La selección uruguaya enfrenta una doble fecha que en otros momentos generaría enorme preocupación. Jugar contra Argentina, aunque sea de local, y luego subir a La Paz a 4100 metros de altura generó siempre y también ahora la tensión de que pueden ser puntos difíciles de rescatar.
El formato actual de la Copa del Mundo que eleva a 48 los participantes ha hecho que la disputa por clasificar a nivel sudamericano se haya simplificado demasiado. La gente que va a ver habitualmente a la selección va más pensando en aplaudir, ver lo más cerca posible a sus ídolos que juegan en el exterior y soñar con una selfie cada vez más lejana que por los puntos en disputa.
Argentina, con 25 unidades, lidera y virtualmente está clasificado. Uruguay segundo con 20 está a la nada misma de confirmar su objetivo. Como desde el 19 de noviembre las Eliminatorias están paradas, es bueno ubicar en contexto lo que podemos llegar a vivir estos días y su verdadera importancia.
Antecedentes celestes
Uruguay llegó a la Copa América a mitad del año pasado con la aureola de los triunfos ante Brasil y Argentina en 2023 y una ubicación cómoda en la tabla. La primera fase de la Copa determinó rivales débiles a quienes se derrotó con facilidad como Panamá y Bolivia. Luego venció y eliminó ya estando clasificado al local Estados Unidos. En cuartos de final la Celeste de Bielsa empató y eliminó por penales a Brasil.
Pero… luego llegó una racha negativa demasiado larga. No soy afecto a calificar de empate un partido que se define por penales. Algún día la FIFA o los periodistas que gustamos de las estadísticas deberemos poner las cosas en su justo lugar.
Al final de cuentas, ¿quién ganó en Sudáfrica cuando el Loco Abreu la picó? ¿Alguien puede pensar sensatamente que Ghana empató o que Uruguay no ganó en esa épica jornada? ¿Quién ganó la final de América de 1995, cuando el Manteca Martínez marcó el último penal ante el Brasil campeón mundial? ¿Acaso Argentina no perdió en Santa Fe cuando con Messi y compañía quedaron eliminados con el penal del Pelado Cáceres? Brasil le ganó por penales a Italia el mundial de USA 94 y Argentina a Francia en Qatar 2022. ¿Hay dudas de quién ganó y quién perdió? Pregunten a Jorge Seré y Tony Gómez con la final de Tokio en 1988 ante el PSV para darle el tercer título mundial a Nacional si lo incluyen como triunfo o no.
Por lo tanto, me resisto a incluir el partido de cuartos de final de la última Copa América ante Brasil. Los celeste jugaron con 10 largo rato y el penal de Ugarte nos dio el pase a semifinales. Eliminar a Brasil con uno menos no tiene precio. No lo voy a poner en la racha negativa y punto.
Pero llegó la derrota dolorosa en semifinales ante Colombia, cuando ellos jugaron 60 minutos con 10. En el partido por el tercer puesto fue un pálido y agónico 2 a 2 ante Canadá y posterior triunfo por penales, que en este caso no vale nada. Sirvió más que nada para que Suárez hiciese su gol. Ya en Eliminatorias y con muchos suspendidos por el lío ante Colombia, empatamos de local 0 a 0 con Paraguay, que venía abajo del todo; 0 a 0 de visita a Venezuela en discreto partido, pero que no me pareció tan mal resultado teniendo en cuentas tantas ausencias; caímos con Perú en Lima 1 a 0 en flojísimo partido y finalmente de local se dio un inocuo empate a 0 con Ecuador.
Fueron seis partidos en los 90 minutos sin contar el encuentro con Brasil. Apenas 2 goles a favor en 7 partidos, ante Canadá y nada más. La sensación de que ya no se hacían goles, más el conflicto con Suárez y el resto del plantel hicieron lo suyo.
Hasta que en noviembre de 2024 volvieron casi todos los suspendidos y llegó una tan festejada como agónica victoria ante Colombia, de local, con medio estadio vacío por 3 a 2. Por último, la celeste viajó a Brasil y fue empate 1 a 1, aprovechando el resurgimiento de la mística del equipo de Bielsa y el irregular momento brasilero.
En este contexto Uruguay se reacomodó como segundo a cinco puntos del líder, pero con sus perseguidores muy cerquita. Igual nada corre riesgo porque clasifican seis o siete.
En el formato anterior esta doble fecha sería angustiante. Apenas tres puntos nos separan del sexto. Entre 1998 y 2022 estábamos demasiado cerca de quedar hasta fuera del repechaje. Pero ahora hay un crédito de ocho puntos sobre el octavo y con todos menos Argentina debajo nuestro.
Nada debe alarmar. Lo que importa, y Marcelo Bielsa lo sabe, es confirmar un 11 titular, ensayar fórmulas ante distintas circunstancias, seguir descubriendo valores para sumar y afianzar un rendimiento que nos permita ilusionarnos con la Copa Mundial del 2026.
Quedan seis partidos. Falta la adrenalina de la calculadora o la posibilidad de quedar en situación incómoda. El estadio se llena solamente ante Brasil, Argentina, si creen que viene Messi o en la despedida de Suárez. El hincha futbolero ni va, el que va es el que ve fútbol por TV solamente en los mundiales y concurre a llevar a sus hijos o nietos. Son dos mundos diferentes.
Mi mundo es el futbolístico. No me genera emoción este tipo de formato, no me da orgullo clasificar a mundiales con 48 países y hasta se piensa en 64. Nos quitaron la emoción.
En noviembre la selección recuperó a sus titulares, queda pendiente del TAS el fallo de dos partidos que tal vez deba pagar Darwin Núñez algún día. Ojalá no sea en el mundial. En la última doble fecha del año pasado todos creían que la racha negativa se extendería. Colombia llegaba afilada por una gran Copa América y Brasil había comenzado a repechar. Pero nada de eso pasó. cuatro puntos de seis hablan por sí solos y nos reacomodamos.
Ante Argentina y en La Paz algunos creen que será complicado sumar. Creo, y quiero que quede escrito, que Argentina está al alcance para volver a ganarle. De un partido a 4.100 metros de altura no pienso hacer comentarios. Pero Argentina ya no tendrá más a Messi, no por el Messi de hoy, sino por aquel genio desequilibrante. Como Uruguay ya no tendrá a Suárez o Cavani por las leyes de la biología. Pero es una linda oportunidad para volver a ganarles. Ellos siguen, con razón, de fiesta. Ser campeón del mundo te da tranquilidad por 20 años. Sí, 20 años. Esa “distracción” de los campeones jugará a nuestro favor. Jugando como si fuese una final, hay buena chance para reiterar lo logrado en La Bombonera.
La semana que viene sabremos qué habrá pasado. Mi pronóstico es cuatro puntos ante Argentina y en La Paz. Y remarcó en La Paz a 4100 metros, porque los últimos dos partidos en el llano ante los del Altiplano terminaron a favor nuestro por 3 a 0 en el Centenario en Eliminatorias y 5 a 0 en la Copa América. Solamente la altura puede generar dudas. Pero son las reglas de juego.
Puede ser que el miércoles que viene analicemos una clasificación adelantada y no creo que los resultados nos lleven a que quede todo más entreverado. Pero en ningún caso habrá dudas de que Uruguay ya está en el mundial del 2026.