La Fiesta de la Patria Gaucha se ha constituido en un símbolo de Tacuarembó, pero también del país. Única en su tipo, es representativa de un Uruguay lejano en el tiempo pero próximo en las tradiciones que aunque a veces se olvidan por quienes están detrás de los escritorios, siempre están vigentes a través de la gente.
No es casual que se trate de la fiesta tradicionalista de más arraigo en el público, convocando a miles de ciudadanos de todo el país que por algunas horas parecen dar la espalda a la modernidad para aferrarse a aquello que los identifica y le da identidad.
Desde la organización se expresó que se espera la llegada de unas 70.000 personas, lo que supera ampliamente la capacidad hotelera de la zona, incluyo el alquiler temporal de casas o apartamentos.
Este año el tema central se centra en el inmigrante rural, ese personaje que sin saberlo ayudo a construir el tejido social que a la postre fortaleció nuestra nacionalidad oriental.
“Tacuarembó está de fiesta”, comentó con orgullo un periodista de una emisora local, y agregó: “la Patria Gaucha ya no nos pertenece, es la fiesta del Uruguay”, en clara referencia a la dimensión nacional en cuanto sus organizadores han sabido interpretar lo que nos une por encima de lo que nos divide.
Este año, el presidente Dr. Luis Lacalle Pou, desfiló a caballo con su esposa Lorena Ponce de León y ambos despertaron el aplauso del pueblo volcado a las calles.
También desfiló el senador de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, cuya presencia despertó la inspiración de un payador que improvisó sabios versos: “No se vaya compañero del canto del payador, es un emblema de amor a lo largo del sendero, yo como patriota quiero certificar el deseo y como en su voluntad creo con el corazón despierto, yo pienso que está en lo cierto: ¡se les terminó el recreo!”
Finalizado el desfile Manini Ríos dijo a La Mañana que es “reconfortante ver como la tradición de tierra adentro no muere”, y agregó que ante ella la gente “muestra su entusiasmo” a través de las “familias enteras desfilando, niños de todas las edad, personas ancianas, carros, carretas, más de cuatro mil caballos. Es para seguir creyendo que la tradición y las costumbres de la gente de tierra adentro no mueren”, insistió.
El legislador destacó “el entusiasmo de la gente aplaudiendo” y “las expectativas” que manifiestan; “gente que nos aplaudía especialmente y nos decía ‘ahora sí, esto que empieza, confiamos en ustedes, queremos que se saque el país adelante, se encuentre la solución’” a sus problemas.
“Yo creo que todo esto constituye una alegría y una caricia para el alma, pero aparte es un desafío de pelear por esta gente que es de trabajo, del campo y que quiere vivir dignamente”, comentó.
Las jineteadas forman parte de nuestras tradiciones
En cuanto al tema del apoyo estatal y municipal a la cultura ecuestre, específicamente al tema de las jineteadas, dijo que “todas las cosas” que implican “costumbres tradicionales hay que apoyarlas y mantenerlas. Nos gustan las jineteadas y lo que las rodea; el olor a tradición, a historia, y si bien en Cabildo Abierto no se ha planteado ningún debate, yo creo que todo lo que refleje contacto con nuestras raíces en bienvenido”, concluyó.
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