Los uruguayos solemos vernos como solidarios. En realidad todos los pueblos tienen esa imagen de sí mismos. Cada vez que alguna tragedia, de cualquier magnitud o naturaleza que sea, sucede en alguna parte del mundo, las personas suelen responder solidariamente.
Lo que sucede es que la solidaridad no es una virtud de determinado pueblo, tampoco hace a ninguna religión o creencia, sino que se trata de una característica humana que aflora cuando las personas vemos a los semejantes pasar por situaciones límites.
Otro dato es que la solidaridad no es un comportamiento exclusivamente humano ya que hay animales que se comportan de forma solidaria con sus pares. Puede decirse que se trata de una reacción instintiva y natural, como la reproducción, que tiene como fin último la conservación de la especie. Es el hombre el que le da un valor moral especial y lo contrapone a su opuesto, el egoísmo.
Aunque hay excepciones, en tiempos del coronavirus COVID-19, la solidaridad ha emergido una vez más y lo ha hecho de mil formas diferentes ayudada por el desarrollo de las redes sociales que han resultado ser un excelente instrumento.
En estos días hemos visto de todo. Vecinos de un edificio de apartamento que ayudan y se preocupan por un matrimonio mayor en edad de riesgo, psicólogos que ofrecen sus servicios gratis para ayudar a sobrellevar los encierros que se hacen eternos, cansadores y estresantes, ingenieros agrónomos que atienden consultas y evacuar dudas, escribanos que ofrecen su conocimiento a quien necesite asesoramiento o una consulta, vitivinicultores que arman grupos de charlas virtuales para combatir la soledad, diseñadores gráficos y community manager que trabajan para ayudar a pequeñas empresas que luchan por sobrevivir, etc. La lista es interminable, el que sabe hacer algo lo ofrece y siempre encuentra alguien a quien ayudar, desinteresadamente.
El sector rural no queda ajeno a esa solidaridad mancomunada. Es importante decirlo porque en las últimas horas se ha escuchado a algunos actores sindicales y políticos reclamar que los productores deben sumarse al esfuerzo que está haciendo toda la sociedad. Pues lo están haciendo, como ya es característico en ese sector de la sociedad.
Ayer el reconocido periodista Walter ‘Serrano’ Abella lo demostró a través de su programa de radio logrando el apoyo de humildes trabajadores rurales que ofrecieron algo de lo poco que poseen en un acto de generosidad que se convirtió en valentía.
“Quiero donar una vaca, Serrano, ¿usted cree que vamos a ser más pobres si tenemos 100 y pasamos a 99? Quiero ayudar a los que están peor que yo”, le dijo un pequeño productor.
Otro ofreció “dos horas” de su vida en “trabajo gratis, hasta que esto se acabe”, porque no puede donar nada ya que gana poco.
Termino la audición “llorando, si llorando, 5 vacas donadas en 20 minutos. No doy abasto, preciso ayuda para ordenar esto. Yo estoy en cuarentena por la edad hace una semana, ¡¡que Paisito!!”, escribió emocionado el veterano periodista en su cuenta de Twitter.
Pero hay más. La Asociación Nacional de Productores de Leche (ANPL) apoyará a las familias más necesitadas donándoles leche a través del Sistema Nacional de Emergencia.
El sector arrocero (productores e industria) entregará 30.000 kilos de arroz blanco (240.000 porciones) al Ministerio de Desarrollo Social para colaborar con comedores y canastas.
Pantalla Uruguay donó US$ 15.000 y pidió a sus clientes vendedores y compradores sumarse aportando un dólar por animal comercializado con lo que se superarán los US$ 30.000; antes Plazarural donó otros US$ 15.000 para la compra de Insumos médicos y seguramente Lote 21 hará lo mismo en el próximo remate que será los primeros días de abril.
Los ejemplos no se acaban ahí, pero alcanzan como muestra.
Históricamente, los tiempos difíciles han servido para hacer de nosotros personas más sensibles, es una característica de la humanidad. Lamentablemente también hay de los otros, de los que aprovechan para dividir, pero éstos siempre son los menos y terminan siendo aislados por la mayoría que prefiere permanecer unidos y empujando en la dirección correcta.