El principal desafío que enfrenta la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU) es mejorar la competitividad del sector, que resulta fundamental para la economía nacional, el empleo y las exportaciones. Así lo dijo a La Mañana el flamante presidente de la gremial empresarial, Leonardo García. A su vez, afirmó que aspira a que se implementen algunas de las propuestas presentadas por la institución para resolver los problemas que atraviesa el rubro.
Durante el 2024, la cámara que nuclea a las empresas industriales elaboró propuestas para aumentar la capacidad productiva, mejorar la inversión y la productividad, en un contexto en el que la falta de competitividad afecta la rentabilidad y dificulta la innovación y la creación de empleo, debido a un entorno económico y regulatorio que no ha mejorado, de acuerdo con García.
Para abordar estos problemas, la CIU propone reformas fiscales, regulatorias y laborales, como una regla fiscal más estricta, ajustes al sistema tributario y mejoras en el régimen de la Comap, además de reducir los altos costos de energía. La gremial también aboga por la igualdad de condiciones en el comercio, sin buscar protecciones, pero exigiendo que las importaciones cumplan los mismos estándares que las producciones nacionales.
Respecto a la concentración de grandes superficies comerciales, el entrevistado dijo que se considera una amenaza para la competencia, afectando a varios sectores como el alimentario.
En otro orden, se refirió a las expectativas para este nuevo año, donde destacó que habrá una mayor incertidumbre por el cambio de gobierno y la situación económica internacional, especialmente en Brasil, Estados Unidos y Argentina.
Los ejes de gestión de la CIU incluyen continuar con el plan de envases nacionales, impulsar las propuestas de política industrial y dar mayor participación a las pequeñas empresas, además de fortalecer los servicios de apoyo a la competitividad en áreas como innovación, digitalización e internacionalización.
¿Cuáles son los principales desafíos que cree que deberá sortear al frente de la CIU?
El principal desafío que nos planteamos en este período es mejorar la competitividad de la industria, particularmente de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes). En ese sentido, la cámara tiene un grupo de propuestas que compilamos en 2024 y que les presentamos oportunamente a todos los candidatos presidenciales. Haremos todo lo posible para que las propuestas de nuestro plan de acción de política industrial sean implementadas. Representamos un sector muy importante de la economía, del empleo y de las exportaciones, por lo que esperamos tener respuestas rápidas y eficientes para mejorar nuestro posicionamiento competitivo que no ha mejorado en los últimos años.
¿Cómo está afectando a la industria la falta de competitividad?
No estamos logrando aumentar la capacidad productiva. El principal impacto es en la inversión. Hace unos años que mantenemos la misma capacidad instalada. Y tampoco estamos logrando aumentar la productividad por el lado del empleo, porque no mejora el nivel de competencias de las personas que se suman al mercado laboral. El entorno económico y regulatorio tampoco ha mejorado sustancialmente. Todo conspira contra la rentabilidad, con la retribución al esfuerzo y al riesgo que tomamos los empresarios. En este contexto es muy difícil producir más, ganar mercados, innovar, aumentar el empleo y subir las retribuciones a nuestra gente.
¿Cuáles son las soluciones que proponen como gremial para resolver estos problemas?
Como mencionaba, la cámara elaboró un conjunto de propuestas que compila la visión de los industriales acerca de cuáles son los cambios necesarios para aumentar la competitividad. En materia macroeconómica nuestra principal preocupación es el peso del Estado y el manejo fiscal. La regla fiscal fue un pedido histórico de nuestra agremiación. Finalmente se está avanzando, pero resta perfeccionarlo, porque no hay espacio para seguir aumentando el gasto y el manejo inadecuado tiene impactos en el tipo de cambio. También hicimos propuestas en lo que refiere a las regulaciones laborales como, por ejemplo, que hay que pensar en soluciones distintas para las micro y pequeñas empresas (mypes). En lo tributario, hay ajustes al sistema que realizar, algunos que no son relevantes para las finanzas públicas, pero que para algunas empresas resultan muy onerosos. Otro aspecto por mejorar es el régimen de la Comap, no es posible que haya que esperar dos años para la aprobación de un proyecto. En cuanto a la energía, pagamos costos de los más altos en comparación con los países competidores; hicimos varias propuestas para abatir ese costo.
¿Cree que el nuevo gobierno debería tomar medidas para proteger la economía nacional?
La industria no pide protecciones, sino igualdad de condiciones. Y cuando hay un arancel, que se pague, que no se eluda por mecanismos alternativos que erosionan la capacidad de venta de los proveedores nacionales. En cuanto a las regulaciones, en Uruguay, por ejemplo, importamos alimentos y medicamentos cuyas plantas no tienen el nivel de exigencias que las instaladas en Uruguay. No queremos rebajar nuestros estándares, pero sí que se les exija lo mismo a quienes introducen mercadería desde otros países.
Acerca de la concentración y el creciente poder que han tenido algunas grandes superficies, ¿se considera una amenaza para la industria nacional, en particular, en lo que respecta al sector alimenticio?
Es un problema la concentración en cualquier mercado en tanto comience a afectar la competencia. En Uruguay no ocurre solamente con los alimentos, hay más productos involucrados.
¿Cuáles son las expectativas para este año que comienza?
Este será un año de mayor incertidumbre a la habitual. Tenemos por delante un cambio de partido político en el gobierno, pero sin mayorías en el Parlamento. Habrá que ver qué Ley de Presupuesto se logra aprobar, con la importancia que tiene porque marca la proyección económica y fiscal de los próximos cinco años.
Asimismo, en lo internacional hay incertidumbre sobre Brasil, con un problema fiscal a resolver, también sobre Estados Unidos con la llegada de Trump y sus medidas disruptivas particularmente en lo comercial. Por el lado de Argentina es pronto para augurar que el proceso de Milei se consolidó y también estaremos expectantes respecto a cómo sigue la economía de este importante país vecino.
¿Cuáles serán los principales ejes de su gestión?
En mi mandato hay algunos ejes que vienen de antes, como la implantación de un plan de envases a nivel nacional, con otros parámetros y modalidades de recuperación y valorización. Es un proyecto que llevamos adelante entre la cámara y un grupo de empresas que será un antes y un después en materia ambiental para el país. Estamos muy ilusionados de lograr los objetivos que nos planteamos y los que recoge la normativa vigente.
También seguiré impulsando las propuestas de política industrial que elaboró la cámara en 2024, para darle continuidad a ese trabajo donde participamos muchos empresarios y técnicos de la institución.
Como elemento novedoso, me propuse dar más participación gremial a las mypes y emprendedores industriales, así como impulsar cambios normativos que las favorezcan, fomentando su desarrollo y consolidación.
Por último, potenciar los servicios de apoyo a la competitividad que brinda la cámara en materia de innovación, transformación digital, internacionalización, entre otros, que es un camino genuino de mejora de la productividad que la cámara viene impulsando entre sus asociados desde hace ya muchos años.
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