Tras un verano con la tercera mayor radiación solar de que se tenga registros, el sector arrocero se prepara para cosechar el mayor volumen de su historia. Valiéndose del trabajo serio de las certificaciones de sus productos y con varios proyectos entre manos, Saman se sigue consolidando en el mercado arrocero nacional. La Mañana dialogó con Raúl Uraga, en el marco de la reciente inauguración oficial de la cosecha de arroz.
¿Cómo evalúa el inicio de cosecha de arroz 2025?
Recién vamos en un 20% de la cosecha y los primeros resultados muestran rendimientos muy auspicios. Desde la siembra veníamos evaluado algunas cosas que iban a jugar a favor y otras no tanto. Primero tuvimos una situación en que el 20% de la siembra quedó un poco más atrasada que la fecha óptima y después tuvimos algunas situaciones de dificultad con el riego. Por eso hasta diciembre y enero estábamos un poco más mesurados a la hora de predecir los rendimientos, pero desde febrero para acá se ha consolidado un año con una radiación solar que es la tercera mejor en la historia desde que se tienen datos, sobre todo en la región este del país. El nivel de radiación solar fue solo superado por la seca de 1989 y otra anterior. O sea que si las condiciones ambientales para la cosecha son favorables y permiten levantar todo el arroz que está en las chacras va a haber rendimientos muy buenos, en el entorno de los 9000 kilos a nivel nacional.
¿Cómo vio el pedido del presidente de la Asociación de Cultivadores de Arroz al nuevo gobierno para que ajuste la competitividad en el sector industrial?
Comparto plenamente con Guillermo O’Brien. Venimos de unos años donde el precio internacional del arroz estaba ocultando un problema de competitividad que es estructural. Ahora se acomodan los precios internacionales y vuelve aflorar una situación en la que el negocio arrocero pasa a estar nuevamente muy apretado por un tema de altos costos en el Uruguay. La sugerencia de que para combatir la competitividad Uruguay debe vender un producto que no pase por un proceso industrial más que el secado del arroz sería una estrategia comercial que, a mi juicio, condenaría el futuro del país porque se quedaría muy a la merced de los países que son compradores de arroz cáscara y que son unos pocos. Eso aumentaría la vulnerabilidad del sector arrocero de una forma muy importante. Me parece que la estrategia más inteligente para un país que se ha posicionado durante más de 50 años y que exporta a más de 50 países es tener una cartera de productos lo más diversificada posible, que participe en el mercado de arroz cáscara, pero también en los de alto valor. Para eso debemos tener una industria competitiva. Cuando se habla de competitividad se habla en comparación con nuestros vecinos. Si miramos los precios de la energía eléctrica, de los combustibles, los costos de la mano de obra, los costos logísticos, estamos competitivamente más caros que nuestros vecinos.
En su discurso el ministro Alfredo Fratti destacó la cadena integrada arrocera. ¿Cuáles son las fortalezas del sistema arrocero uruguayo?
Una cadena integrada, desde el punto de vista teórico, no solo permite valorizar más el producto de la cadena sino también permite que ese mayor valor capturado se distribuya fundamentalmente entre los actores directamente involucrados y no se diluya entre actores que aprovechan la descoordinación para ofrecer sus servicios. Entonces, realmente apuntar a una integración de la cadena debería ser un objetivo de cualquier sector productivo. Hay ejemplos internacionales que muestran los beneficios de la integración de la cadena, no solo vinculados a cadenas agropecuarias, sino en los más diversos rubros. Realmente creo que todos los sectores deberían trabajar la coordinación, integrar sus cadenas y reducir costos de transacción. Nosotros como sector arrocero, que ya tenemos una cultura de trabajar en forma integrada desde hace muchísimos años, siempre tenemos aspectos que seguir mejorando.
¿A su criterio cuáles son los aspectos que la industria arrocera debería corregir con miras al futuro?
