Sobre las 12 del mediodía comenzaron a llegar los invitados a la casona de Bulevar Artigas y Ponce, a la “casa del Papa en Uruguay”, como lo define el Nuncio Mons. Martín Krebs, con motivo de la celebración un nuevo aniversario del Pontificado de Su Santidad el Papa Francisco, Fiesta Nacional de la Santa Sede.
Una de las autoridades presentes fue el Arzobispo de Montevideo el Cardenal Daniel Sturla. En diálogo con La Mañana, Sturla destacó la importancia de tener al primer Papa latinoamericano, y la cercanía que siente por el hecho de que sea rioplatense. A su vez destacó el impacto de estos 7 años de Francisco: “Creo que lo más importante en un Papa no son los cambios que hace sino cómo anuncia el Evangelio de siempre en las circunstancias que le toca vivir, y en ese sentido el Papa Francisco ha subrayado algunos elementos clave para el como lo son la evangelización (propia de la iglesia), hecha como una Iglesia en salida”.
Por su parte el Nuncio Martin Krebs hizo referencia a la capacidad de encuentro del Papa Francisco, que luego de negarse a vivir en el Palacio Apostólico, dijo: “No puedo vivir sin gente, debo vivir mi vida con los demás”. También mencionó su capacidad de intercambio con culturas que le son ajenas, y sus viajes a países pobres y con poca población católica.
“En Marruecos reafirmó la importancia del diálogo interreligioso, en Mozambique, Madagascar y Mauricio, alzó su voz con fuerza en defensa de los pobres y de la creación. En Bulgaria, Macedonia del Norte y Rumania habló de la unidad de los cristianos, en Tailandia pidió que se promovieran los derechos de las mujeres y de los niños, y en Japón repitió que el uso y posesión de armas nucleares es inmoral”.
Krebs mencionó la designación del sacerdote uruguayo Gonzalo Aemilius como secretario privado del Papa como un gesto de cercanía, aunque no haya habido viajes a nuestro país en estos años. Además, tuvo en cuenta los pasos hacia una transformación de la Iglesia en misión permanente, un “caminar juntos”, y la llamada a una conversión sinodal, cultural, ecológica y pastoral.
Finalmente, se realizó un brindis por las buenas relaciones entre la Santa Sede y el Uruguay, y por la salud del Papa Francisco.