La extensa nota del Dr. Guillermo Domenech en la edición de La Mañana del día 15 del corriente no tiene desperdicio, más allá de que probablemente nuestra pequeñez demográfica y la ausencia de bienes estratégicos tornen un tanto difícil evadirnos de las influencias extranjerizantes.
Pero hay aspectos que no se pueden obviar, como por ejemplo que CA se haya metido en el campo minado de la reforma de la seguridad social, cosa que en su momento el senador Manini advirtió al presidente y que estoy seguro de que cobró sus votos para la Coalición, no en el plebiscito de octubre, probablemente por la insensatez de querer eliminar las AFAP, pero sí en la segunda vuelta electoral. Asimismo, la referencia, textual, a “las mentiras vertidas en el ambiente parlamentario por altos funcionarios del gobierno en el caso Marset” no tiene desperdicio. Es una acusación tremenda y un golpe en el mentón al núcleo duro del oficialismo. Igualmente, sin exageración, es esta otra frase: “Parecen más interesados en destruir a sus eventuales socios que en parar la sangría que sufren elección tras elección como consecuencia de una inadvertida penetración ideológica”, en directa alusión hacia los partidos tradicionales, aunque quizás –y sin quizás– sea más aplicable al Partido Nacional y a su líder que el decaído Partido Colorado. Hay otras verdades, pero estas parecen, prima facie, las más notorias, sin olvidar que absolutamente nada se hizo respecto al accionar de la Fiscalía General como servicio descentralizado que es, no en cuanto al nombramiento de un nuevo Fiscal General, que es resorte parlamentario con mayoría especial.
Hasta aquí es todo correcto, aunque ahora viene el pero… del título, casi todo tiene un “pero” suele decirse. Mencionemos las cosas por su nombre: ¿por qué CA con una bancada nada despreciable y decisiva toleró todas esas cosas? ¿Por qué soportó groseros ataques habiendo sido el factor fundamental con sus 270 mil votos para el triunfo en 2019 del actual primer mandatario, hecho reconocido por muchos analistas? Claro está que un partido político nuevo tiene sus inexperiencias, sus ingenuidades y también es cierto que el amor a la patria significa mucho para CA, mas las cosas tienen un límite y no se puede cerrar los ojos ante realidades notorias. No se trata de señalar con el dedo a nadie (nunca una persona es responsable de todo lo malo y de todo lo bueno de algo), pero la masa cabildante de a pie es merecedora de algún tipo de explicación que aún no se ha dado. Ojalá se dé.
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