La industria tiene que seguir trabajando en un portafolio de productos lo más variado posible, que le permita moverse de manera versátil en el mercado del arroz. Si uno se vuelca mucho a especialidades, queda rehén de unos pocos mercados y cuando eso sucede queda muy expuesto a cualquier situación tarifaría o fitosanitaria o de tipo de cambio o arancelaria. Lo mismo pasa cuando se vuelca mucho al mercado de cáscara. La diversificación de los mercados es algo que hay que trabajar continuamente. El desafío del agregado de valor por certificaciones, que también Guillermo O’Brien mencionó en la inauguración de la cosecha, creemos que es algo que hay que profundizar. Hay muchos tipos de certificaciones, desde buenas prácticas agrícolas, buenas prácticas de manufactura hasta certificaciones de bajo impacto ambiental. Cualquiera de estas certificaciones ya está trayendo valor agregado al arroz uruguayo y creemos que en el futuro el diferencial de valor va a ir creciendo cada vez más.
Nosotros tenemos una producción de arroz que viaja en su gran mayoría al puerto de Montevideo. Es un producto de bajo valor al que cualquier costo logístico le queda pesado. Entonces, todo lo que es logística, transporte y operativa portuaria es un gran desafío, sea por la vía de los bitrenes o reflotar la vía ferroviaria… hay que trabajar en reducir costos de transporte. Todo eso nos ayudaría mucho a mejorar la competitividad y a seguir sosteniendo la producción nacional.
¿Ya están en funcionamiento algunas certificaciones?
Desde hace algunos años en Saman estamos enfocados en la certificación SRP, que por su sigla en inglés quiere decir “plataforma de arroz sustentable”. Es una plataforma que empezó hace unos ocho o nueve años y se ha venido consolidando como la certificación de arroz sustentable reconocida por todos los actores del comercio internacional, tanto por el supermercadismo, clientes en distintos países, institutos de investigación, industrias, productores, etc. El año pasado tuvimos un proyecto piloto con cinco productores. Este año estamos creciendo. Te diría que vamos a superar el 10% del arroz producido por nuestra empresa potencialmente certificable SRP a partir de este año. Estamos muy entusiasmados con ese proyecto y la idea es impulsarlo y hacerlo crecer de cara a los próximos años.
¿Qué otros proyectos tiene entre manos la empresa?
Estamos avanzando en certificación de todas nuestras plantas industriales en procesos de calidad, e iniciando la certificación en seguridad. También estamos en contacto con varios actores que ofrecen la certificación por reducción de huella de carbono. A diferencia del SRP, el tema de la certificación de reducción de huella de carbono en arroz todavía no ha tenido un liderazgo claro desde una plataforma que sea reconocida por todos los actores. Es algo en lo cual también nos queremos embarcar. En otro orden de cosas, estamos con un proyecto de una terminal de graneles que se encuentra a mil metros del puerto de Montevideo para buscar la eficiencia logística.
¿Cuáles son los desafíos para que el sector siga creciendo?
Personalmente, creo que el arroz uruguayo fue creciendo hasta estabilizarse entre las 160.000 y 200.000 hectáreas. Una mejora de competitividad en los costos va a rentabilizar más esta superficie y esta producción, pero no necesariamente la va a hacer crecer más allá de las 200.000 hectáreas. Para hacerla crecer hay que encarar proyectos tendientes a aumentar las posibilidades de riego, ya sea por una condición tarifaria de energía eléctrica especial para riego, que permitiría explotar más las fuentes de agua que actualmente existen o incrementar las fuentes de agua a través la construcción de represas.
¿Cómo se prepara la industria frente a una de las cosechas más prometedoras?
Seguramente sea la zafra de mayor volumen de toda la historia. Y ese volumen a recibir va a superar la capacidad instalada de las industrias, para lo cual se han preparado con algunas inversiones en recibo y secado que están quedando prontas en estos días. Se está arrendando espacios en plantas de silo en el sur, que normalmente no se destinan para el arroz, para poder guardar todo este volumen. También se va a estar guardando mucho arroz en silo bolsa, que no es habitual en la cadena arrocera porque normalmente se guarda en silos de chapa.