Fue presentado el “Observatorio de vejez, envejecimiento y seguridad social” por parte del BPS, en el que se efectúa una proyección sobre lo que significará el sistema de pensiones hasta el año 2100.
Para llegar a determinadas conclusiones, se partió de la base del promedio de vida y cómo vienen disminuyendo los nacimientos. En 1996 estos fueron 58.718 y en 2023, 31.383, marcando en casi tres décadas una disminución de 46,5% o 27.335 nacimientos menos al comparar ambos años.
Al cerrar el año pasado había 476 mil jubilaciones, siendo un 86% por vejez y 14% por invalidez. Por otra parte, se pagan por mes por parte del BPS 311 mil pensiones. Esto lleva a un total de 787 mil pagos mensuales entre jubilaciones y pensiones, o sea pasividades. En 1995 se pagaban 696 mil, por lo cual en 30 años se han sumado unas 100 mil personas.
Las proyecciones señalan que para el año 2100 se llegará a 720 mil jubilaciones, marcando un incremento de 244 mil prestaciones más que en la actualidad. Si se tiene en cuenta que la población se mantendrá en el entorno de los 3,5 millones de habitantes, el 30% de la población cobrará algún tipo de prestación por parte del Estado, mientras que en la actualidad lo hace un 15%.
La esperanza de vida
Esto se da en un contexto en el que aumenta la esperanza de vida. En los jubilados hombres, después de los 65 años, es de 16 años más, y si se pasa los 85, de 5 años más. Para 2050 se estima que los hombres vivirán 19 años más después de los 65 y 6 años más si logran pasar los 85. En el caso de las mujeres, los valores son levemente superiores y llegan hasta los 21 años más para las mujeres después de los 65, por lo cual su promedio de vida será en 2050 será de 86 años. Es interesante hacer notar que en el caso de los pensionistas por vejez esas cifras bajan. En 2020 se situaban en una esperanza de vida después de los 65 años de 13 años más para los hombres y 19 años más para las mujeres.
Problemas de natalidad
En el año 1996 el promedio de hijos por mujer era de 2,36; para el año 2022 dicha tasa ha disminuido, llegando a ser de 1,43. De acuerdo con lo proyectado por Naciones Unidas, se alcanzaría en el muy largo plazo a 1,52 hijos en promedio por mujer en edad reproductiva.
A nivel global también se va a una edad promedio de la población más envejecida. En 1950 era de 26 años y para 2100 será de 54 años. En la composición social, mientras que en 1950 el 43% de la población eran menores y el 13% adultos mayores, en 2100, el 21% serán menores y el 73% adultos mayores. Se debe tener en cuenta que en la actualidad 30% son menores y 54% adultos mayores. Estos datos constituyen un verdadero desafío, no solo para Uruguay, en términos de cómo se va a hacer para mantener un sistema de pasividades con una población que tiende a ser cada vez de una edad mayor, con una baja natalidad y una mayor esperanza de vida.
Situación económica y contribución al hogar
Otro aspecto contenido en el informe del BPS tiene relación con la situación económica de los adultos mayores. La Encuesta de Hogares indica que la media de ingresos en los hombres de 65 o más años es de 33 mil pesos y en las mujeres 25 mil pesos. Un 93% de las mujeres de más de 65 años percibe algún ingreso y esa tasa llega al 99% en el caso de los hombres. Cuando se observa la fuente de esos ingresos en el caso de las mujeres es un 77% por jubilaciones o pensiones y en los hombres es de 73%.
Se destaca que la situación de pobreza alcanza en menor medida a los hogares con presencia de personas de 65 años y más. La pandemia significó un quiebre en la evolución decreciente de la situación de pobreza, especialmente entre los hogares y las personas menores de 65 años.
El porcentaje de personas pobres según tramo de edad marcaba para 2018 el 9,2% en los menores de 65 años y 1,4% en los mayores de esa edad. Para 2023, esos porcentajes llegaban a 11,5% y 2,2%.
