Según los estudios académicos, el aumento de las floraciones de cianobacterias es causado por la contaminación: altos valores de nitrógeno y fósforo en el agua provenientes de actividades humanas como la agricultura y la industria. El cambio climático, además, contribuye a empeorar los efectos de este tipo de contaminación. La docente de la Facultad de Ciencias e investigadora Sylvia Bonilla explicó el fenómeno por la utilización de fertilizantes para la agricultura e industrias como la planta de UPM II en la cuenca.
¿Qué nos puede decir sobre la presencia de cianobacterias en el río Negro?
Las cianobacterias que aparecen en el río Negro con alta frecuencia desde hace muchos años son de tipo colonial, formadas por cientos de miles de células juntas. Cuando crecen y se acumulan llegan a colorear el agua, siendo visibles a simple vista y formando grumos en la orilla o en todo el cuerpo del agua. En general son varias especies que forman las floraciones, las más comunes pertenecen al género Microcystis (coloniales), pero también pueden aparecer otras del género Dolichospermum, cianobacterias filamentosas. Hay que tener presente que las cianobacterias pueden producir potentes toxinas de diverso tipo que pueden afectar la salud humana y animal. Las cianobacterias producen, además, otros metabolitos que generan mal olor en el lugar. Son compuestos volátiles, el más conocido es la geosmina, que da un olor como a humedad, a tierra mojada, a veces se confunde con un olor como a insecticida o a pesticida, que en el caso de tener floraciones muy densas, como está ocurriendo ahora, puede afectar todo el entorno.
¿El contacto directo con estas bacterias puede generar efectos en la población?
Esa biomasa de cianobacterias tan alta, llamada floración, muchas veces queda acumulada en la orilla y comienza a morir. La biomasa parece una gelatina pegada en la arena o en el borde del río. Ahí lo que tenemos son altas biomasas de microorganismos en descomposición que pueden provocar problemas de salud a las personas en caso de entrar en contacto directo.
¿Cuáles pueden ser las consecuencias sobre el ser humano?
Las toxinas que se reportan más frecuentemente son las microcistinas. No son las únicas, pero son las más frecuentes en el mundo y también en el río Negro. Las floraciones del río Negro son altamente tóxicas. Las microcistinas son hepatotoxinas que pueden afectar el hígado, en ingestas indirectas o de baja concentración provocar malestar general o digestivo, vómitos, diarreas, dolores de cabeza, síntomas que a veces son generales y difíciles de asociar al haber estado en contacto con las cianotoxinas. En casos de exposición aguda y altas concentraciones, muy graves, pueden generar fallas hepáticas agudas e incluso la muerte.
¿Entonces la recomendación es explorar las condiciones del agua antes de tomar contacto con ella?
El tema es cómo nos contactamos con esas toxinas. Si vamos a uno de los embalses o caminamos por la zona, vemos que el agua está totalmente verde y nos vamos, por más que haya toxinas en el agua no nos van afectar. El riesgo tiene que ver con la exposición a las cianobacterias tóxicas. Si nos bañamos en aguas con floraciones o lo hacen niños pequeños, que tienen una masa corporal mucho más baja, juegan en el agua, se llevan la mano a la boca, toman agua, el contacto puede ser mucho más peligroso. Casi todas las cianobacterias, además, producen dermatotoxinas, que provocan ardor en la piel en las mucosas o en los ojos.
¿Hay evidencia del incremento de cianobacterias?
Hay evidencia científica que indica una tendencia en aumento de ese problema. Un trabajo de unos colegas de la Universidad de la República demostró que para el río Uruguay hay un aumento de las floraciones de cianobacterias en las últimas décadas, asociado fuertemente al aumento de fósforo en el agua. Si bien es un estudio para un ecosistema, es un trabajo que demuestra una tendencia al aumento en el deterioro de las cuencas o del suelo y eso resulta en mayor frecuencia de floraciones de cianobacterias.
¿Solo se recomienda no bañarse en estas condiciones o hay otro tipo de actividades que tampoco deberían desarrollarse?
En general, la gente cuando ve el agua así se aleja, lo cual es bueno. La primera recomendación es no entrar en contacto con el agua. Pero también se debería evitar la pesca o la navegación. Hay estudios que demuestran que en las pequeñas gotas de agua que se desprenden de las olas también puede haber células de cianobacterias que pueden ser inhaladas. En una situación como la que hay ahora, que es de una densidad increíble, salir a navegar tampoco sería recomendable.
¿Qué pasa con la salud de los animales que toman contacto con estas aguas contaminadas?
