Christian Di Candia desempeñó el cargo de prosecretario de la Intendencia de Montevideo durante la gestión del Ing. Daniel Martínez (2015-2019), para asumir como intendente interino desde el 1º de abril del 2019 hasta el 26 de noviembre del 2020, luego de la renuncia de Martínez. Con la designación de la actual diputada Cecilia Cairo como ministra de Vivienda y Ordenamiento Territorial, se decidió que Di Candia asumiera como subsecretario de la cartera. En entrevista con La Mañana, realizó un análisis del inicio de la transición y mencionó los proyectos que se pretende impulsar.
¿Cómo vienen manejando la información que reciben y cómo la van proyectando? En una declaración de hace pocos días mencionó que no iban a cometer los errores que cometió la actual gestión. ¿A qué se refería?
En realidad, esa respuesta se refirió específicamente a una pregunta muy concreta de un colega de ustedes sobre la cantidad de viviendas que se iban a construir. Lo que le aclaramos, de alguna manera, es que primero, para poder proyectar realmente, hay que disponer de un combo de información que todavía no tenemos. En primer lugar, cuál va a ser la disposición presupuestal que el Ministerio de Economía, junto con el presidente y en el acuerdo del gabinete, van a otorgar a las políticas de vivienda. Por otro lado, también tener la información completa que se solicitó al actual Ministerio, que en algunos casos se nos fue acercando y en algunos otros pedimos ampliaciones que quedaron en llegar en el correr de la semana. Tengamos en cuenta que, en el Ministerio de Vivienda, como algunos otros ministerios, se trabaja a mediano y a largo plazo. Las construcciones de vivienda llevan su tiempo, los procesos legislativos también, es muy normal que los primeros tiempos uno esté ejecutando o trabajando sobre lo que venía trabajando el período anterior, sea del mismo partido o no, como política más de Estado. Hay que articular esto. Después hay una cuestión –y ahí me refería al error– que es poner una cifra concreta. Porque más allá de lo impactante, la cifra genera una expectativa y una ansiedad en la población que está esperando una vivienda que no ayudan en nada. En realidad, de lo que hay que hablar es de soluciones habitacionales que de alguna manera se vayan dando, en algunos casos con construcción, en algunos con compra de vivienda usada, en otros con subsidio al alquiler o con los nuevos planes que vamos a estar armando en el marco de la política de primera vivienda, que fue una promesa que el presidente electo hizo en su campaña y vamos a estar diagramando en los próximos meses.
Entonces, lo del error se refiere a que no vamos a generar una expectativa en la población que no condice con lo que uno, de forma responsable, debe hacer al frente de una cartera como la de Vivienda. Si hay algo que los uruguayos y las uruguayas rápidamente llegan a determinar, que tienen como objetivo, es tener una casa. Entonces, es un tema delicado como para generar falsas expectativas.
¿Qué podemos esperar del próximo ministerio?
Si yo tuviese que poner un titular de lo que queremos de estos cinco años, te diría que la vivienda, el hogar para los uruguayos sea cada vez menos una utopía y cada vez más una posibilidad real de ser algo alcanzado. Obviamente este titular tiene mucho de titular y poco de especificidad en cómo llegar a eso, pero ahí tendrá que estar nuestra capacidad para encontrar las diferentes herramientas y las diferentes políticas que apunten a eso. Lo que sí está claro es que tanto Cecilia como yo tenemos una forma de trabajo muy cercana al territorio, vamos a estar recorriendo el país, vamos a estar poniendo los pies en la tierra, vamos a estar conversando mucho con la gente y buscando cómo armar este tipo de diferentes instrumentos que tenemos para que la gente llegue a la vivienda.
Quiero hacer referencia a tu primera pregunta, porque me parece importante la reflexión sobre el tema de las campañas y después la gestión. Si hay algo que hay que cuidar mucho cuando uno está en campaña –y yo creo que Yamandu lo hizo incluso siendo tildado a veces de no estar diciendo nada– es no prometer. Él fue muy responsable en decir que íbamos a prometer trabajo y caminar por la línea del programa, pero no íbamos a ganar las elecciones prometiendo disparates. Entonces, me parece que esa línea hay que sostenerla, sobre todo porque si no la política pierde credibilidad, pierde la democracia y terminamos perdiendo todos. A la gente no se le puede andar mintiendo por ganar una elección porque después pasa lo que todos sabemos. La idea es que no seamos todos iguales, que cada uno represente lo que representa y que en todo caso la gente elija.