En 2018 los hogares pobres donde no había un mayor de 65 años era de 6,9%, y solamente de 1,7% donde sí había.
En 2023 esas cifras se elevaron a 9% y 2,6%. Como se observa, la presencia de una persona mayor de 65 años baja los índices de pobreza en los hogares. Esto tiene relación con lo observado párrafos arriba, en el sentido de que existe una importante cobertura de seguridad social, ya sea mediante jubilaciones o pensiones. La conclusión es que la presencia de un adulto mayor en un hogar de escasos recursos mejora notablemente su situación.
Viviendo solo después de los 65
El envejecimiento de la población tiene como una de las primeras consecuencias que haya crecido la mayoría de casas que tienen como jefe o jefa de hogar personas de 65 años o más.
En la actualidad, los jefes o jefas de hogar mayores de 65 años alcanzan 25,4%, sin diferencias por género. El análisis por tramo de edad presenta algunos matices, observando más longevidad entre la jefatura femenina. En este sentido, entre los 65 y los 74 años, un 32% de las mujeres vive solas, entre 75 y 84 llega al 51% y de 85 o más años es del 66%. En los hombres las cifras de quienes viven solos son mucho menores y van del 17% entre 65 y 74 años hasta 26% cuando se pasan los 85 años.
Dentro de este punto se destaca el Programa de Soluciones Habitacionales del BPS, el cual otorga una vivienda a aquellos jubilados o pensionistas con escasos ingresos. Este programa está cubriendo en complejos habitacionales a 5456 personas, a 808 con el nuevo programa de subsidios de alquiler y a 1318 con Cupo Cama, un subsidio para pagar los servicios de un hogar o residencia para adultos mayores. En total se da cobertura a 7582 personas, de las cuales la mayoría son mujeres.
Turismo social “feminizado”
Otro aspecto que cubre el BPS es el turismo social. Entre los meses de octubre y abril se concentra la mayor cantidad de estadías vacacionales de las personas de 65 años y más mediante este programa. “La presencia mayoritaria de mujeres mayores en las estadías nos hace pensar en un turismo feminizado”, se señala al respecto. Entre agosto de 2023 e igual mes de 2024, usaron este servicio del BPS 3768 personas, de las cuales el 79% eran mujeres.
Una mayor aceptación ha tenido el Plan Ibirapitá, el cual consiste en la entrega de un celular de manera gratuita y minutos por parte de Antel para navegar por internet o hablar por teléfono. Entre agosto de 2022 y agosto de 2024 se habían incorporado a este plan 46.447 personas, siendo en porcentajes muy similares los hombres y las mujeres.
Percepción positiva del envejecimiento
En octubre del año pasado se efectuó una encuesta por parte de Opción Consultores a personas de 65 años y más, usuarias de prestaciones sociales del BPS. Se buscó conocer las representaciones sociales de la vejez y los satisfactores claves de esta etapa vital. El estudio reveló que hay una tendencia hacia una percepción positiva del envejecimiento, con un énfasis en la salud mental y las conexiones sociales como factores clave para sentirse “cerca” del ideal. Algunas de las conclusiones son que las mujeres pueden mantener una vida social más activa y tienden a cuidar más de su salud, mientras que los hombres a menudo no buscan atención médica hasta que es demasiado tarde. A su vez, desde Montevideo se percibe que las personas del interior parecen envejecer de manera más saludable, mientras que los participantes del interior encuentran que se enfrentan a un acceso más limitado a recursos y servicios.
Sobre qué ocurre tras el retiro de la vida laboral, la encuesta indica que las personas mayores que se posicionan de una manera más positiva hacia la jubilación han encontrado una nueva libertad y disfrutan de actividades que antes no podían realizar debido al trabajo. La reorganización de la vida tras la jubilación incluye tanto el duelo por la pérdida de la rutina laboral como la exploración de nuevas actividades y la reconexión con intereses personales.
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