Es importante tener en cuenta que las toxinas pueden afectar también a los animales, por ejemplo, domésticos como las mascotas. Ha habido casos en el mundo donde se ha reportado la muerte de perros por tomar agua con floraciones de cianobacterias. En general, no hay nada en el sabor del agua que haga que el animal deje de tomar y puede provocar, en algunos casos, según las toxinas presentes, la muerte. En el caso del ganado, también hay casos de intoxicación. Años atrás hemos recibido muchas consultas de productores rurales, algunos de la zona de Río Negro, pero a veces es difícil asociar la muerte del ganado a la presencia de las cianobacterias tóxicas en el agua de abrevaje, porque cuando uno se entera del fenómeno ya pasó tiempo o el agua ya cambió. Sin embargo, nosotros hicimos un trabajo muy interesante hace ya unos cuantos años con un grupo de Facultad de Química, liderado por la Dra. Beatriz Brena, donde trabajamos con suero de la sangre de ganado que estaba abrevando en agua contaminada con cianobacterias y encontramos la presencia de microcistinas en la sangre de vacas y ovejas de la zona de Río Negro.
¿En el caso de los animales cuales pueden ser las consecuencias?
La afectación depende de la exposición y la concentración de las toxinas. No es lo mismo una ingesta ocasional a que el animal tenga varias fuentes de agua alternativas o una sola que está contaminada. Pero el peligro es real y el efecto puede ser diverso. Podemos hablar de efectos crónicos cuando el animal está expuesto a dosis bajas por largo tiempo y presenta astenia o bajo peso. Los efectos agudos, de exposición a altas dosis, pueden derivar en la muerte.
¿Qué nos puede decir sobre las causas de estas cianobacterias en la cuenca del río Negro?
Habría dos grandes causas, de las que los culpables somos los seres humanos. Las cianobacterias hacen fotosíntesis igual que las plantas y necesitan nutrientes minerales para crecer. En concreto, los dos nutrientes más relevantes son el nitrógeno y el fósforo. El aumento artificial de estos nutrientes en el agua es un tipo de contaminación que se suele llamar “causa química” y es el principal factor que asegura la presencia de las floraciones de cianobacterias. Los altos valores son consecuencia de las actividades humanas y no son valores normales. El río Negro tiene valores extremadamente altos de nutrientes, especialmente en los embalses y aguas abajo, derivado de las actividades humanas. La actividad humana que más contamina a los ecosistemas acuáticos en el mundo y en la historia de la humanidad es la agricultura. Ahí tiene que ver mucho qué pasa con los fertilizantes, cómo se lavan y llegan al agua, qué fertilizantes se utiliza, cómo, cuánto y cuándo se aplican. Hay otras actividades como la minería a cielo abierto en donde la remoción del suelo deriva en erosión y arrastre de nutrientes del suelo, muchas veces por el lavado por las lluvias, a los cuerpos de agua. Otras fuentes de contaminación pueden provenir de industrias que aporten nutrientes en los efluentes. Sin ir más lejos, la planta de UPM aporta nutrientes, nitrógeno y fósforo al agua. Es importante destacar que las concentraciones de nitrógeno y fósforo que tiene el río Negro no son normales y lamentablemente esto también se ve con frecuencia en la mayor parte de las grandes cuencas de nuestro país. Los grandes ecosistemas acuáticos están muy contaminados.
Mencionó la actividad humana como una de las causas, ¿cuál es la otra?
La segunda es el cambio climático, del que los seres humanos también somos los responsables. Sin embargo, esto es mucho más complicado de controlar o modificar. Es un problema real y ya lo hemos sufrido con la crisis hídrica del año pasado. Ahora tenemos otra sequía. Para nuestra región, las predicciones relacionadas con los efectos del cambio climático incluyen un aumento en la frecuencia de los eventos extremos, tanto de sequía como de lluvias que provocan inundaciones con todas las consecuencias graves también para la población. Esto complica la situación que describí anteriormente.
¿Qué medidas hay que implementar para eliminar la presencia de cianobacterias en este tipo de fuentes de agua?
La primera medida es disminuir la cantidad de nutrientes que llegan al agua. En realidad, implica un abordaje a nivel de la cuenca y de las actividades que se llevan adelante en ella. Las medidas correctivas deben tener una mirada integral e interdisciplinaria, considerando al ecosistema acuático como parte natural de la cuenca. Además, deberían ser sostenidas a largo plazo. La cuenca del río Negro abarca prácticamente el 35% del territorio nacional y en ella se desarrollan muchas actividades productivas. Estos casos hay que verlos a mediano plazo. Se necesita una reflexión profunda a nivel país que realmente lleve a conocer la enorme importancia de los recursos hídricos, vitales para el desarrollo y futuro del país, y la necesidad de recuperarlos y preservarlos.
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