Ruben El Piojo Basso se paseaba con un portafolio por las calles de Florida cambiando pesos a dólares, era un “cambista de la calle”. Estamos hablando de la segunda mitad de la década del 70, cuando esto era ilegal. Consigue al tiempo armar un Redpagos y luego un cambio con el que empieza a hacer una diferencia. Se compra una casa en Florida y otra en Playa Hermosa, mostraba una vida austera y ser un hombre de fe. Un detalle no menor, antes de dedicarse a ser cambista, Ruben Basso estuvo dos años preso por robar en el frigorífico Florida. Su esposa Mirta se fue con sus hijos a trabajar fuera del departamento.
Desde el cambio, Ruben se dedicó a prestar plata, por una ventana la gente le entregaba efectivo para colocar y por otra ventana él lo colocaba a un interés mayor. Este oficio, Gustavo, su hijo, lo ejerció junto a él y luego lo potenció.
Gustavo y su padre prestaban a productores rurales y trabajadores de todo tipo, especialmente a aquellos que no accedían a un préstamo bancario. También descontaban cheques y daban préstamos hipotecarios. Muchas de las casas que tiene la familia Basso en Florida son producto de ejecutar esos préstamos hipotecarios a tasas muy altas.
Gustavo incursiona en Paraguay, donde compra campo con socios locales entre los que se encontrarían varios proveedores de Conexión Ganadera en un futuro.
La “ventana” donde Gustavo Basso recibía dinero para colocar era mayor a la del padre y decide en 1999 asociarse con Pablo Carrasco para crear Conexión Ganadera (CG), una empresa que, como ya vimos antes, invertía capital de clientes para el engorde de animales dando una tasa superior a la de los productos financieros locales. Esto se volvía atractivo para personas que querían invertir ahorros, un bono del tesoro de los EE. UU. daba un 1% anual y los “bonos ganaderos” de CG daban hasta un 15% anual, obviamente a pérdida, pero creando una empresa que cumplía y no paraba de crecer.
Fuera del radar del BCU (lo explicamos en la columna anterior) y de algunos bancos privados, ya que la empresa avisaba que hacía grandes compras de ganado, lo que hizo que fuera muy sencillo recibir transferencias locales, depósitos en efectivo y alguna transferencia del exterior, esto último no muy común. En muchas oportunidades no se pedía el origen de los fondos ni el KYC. Parte del dinero entraba por el norte en camiones de ganado de una empresa uruguaya con chapas paraguayas.
En el 2000 empiezan las primeras denuncias, eran por faltante de ganado o en mal estado, cosa que competía a Pablo Carrasco y esposa. Gustavo Basso, por su lado, armaba y se encargaba de la estructura para recibir inversores.
Gustavo fuera de CG se dedicó a comprar propiedades en el exterior, en balnearios del este y campos, especialmente en Durazno y Florida. Una estrategia era comprar establecimientos linderos a campos de colonización y luego hacerse de estos últimos. Su escribana es María Della Ventura Icasuriaga, mano derecha de Gustavo Basso, era la encargada de escriturar propiedades a nombre de la familia y de algunos clientes de Gustavo. Una vez que este fallece, el 28 de noviembre del año pasado, en la ruta 5 estrellando su automóvil contra una máquina parada, el cuerpo es reconocido por su yerno Alfredo Rava, esposo de Agustina. Se crema y la hermana de Gustavo, Bettina Basso niega a Tesla que acceda a la caja negra del vehículo.
Daniela Cabral, viuda de Basso se va a su apartamento en el complejo Imperiale de Punta del Este. Se habla de una carta o de una charla entre Gustavo y su hija Agustina en la que le pide que ella se dedique a los negocios y que mantenga el capital. Su hermana, Candelaria Basso, psicóloga vive en Montevideo y no quiere saber nada del dinero que tenía su padre.
En este entramado, no nada más vemos que el esquema Ponzi es solo la punta del Iceberg, sino que Pablo Carrasco y Ana Iewdiukow serían parte de un fusible cargado con algunas propiedades a la vista y otras fáciles de ubicar. Un fusible que duraría unos meses en la cárcel, pero que no tocaría el capital propio y ajeno a Gustavo Basso y amigos.
Alfredo Ciavattone será el síndico de esta estafa, ya tiene experiencia en el rubro, con Grupo Larrarte por ejemplo. Algunos siguen a la espera del holding que ayude a capitalizar y devolver parte de lo robado por la estafa Ponzi para así tapar lo que podría llegar a mostrar detalles de la mayor estafa del siglo en nuestro país. El tiempo pasa y cada día sale una información o un nombre nuevo a la luz.
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