Oriunda de Treinta y Tres, dio sus primeros pasos como dirigente en el Club Hispano Uruguayo de Santa Clara, donde aprendió mucho de sus mayores. Tras varios años siendo delegada de la Federación Ecuestre Uruguaya, fue propuesta como presidenta, cargo que asumió con su equipo en diciembre del año pasado. Sus prioridades son bajar costos, lograr financiamiento para que Ceres haga un estudio de impacto económico de los raides e insistir en el bienestar animal.
Desde muy joven formó parte del club de sus amores, el Hispano Uruguayo de Santa Clara, en Treinta y Tres. Trabajando con históricos dirigentes de esa institución deportiva se fue formando en la tarea de organizar raides hípicos, pero también en las otras facetas sociales que lleva adelante en su localidad. Desde ese lugar, que combinaba con sus visitas a pueblo Arévalo, en Cerro Largo, donde su abuelo era el presidente de la Sociedad Rural 25 de Mayo, entidad que también organiza su raid hípico, tuvo sus primeros contactos con la Federación Ecuestre Uruguaya (FEU). Cuando cumplió 18 años, emigró a Montevideo y se desempeñó como delegada de su club ante ese organismo, hasta que después de obtener la formación y pasar las pruebas de rigor se transformó en delegada de la FEU y comenzó a trabajar en los distintos raides que se organizan en varias partes del país.
Una de las primeras tareas que se planteó el nuevo ejecutivo liderado por Sergio fue intentar bajar los costos para beneficiar a los clubes, los raidistas y que nuevas instituciones puedan afiliarse a la FEU. Con esto se aspira a disminuir el número de los llamados “raides piratas”, pruebas similares a las reguladas por la FEU, pero prácticamente sin ningún tipo de control. Vamos a “tratar de asegurar que otros clubes puedan afiliarse, que los costos no sean tan altos ni para el club ni para el raidista, que es quien está gastando todos los fines de semana”, aseguró la entrevistada. En ese camino, la primera reducción de costos fue con la impresión de los libritos que contienen el calendario de pruebas para todo el año y que es distribuido entre las instituciones y los deportistas. Tras un llamado a precios, lograron bajar un 40% el costo de impresión con respecto al año anterior. Lo mismo sucede con los viáticos de cuatro de los neutrales, uno de ellos el de la presidenta, que, por encontrarse en Montevideo, renunciaron a estos beneficios. Los viáticos se pagan para el traslado de los neutrales que cada quince días se reúnen en la capital del país, donde trabajan sobre los diferentes temas relacionados con la actividad.
Con la intención de contar con suficiente evidencia que les permita respaldar lo que hasta el momento es una presunción, las nuevas autoridades están intentando conseguir financiamiento externo para que el Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres) encabece un trabajo donde se pueda conocer cuál es el derrame económico de esta actividad. “Sabemos que el estudio es bastante caro”, señaló la presidenta. Para quienes viven en el interior y han tenido la oportunidad de participar en las fiestas del raid, no es una novedad que el movimiento de ese fin de semana genera recursos genuinos para la localidad. La idea es conocer de cuántos recursos se está hablando y que sirva como insumo para golpear otras puertas que hasta el momento no se han logrado. Por ejemplo, una mayor sponsorización que permita bajar los costos de funcionamiento de la propia actividad. Sergio dijo que desde Ceres quedaron muy entusiasmados con el proyecto y tienen todos los esfuerzos concentrados en lograr ese tan ansiado financiamiento para que en los próximos meses se pueda efectivizar el trabajo.
Otras de las apuestas fuertes de la nueva directiva es continuar en la senda de concientización sobre el bienestar animal. Una serie de gráficas de los últimos diez años muestra que las muertes de caballos por efectos de los raides hípicos son menores al 1%, por lo que se va por buen camino, aunque no hay que bajar los brazos. Para ello disponen de espacios como la reunión de jinetes los sábados antes de la prueba, donde uno de los principales capítulos es el cuidado del animal. Pero también se sigue un estricto reglamento que brinda tranquilidad a todas las partes. Para Sergio, los datos de los últimos diez años muestran que existe conciencia de parte de todos los eslabones de la cadena, sobre todo de los propietarios de los caballos y los jinetes. Junto a su equipo de trabajo están decididos a continuar en esta misma línea en momentos en que este tipo de pruebas de resistencia están en el ojo de la tormenta por algunos sectores animalistas de la sociedad.
Un equipo joven
No solo es novedosa la presidencia de una mujer al frente de la institución, sino también la juventud de los cinco integrantes del cuerpo de neutrales. Sergio señaló que impulsados por varias instituciones afiliadas que pretendían darle mayor dinamismo, juventud y nuevas ideas a la FEU, surgió su postulación. Para ella y su equipo fue todo un desafío porque en primera instancia se plantearon qué tan preparados estaban para ocupar esos cargos. Subrayó: “Nosotros venimos a sumar y trabajar para y por el deporte, por los raidistas y para ayudar a los clubes”. Está acompañada por el Dr. Gianluca Capanna en la vicepresidencia, Marlene Vasella como secretaria, Joaquín dos Santos en la Prosecretaría y Raphael López como tesorero.
Además de ser un deporte ecuestre, los raides hípicos tienen para las pequeñas localidades un componente económico y turístico. Las comunidades se preparan con varios meses de antelación para recibir un buen flujo de visitantes, que generalmente supera las expectativas de los organizadores. A modo de ejemplo, Sergio dijo que existen casos de comunidades de tres mil habitantes que pueden recibir durante ese fin de semana dos mil personas más. Entonces “todo el mundo trabaja”, desde el comerciante, el panadero, la barraca, la estación de servicio, los lugares de venta de comidas. Por esta razón los raides hípicos fueron declarados de interés turístico por el Ministerio de Turismo.
Para la novel presidenta, el raid es “una pasión” que cuesta definir con palabras. “Es un deporte que engloba mucho a la familia”, señaló Sergio, que se manifiesta por el “amor hacia el animal”, que se expresa a través del cuidado con el que se lo trata. Dijo que muchos visitantes que llegan desde Montevideo quedan desconcertados ante la forma en que las familias reciben a los visitantes. “Llega gente que vos no conocés y vos le das tu casa y disfrutás con ellos. Pasamos a ser una gran familia”.
Los clubes son el centro social de los pueblos
En Santa Clara, de donde Antonella Sergio es oriunda, los clubes Hispano Uruguayo y el Obrero Unión son el centro social de la localidad. Como sucede en todas las pequeñas localidades, “el entorno del pueblo son los clubes”, donde las barras de amigos se juntan para jugar a las cartas, almorzar o cenar, tomarse una cervecita o simplemente como punto de encuentro. Se trata de espacios que además brindan otros servicios para la comunidad. En el caso de su club se brindan clases de karate, prestan el salón para las actividades del liceo, es donde ensaya el coro local y donde se festejan cumpleaños y otro tipo de celebraciones.
Actualmente, el Hispano Uruguayo tiene más de trescientos afiliados en su masa social y ha mejorado sus instalaciones mediante convenios con el Ministerio de Trasporte y Obras Públicas. Con el beneficio de una rifa, lograron la construcción de su cancha de fútbol cinco, uno de los objetivos fuertemente añorados por la comunidad, sobre todo la más joven.