El pasado jueves 13 se presentó nuevamente en la Cámara de Diputados el proyecto de ley de eutanasia. La iniciativa contó con la firma de los diputados colorados de Unir para Crecer, varios legisladores del Frente Amplio, el diputado del Partido Nacional Alejo Umpiérrez y Gerardo Sotelo del Partido Independiente. En diálogo con La Mañana, Miguel Pastorino, doctor en Filosofía y profesor del Departamento de Humanidades de la Universidad Católica del Uruguay, reiteró su firme oposición al proyecto.
¿Sobre qué aspectos se basa su visión contraria al proyecto de ley sobre la eutanasia?
El proyecto, por menos el que se presentó, no tuvo grandes modificaciones sustanciales, un par de palabras, pero las cosas más graves que tiene el proyecto, criticado incluso por gente que está a favor de la eutanasia, siguen presentes. Una cosa es tener una postura contraria a la eutanasia éticamente, porque uno puede estar en contra en cualquier forma, y otra cosa es discutir estos proyectos de ley. Este proyecto que se vuelve a presentar es exactamente el mismo que se votó en el 2022, le cambiaron alguna palabrita, pero sigue teniendo, resumo, tres graves problemas.
Primero, el artículo 2 no es para pacientes terminales. Incluye enfermedades crónicas, degenerativas, incluso condiciones de salud incurables. Eso quiere decir discapacidad, dicho con un lenguaje más técnico, solo que para no poner discapacidad ponen condiciones de salud. Con lo cual, la eutanasia se legalizaría para un montón de personas y no estamos hablando solo de pacientes terminales, lo cual es muy engañoso porque la gente suele creer en los medios que la eutanasia se trata de pacientes en agonía, lo cual no es cierto. Estaríamos hablando de una forma de suicidio asistido a pacientes vulnerables y pacientes que consideran que su vida no vale la pena, estaríamos generando que a algunos les prevenimos el suicidio y a otros les damos para adelante. Entonces, una de las cosas que tendríamos que pensar ahí es que ese artículo es muy peligroso y sigue igual. Le cambiaron alguna palabrita, pero sigue igual.
En segundo lugar, tenemos el problema de que no hay comisión de garantías previas, es decir, no se evalúa el tema antes de la eutanasia ni con asistente social como en España, por ejemplo, con psiquiatra, con psicólogo, sino que directamente la comisión evalúa si la eutanasia estuvo bien hecha después de la muerte, o sea, después de que lo mataron se van a preguntar si lo hicieron bien o mal o si hubo alguna cosa improcedente, lo cual es totalmente injusto y totalmente poco garantista.
En tercer lugar, no se aseguran cuidados paliativos, es decir, no aseguran el alivio. Dice que se le informará al paciente de la posibilidad o la existencia de los cuidados paliativos, o sea, se te va a informar que te pueden aliviar, pero no te garantizan que te van a aliviar, cuando hoy es posible aliviar, lo cual eso hace que a los más pobres que no tienen acceso a cuidados paliativos lo único que les queda es pedir que los maten. Es decir, tiene muchos más problemas el proyecto, los mismos que hemos criticado, pero para decirlo en breve, estas tres cosas son inadmisibles desde el punto de vista ético y desde el punto de vista legal son muy problemáticas y, sin embargo, allí están en el nuevo proyecto presentado.
¿Un proyecto tan sensible para la ciudadanía no debería ser sometido a una consulta popular antes de que lo resuelvan 130 legisladores?
Sí, claro, pero lo que sigue pasando es que no hay una discusión en profundidad y no se informa suficientemente y los legisladores, en general, todavía uno nota que no tienen un conocimiento certero de qué hablamos cuando hablamos de eutanasia. Siguen pensando en cosas diferentes, sigue habiendo una gran desinformación, siguen pensando que la eutanasia es desconectar a alguien de una máquina porque lo tienen con un soporte vital y entonces eso ya es legal en Uruguay, a veces ni siquiera conocen que hay una ley de voluntades anticipadas que habilita que una persona diga yo no quiero que me mantengan vivo, eso ya es legal en Uruguay. Entonces, si vos tenés un Parlamento que desconoce del tema, donde muy pocos se han metido a investigar el asunto, donde no necesariamente hay un debate honesto, claro, profundo, riguroso en temas tan delicados, es una gran irresponsabilidad política, por supuesto que sí.
