Mientras el tema del momento en el agro es lo acontecido con Conexión Ganadera, hay otros hechos que han quedado en el olvido, aunque también han representado importantes pérdidas para el Estado y los productores. Uno de ellos tiene relación con la historia del frigorífico Florida y su reapertura en 2018, que tras funcionar un año terminó cerrando y dejando deudas por casi 23 millones de dólares a más de 120 acreedores.
La propietaria de la planta era Vielesul SA, una sociedad registrada el 16 de enero de 2013 por una firma de abogados panameña que se dedicaba a los servicios financieros offshore. La empresa Vielesul SA cerró en 2019 y de su propietario no se supo más nada.
Documentos a los que accedió La Mañana muestran que el titular y beneficiario de Vielesul SA es el venezolano César Augusto Zambrano Echegaray. La sociedad anónima tiene como directores y representantes a César Augusto Zambrano Echegaray (presidente), Isabela del Valle Sequera Añez (secretaria) y Carlos Zambrano Sequera (tesorero). Se trata, entonces, de una familia, encabezada por César Zambrano, su esposa, Isabela Sequera, y su hijo Carlos Zambrano Sequera.
A su vez, el 100% de las acciones de Vielesul SA pertenecen a la sociedad Worlwide Commodities Holding Corp., constituida en las Islas Vírgenes Británicas, siendo sus directores los nombrados. Por lo tanto, la compra del frigorífico Florida fue realizada, en realidad, por una estructura societaria cuyo vértice está en las Islas Vírgenes. En el mundo de las finanzas esto se conoce como empresas “mamushka”, o sea una dentro de otra, lo que generalmente tiende a que se dificulte conocer el origen de los propietarios de las empresas, al tiempo que permite ocultar el patrimonio y en algunos casos evadir impuestos.
De acuerdo con los registros, Vielesul SA es propietaria de otras empresas en Uruguay, a saber, Bifur, Unacar, Brillatop, Vielesul, constituida en Uruguay, y Euroamer.
En el año 2014, dicha sociedad adquirió las acciones de Clademar SA, sociedad constituida en Uruguay, y pasó a ser propietaria del frigorífico Florida.
El frigorífico fue reinaugurado en 2018, remodelado con un préstamo del BROU de 7,5 millones de dólares, funcionó un año y su propietario desapareció entre fines de 2019 y principios de 2020. Según datos que hemos podido comprobar, César Zambrano, presidente de la sociedad, venía a Uruguay solo por visitas cortas (en alguna oportunidad acompañado por su hijo Carlos y su esposa Isabela) para participar en el directorio de la empresa, visitar la planta, reunirse con personas y empresas de su interés y suscribir compromisos, en muchos casos con consciencia de futuros incumplimientos. La última vez que estuvo en el país el frigorífico ya estaba cerrado y no regresó nunca más. Antes de irse de Uruguay, César Zambrano firmó 16 cheques que no tenían fondos, provocando la clausura de cuentas bancarias de Clademar SA en tres bancos y generando un sin número de demandas civiles y penales, ente otras.
Algunas historias
Dentro de toda esta historia hay algunos hechos que llaman la atención. Zambrano informó al directorio, antes de la inauguración del frigorífico en 2018, que había firmado un compromiso de compraventa del 51% de las acciones del frigorífico a una empresa de China denominada Beijing Hezhong Overseas Co. Ltd., cuyo dueño participó de la inauguración y fue mencionado en notas de prensa de la época.
Dicho contrato comenzó a ejecutarse, Vielesul SA recibió el primer pago de la prometida venta y una parte del capital de trabajo. Un año después, Zambrano informó al directorio que no se realizaría la venta de acciones a Beijing Hezhong Overseas Co. Ltd, generando dudas sobre el negocio que había hecho con dicha empresa china. Ese acuerdo no se realizó en Uruguay.
En 2019, Vielesul SA le dio a Clademar SA un préstamo por de 2,2 millones de dólares, con un interés del 5,50% anual, que figura en los registros de la empresa. O sea, la empresa matriz (Vielesul SA) le prestó a Clademar SA, de la cual era dueña, a sabiendas de su situación financiera. Se estima que este tipo de maniobra era para colocarse como acreedor e intentar obtener algún dinero en caso de una posible venta o transferencia de la sociedad.
En búsqueda de compradores
Tras la caída de la empresa a una velocidad estrepitosa (duró un año) se comenzó a buscar compradores. Dos interesados firmaron contratos en un intento por adquirirla, pero las iniciativas fracasaron. Finalmente, a fines de 2022 se realizó la subasta pública de la planta frigorífica, siendo el único ofertante el BROU, haciéndose de los activos (que ya eran garantía de sus créditos) por un valor de 6 millones de dólares. El BROU había elaborado la estrategia de recuperar parte de los préstamos a Zambrano (unos 7 millones de dólares) y a la vez reactivar el frigorífico. Para ello propició el remate judicial conjunto con las hipotecas y prendas de maquinarias en garantía, de forma tal de mantener la unidad productiva de la planta industrial. El grupo Lequio, de procedencia argentina, terminó adquiriendo la planta. Se comprometió a un pago de 8 millones de dólares: 30% al contado y con financiamiento del BROU por el 70% restante. Si bien tras la adquisición en 2022 se pensaba volver a operar a mediados de 2023, el regreso a la actividad se demoró un poco más.
Sobre noviembre del año pasado comenzó el envío al seguro de paro de varios trabajadores. En la actualidad la planta está paralizada. De unos 40 operarios, solo están trabajando cuatro, el resto fue enviado al seguro de paro o fue despedido. Los propietarios aseguraron que este mes se retomaría la actividad, pero dentro de la sociedad floridense existen dudas. La planta fue visitada por un grupo inversor brasileño días atrás, el cual manifestó su intención de asociarse con los actuales propietarios. El frigorífico tiene habilitación para exportar a China (algo logrado el año pasado), además de Canadá, EE.UU., la Federación Rusa, la Unión Europea, el Reino Unido y Brasil.
Denuncias varias
Por las maniobras del venezolano Carlos Zambrano durante su corta permanencia en el país, existen denuncias en Fiscalía desde 2023. También se ha señalado que Zambrano se valía de sus estadías en Uruguay para hacer negocios con Venezuela, aprovechando beneficios cambiarios. En aquel momento (entre 2015 y 2017), desde el Estado venezolano vendían dólares muy baratos para la importación, los cual después se volvían a colocar en el mercado venezolano a precio de mercado, reportando gigantescas ganancias en bolívares.
Zambrano casi llegó a participar en el fallido plan de vivienda sindical en 2017, que terminó con el procesamiento de un representante de Vivamax, la empresa que llevaba adelante la iniciativa. Todo terminó cuando se efectuó una denuncia penal por unos cheques que había emitido una empresaria de Rocha y que fueron cobrados sin que se hiciera ninguna obra. El empresario venezolano concurrió a reuniones con representantes del Pit-Cnt, pero finalmente optó por no sumarse al proyecto que había fracasado. Entonces, el empresario venezolano optó por seguir en el tema de la vivienda y compró terrenos en Tacuarembó. Terminó construyendo viviendas y las vendió “al precio que viniera”, según señalaron las fuentes consultadas. Terminó poco menos que rematando lo que le quedaba para hacerse de efectivo. Algunos créditos quedaron sin cobrar al irse de Uruguay. Actualmente, Carlos Zambrano y su familiar estarían residiendo en Estados Unidos.
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