Proviene de una familia militar, dado que su esposo y su padre también pertenecen a la Armada. ¿Cómo fue crecer en ese ambiente?
Desde chica me vi atraída por la profesión que tenía mi padre. Me gustaba lo que hacía, admiraba su profesión cada vez que lo íbamos a despedir en algunos viajes largos. Y me intrigaba mucho la idea de navegar, algunas oportunidades tuve la suerte de navegar con él y me encantó. Con respecto a mi marido, creo que el hecho de que compartamos la misma profesión sin lugar a dudas ayuda muchísimo a la hora de comprenderse, no tengo la necesidad de explicarle algunas cosas, como por ejemplo si estoy de guardia de búsqueda y rescate, tener que irme en la madrugada a navegar.
¿Cómo se fue concretando su vocación por el mar?
Le pedí a mi madre y padre para hacer Optimist (velero chico) en el Yatch Club y me encantó. Luego, cuando escuché la oportunidad de poder hacer Liceo Naval (curso preparatorio), me fui a inscribir sin dudarlo; para de alguna manera probar y ver si realmente me gustaba la carrera.
¿Qué significo para usted el ingreso a la Armada? ¿En qué aspectos le cambio como persona y qué valores son los que inculca esta carrera?
Para mi significo la transformación de un sueño en la realidad; algo que lo había visualizado como imposible o muy difícil de concretar. La confirmación de que cuando uno persigue un sueño y enfoca todas sus fuerzas en el cumplimiento del mismo, sin lugar a dudas se va a cumplir. Creo que cada traba que tuve al inicio era lo que me daba fuerza y tenacidad para seguir adelante. El hecho de tener que sortear algunos obstáculos creo que me hizo ser una mujer más fuerte y decidida.
Los valores más importantes que me ha dejado la carrera son el valor ante la responsabilidad, la preocupación por los subordinados, la abnegación, el sacrificio, el respeto por las personas, liderar y predicar con el ejemplo, la conducción y manejo de recursos humanos.
Sobre este tema, ¿cómo puede la Armada y la carrera militar en general ayudar a las personas, los jóvenes que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad?
Con respecto a este tema no me corresponde a mi hacer esta apreciación; lo que si puedo decir es la excelente preparación y formación en valores que a través de la Escuela de Especialidades se le brinda a los jóvenes que quieren ser parte de la Armada; así como la excelente preparación académica y en valores que se le da a los alumnos de Bachillerato Naval y en la Escuela Naval; tanto a marinos militares como mercantes.
¿Qué desafíos enfrentó durante su trayecto hasta el puesto actual?
Para arrancar el mismo hecho de que me dejaran iniciar la carrera en la Escuela Naval. Cuando en el año 1999 finalizo preparatorio naval en la Escuela Naval, aun no estaba permitido el ingreso de mujeres a la carrera militar naval; lo que me motivó a presentar una solicitud de excepción por tema de género. Solicitando al mismo tiempo poder realizar el periodo de reclutamiento con el resto de mis compañeros de curso. Ya casi finalizando febrero me informan que se había aceptado mi ingreso, pero solo para los cuerpos de prefectura y administración, siendo que yo quería seguir cuerpo general. Y también me informaron que probablemente no podría embarcar ni realizar el viaje en el Capitán Miranda.
Al finalizar segundo curso, la Armada habilita el ingreso de mujeres a cualquier orientación, motivo por el cual nuevamente elevo una solicitud, pero en este caso para cambio de orientación, de administración a cuerpo general. Las opciones fueron repetir el año o dar todos los exámenes libres correspondientes a cuerpo general y en caso de perder algún examen seria baja del Instituto. Finalmente opte por dar los exámenes, los aprobé y continúe la carrera.
Otro desafío también fue la incorporación de las mujeres a las brigadas de alumnos, ya que en un comienzo estábamos como aisladas en una brigada sola, pero al llegar al último año me designan como encargada de una Brigada de Alumnos y para controlar era necesaria la integración. Creo que fue una experiencia buena, ya que después de 20 años esto se mantiene igual.
El Capitán Miranda y los buques de guerra también fueron todo un desafío, principalmente por tema locativo, ya que no estaba previsto alojamientos femeninos a bordo.
¿Enfrentó en algún momento de su carrera algún tipo de discriminación por ser mujer?
Por suerte no. Sí obviamente pude seguir el difícil proceso de adaptación que la propia Armada debió efectuar en corto tiempo para adaptar a la Escuela Naval y los reglamentos, para permitir el proceso de tener oficiales de línea femeninos. La Armada ya tenía experiencia con personal subalterno femenino y oficiales técnicos como médicos, abogadas, etc.
En este mes de la Mujer, ¿qué significa para usted ser la primera en asumir como Comandante de un Buque de la Armada?
Es una enorme responsabilidad. Evidentemente este cargo es un gran desafío profesional. Como lo dije antes, esta designación es la confirmación de que cuando uno persigue un sueño y enfoca todas sus fuerzas en el cumplimiento del mismo, sin lugar a dudas se va a cumplir.
Como comandante del Buque Audaz, ¿cuáles serán sus principales cometidos?
El buque cumple funciones de adiestramiento en operaciones de minado y contraminado. Cumplimos misiones de control de aguas jurisdiccionales; operaciones de búsqueda y rescate; operaciones nacionales e internacionales que nos designe el Mando.
El Comandante es el responsable de aplicar correctamente el marco legal que permite el apresamiento o aplicación de multas a buques infractores. Es quien tiene que liderar y motivar de forma apropiada a su personal hasta situación extrema de arriesgar su vida para salvar a terceros, por ejemplo, en operaciones de búsqueda y rescate. El Comandante es el responsable de ejercer la soberanía del Estado en el mar, protegiendo los intereses y recursos marítimos del Estado. Es el responsable de todo lo que ocurra a bordo. Y todas esas responsabilidades la mayoría de las veces las decide solo, ya que no dan los tiempos para consultar, motivo por el cual es importantísimo su capacitación y formación.
Madre, esposa. ¿cómo se conjuga para una mujer la vida militar y la vida de hogar?
Es todo un tema la maternidad. Cuando quedo embarazada de mi primer hijo, estaba ocupando un cargo a bordo como oficial del detall (segundo comandante), justo del barco que hoy en día Comando. Pero no es compatible el embarazo y estar embarcada, es muy peligroso; a lo cual solicito el desembarque. Fue un tema de prioridades, ya que quería tener hijos. Y con mi segundo hijo quede embarazada cuando estaba prestando servicios en la Escuela Naval como Jefe de División Capacitación y Postgrado.
En mi caso particular para poder desarrollarme profesionalmente y tener la posibilidad de embarcar y de hecho ausentarme de mi casa a veces varios días, tengo un apoyo familiar muy grande. Principalmente de mi marido, y también de mis padres, suegros, hermanas, cuñada y cuñados. Mis hijos obviamente son mi prioridad, pero teniendo el apoyo familiar he podido desarrollarme como profesional.
¿Qué le diría a las mujeres que quieren ingresar a la vida militar?
Que es una carrera que trae muchas satisfacciones personales y profesionales. Que a veces es difícil y trae aparejado algunos sacrificios pero que si realmente tienen la vocación de ser marino militar es una profesión muy gratificante.