Usted de forma reiterada manifestó que, antes de aprobar este proyecto, se debería avanzar en los cuidados paliativos. ¿Algún progreso al respecto?
Vamos a reconocer algo positivo de los legisladores: votaron una Ley de Cuidados Paliativos en el 2022, que está vigente pero no está regulada, no está implementada, y obviamente que si eso no se implementa queda en el papel, entonces ahí nos está faltando voluntad política. Entiendo que esto se vea en un cambio de gobierno, pero falta voluntad política para poner esto en acción, porque además el presupuesto se destinó para esto. Después, por otro lado, además del desconocimiento que hay sobre el tema, también es cierto que ideológicamente es muy raro, es una cosa un poco extraña, que en el mundo los movimientos proeutanasia, en general también proaborto y todo lo que son leyes de interrupción de la vida en algún momento de fragilidad o si se considera inconveniente, o sea que en el fondo le quitan el derecho a la vida a algunos seres humanos, ya sea antes de nacer o en su momento de vulnerabilidad, estas leyes han sido promovidas en el mundo por movimientos más bien libertarios de Estados Unidos, que proponen la idea de una libertad individualista absoluta, donde no importa lo social y donde cada uno es libre de su cuerpo, de su vida y de hacer lo que quiera y nadie le puede decir nada, y donde han promovido el suicidio asistido y demás.
Lo raro es que en Uruguay sea la izquierda la que esté más abanderada con este tipo de pensamiento tan individualista, que no tiene en cuenta que mucha gente va a pedir la eutanasia porque tiene el desalojo, porque está en una silla de ruedas, porque no tiene quién lo cuide, como ha pasado en el Canadá, donde la gente pide la eutanasia porque tiene una enfermedad crónica, entonces, como tiene una enfermedad crónica y degenerativa está habilitado, pero en realidad el tipo confesaba que es porque tenía el desalojo. Entonces, cuando vos tenés una izquierda que históricamente se ha puesto del lado de los más vulnerables, del tema de la justicia social, en el tema de la eutanasia de justicia social no hablan, en el tema de la eutanasia parecen libertarios, es decir, acá lo que importa es que cada uno haga lo que se le cante, sin importar que tal vez esa decisión no sea lo que en realidad quiere, sino que está empujado social y culturalmente a acabar con su vida, porque no tiene una vida digna, porque no tiene las posibilidades de vivir como quisiera. Eso sí me resulta sumamente paradójico, porque si bien hay legisladores del Partido Colorado, del Partido Nacional o del Partido Independiente que puedan estar algunos a favor y otros en contra, pero en el Frente Amplio hay como una especie de unanimidad, que yo creo que en el foro interno no debe ser así, porque me consta de algunos que tienen alguna idea distinta, pero de repente a la hora de votar se vota como en bloque. Y aquí hay una cuestión filosófica de principios, es decir, ¿no estamos yendo por un camino de desentendernos del sufrimiento de la gente, diciendo que se soluciona con matarlos? Claro, si ellos lo piden, por supuesto, lo cual me parece muy hipócrita y peligroso.
Sin entrar en la teoría de la conspiración, ¿estamos copiando ejemplos de otros países?
Hay cosas que ya están dichas, a veces parecen un poco conspiranoicas, pero que son ciertas. Es decir, Canadá publicó las cifras y el sistema de salud, el Estado, se ahorran muchísimo dinero si la gente vive menos. No digo que, como piensan los grupos conspiranoicos, haya una intención explícitamente pensada, pero que de paso es verdad, es verdad, porque nosotros le gastamos mucho más dinero al sistema de salud en los últimos años de vida que durante toda nuestra vida. Entonces, Canadá hoy se ahorra millones de dólares al año. Ese es un dato real. O sea, hay claramente un ahorro imponente si la gente termina antes con su vida.