¿Qué va a pasar con los planes de vivienda, por ejemplo, el plan Avanzar y otros que han surgido?
Estamos esperando, como decía, alguna información que no hemos tenido aún, sobre todo en materia de ejecución de obras, de qué tanto está comprometido para los próximos años, lo que hay que seguir, y qué tanto es parte simplemente de una planificación, por decirlo así. Nosotros visualizamos que se ha trabajado de forma muy compartimentada en diferentes planes, el mejoramiento de barrios, por un lado, está el plan Juntos, por otro lado está Avanzar, el programa Entre Todos, que es una política de vivienda bastante nueva que ejecutó este último período de gobierno, en los últimos dos años o año y medio. Entonces, lo principal es trabajar con mucha fuerza desde el inicio en construir y generar una ventanilla única del sistema de vivienda. Cada programa no puede tener su propia ventanilla y estar resolviendo cuestiones puntuales, eso muchas veces es no administrar de la mejor manera los recursos del Estado.
¿Esto termina confundiendo a la gente?
Claro, totalmente. Superponer es fuerte. Al Ministerio de Vivienda le tiene que llegar la situación y resolver con qué herramienta, con qué instrumento la soluciona mejor. Allí también hay un trabajo importante para hacerse de manera coordinada, seria y buena con la Agencia Nacional de Vivienda, que administra toda la cartera de lo que era el BHU y las construcciones del Ministerio. En fin, hay mucho trabajo por hacer. Obviamente, recién estamos a mediados de enero, nos queda un mes y medio de transición antes de asumir. Creo que venimos a buen ritmo, todavía esta semana terminando algunas designaciones que nos están faltando. Tenemos, de hecho, una reunión con la ministra designada Cairo, para terminar de resolver algunas designaciones. Hay reunión también con el BID, por el proyecto de mejoramiento de barrios. Vamos avanzando de a poquito, de forma de llegar al 1º de marzo con un plan bien concreto, claro, hacia el armado del Plan Quinquenal de Vivienda. Como todos saben, este es uno de los ministerios que tiene la obligación de generar un plan quinquenal y que debe ser entregado a mediados de julio, casi juntamente con lo que va a ser el proyecto de presupuesto quinquenal. El primer año de todo gobierno tiene mucha planificación.
Los rubros pueden ser “gordos o flacos”, dependiendo de lo que se quiera proyectar. ¿Esto obliga al Ministerio a gestionar ante el BID o diferentes organismos de crédito para financiar los proyectos que quieran generar?
Totalmente. Igual hay que tener una mirada global del Estado y la mirada global del proyecto país. El presidente electo fue muy claro: no puede generarse una competencia por recursos por parte de las carteras. Se ha intentado que cada una tenga una mirada transversal, incluso interna, al Frente Amplio, con incorporación de independientes en algunos casos. Hay un caso bastante notorio en el Ministerio del Interior, pero hay otros en que se mantiene un técnico de la gestión anterior, al menos en los casos en que se entiende que corresponda, porque la visión país a la hora de definir los recursos es importante. Puedo entender que la vivienda es quizás la principal necesidad del país, pero cuando nos ponemos todos en torno a una mesa, podemos decir que la pobreza de la infancia es una necesidad más que urgente, con la que tiene que ver la vivienda también, pero que tiene que ver el Mides, que tiene que ver el Ministerio de Salud Pública, que se llegue a tener medicamentos de forma más económica y segura en todos los rincones del país también es una necesidad. Habrá que ver qué margen fiscal y qué margen económico se tiene a partir del 1º de marzo y, sobre todo, en este año que vamos a estar administrando un presupuesto definido por el gobierno anterior. Está claro que es un año importante, no solamente para planificar los cuatro que vienen, sino para dar disposición a los marcos de los diálogos sociales que se propuso el gobierno entrante y, además, los cambios o modificaciones legislativas, normativas o reglamentarias que haya que hacer para ejecutar las políticas. Eso tiene costo político, costo en tiempo, pero no tiene específicamente grandes costos en recursos. Si yo tengo que generar una propuesta de modificación de la Ley de Vivienda Promovida o del marco regulatorio y cooperativismo, este año es el año especial para armar los equipos para trabajar eso.
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