo eterno.
TE PUEDE INTERESAR: