En el norte el ganado tiene buenas condiciones, pero el pasto no crece e impide el desarrollo de los rodeos. Los tamberos apuntan al agua, sombra y buena alimentación para mantener las vacas con buen confort. En algunos establecimientos se adelantó la cosecha de maíz para evitar perder toda la producción. Necesitados de buenos rendimientos para lograr márgenes económicos, los agricultores están esperanzados en que llueva pronto, mientras los cultivos ya muestran indicios de estrés térmico.
Como sucede cada enero, es muy común ver al ganado metido dentro de los tajamares buscando saciar su sed, pero también para bajar la temperatura corporal en forma natural. Seguramente este paisaje se va a multiplicar en los próximos días, cuando se instale la ola de altas temperaturas que fue anunciada por Inumet para gran parte del país, con mínimas que irán desde los 21ºC y máximas entre 35º y 38º y superiores.
En Cerro largo el ganado se encuentra en buen estado, pero los pastos no crecen y “complica la producción” de los animales, señaló José Fabián Gularte, presidente de la Sociedad Agropecuaria de Cerro Largo. Además de la falta de lluvias que se extiende desde diciembre, el frío, sobre todo en horas de la noche, provocó un enlentecimiento en el desarrollo de las pasturas naturales, principal alimento para el engorde de los animales en esa zona del país. “Se trata de ganar la máxima cantidad de kilos a pasto”, aportó el productor, que señaló que no es habitual que se suministre otro tipo de complemento.
Los productores tienen claro que sus predios necesitan más tajamares u otro tipo de reservorios de agua, “pero la verdad es que no contamos con el dinero”. En 2025 deberán pagar la primera de las dos cuotas del crédito de Microfinanzas BROU que tomaron durante la sequía de 2023. El restante 50% lo deberán retribuir el próximo año.
Gularte explicó que la mayoría de los productores de su departamento entran en la categoría de emprendimientos familiares y su perfil no les permite tener espalda “como para hacer ese tipo de inversiones”. Con la seca “se gastó muchísimo” con los préstamos, “que vinieron bien en su momento como plan de emergencia, pero ahora hay que pagarlos”.
A pesar del contratiempo que produjeron las bajas temperaturas sobre el desarrollo de las pasturas, el productor remarcó que el escenario hacia adelante es alentador: “las vacas se están encelando, hay bastante terneros” y se verá reflejado en los ingresos de las empresas.
Los agricultores esperanzados en que llueva pronto
Los agricultores están esperanzados en que comience a llover y se revierta la situación que se está comenzando a complicar en varios cultivos. “Claramente precisamos buenos rendimientos porque los costos no han bajado tanto como los precios” y se necesitan kilos para lograr márgenes positivos, dijo a La Mañana el presidente de Copagran, Ing. Agr. Juan Manuel García., La complejidad de la situación depende de las zonas. Precisó que siguiendo las costas del Río de la Plata y del río Uruguay el sur de Canelones, San José y Colonia, el oeste de Soriano y sureste de Río Negro son lugares “más complicados” que el resto del país “con altas temperaturas y donde va quedando muy poca humedad en el suelo”. Subrayó que ya los cultivos comienzan a mostrar síntomas de estrés térmico.
Los maíces de primera que fueron implantados más temprano presentan una mejor situación que los que fueron sembrados un poco más tarde. En el primero de los casos “los agarró con el ciclo muy adelantado”, aunque el rendimiento no será tan bueno como se presumía en el inicio. Los que fueron plantados un poco más tarde y estaban floreciendo en estos días “están muy complicados”. Dentro de su planificación los productores no tuvieron muy en cuenta la siembra de maíz de segunda teniendo presente que la chicharrita provocó daños importantes el año pasado. Inclusive desistieron de hacerlo por falta de humedad en aquellas áreas que habían sido proyectadas para este cultivo.
En el caso de las sojas de primera y de segunda sobre restrojos de colza y algunas cebadas “se lograron muy buenas implantaciones”. García señaló que el cultivo presentó muy buenas proyecciones en el comienzo de la siembra, pero con en nuevo escenario de falta de lluvias se frenó su desarrollo y lo que viene es una incógnita. Recordó que el año previo a la seca también fue Niña, comenzó a llover a partir del 15 de enero y hubo récord de rendimiento de soja en el país. “El partido de la soja se juega después del 15 de enero” y sobre todo en febrero y marzo. La situación es más compleja en la soja de segunda. Por la falta de humedad les costó salir de debajo de los rastrojos y ahora necesitan agua para “armar su potencial”.
Los girasoles de primera sembrados muy temprano en la zona de Young “estaban espectaculares” hasta que comenzó a faltar el agua. Si bien esta coyuntura “los había agarrado muy adelantados en su ciclo”, las plantas se van a ver afectadas en el peso de sus granos. Para los de primera plantados más tarde y los de segunda “es toda una incógnita”, teniendo en cuenta que son los que necesitan lluvias en forma más rápida.
Apuntar al confort de las vacas en producción
Esa situación también se extiende a los lecheros, que ahora deberán apostar fuertemente a la disponibilidad de agua y sombra para proteger el estado corporal de las vacas en producción. El productor de la zona de Rodríguez, departamento de San José, y actual vicepresidente de Conaprole, Alejandro Pérez Viazzi, dijo a La Mañana que la fuerte ola de calor que se registra por estos días obliga a “incrementar el uso de reservas, concentrados y fardos con una dieta balanceada no solo con energía y proteína, sino también con la fibra suficiente para que no les afecte la sanidad y la salud del rumen”.
El productor subrayó la necesidad de disponer de agua y sombra, “porque con estas temperaturas puede haber pérdida de gestaciones con abortos”. Acotó que similares condiciones son las que hay que tener para las recrías en un mes en que “los pozos empiezan a rendir menos” y “hay que cuidar muchísimo el confort de los animales”.
Pérez Viazzi señaló que las lluvias se cortaron hace varias semanas y “seguramente van a ver pérdidas del cultivo de praderas y también en los rendimientos del maíz”. Respecto a este último cultivo, se lamentó que “ahora se está secando”. Los últimos episodios de precipitaciones relevantes fueron sobre finales de noviembre y primeros días de diciembre, justamente en el mismo período en que en Conaprole hubo una mayor remisión de leche luego de ocho meses con menos producción que en 2023.
El corte de maíz para reserva había sido panificado para el 1º de febrero, sin embargo, el fuerte calor retrajo el desarrollo de la planta y no tuvieron más remedio que adelantar la tarea y comenzaron el domingo pasado. Pérez Viazzi advirtió “cierta impotencia” ante la pérdida de rendimiento y calidad del cultivo, cuando un mes antes se presentaba como una zafra récord, con dos choclos por planta y ahora “no termina de completar el primer choclo”.
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