Durante un viaje por Irán realizado en agosto de 2019, en un maravilloso entorno de historia, tuvimos la oportunidad de visitar un hogar convertido en hostal. Lo atendía una familia que practica el Zoroastrismo, una religión monoteísta fundada hace más de 3.500 años.
El hogar, de nombre Nartitee, que aspira a convertirse en hotel, muestra con orgullo el símbolo del Lonely Planet como recomendado en el año 2017. Se encuentra en Taft, un pequeño poblado de la provincia de Yazd, capital del desierto.
Fue inolvidable la calidez de la recepción, el sentido de hospitalidad y lo profundo del contacto humano pese a que hablaban en farsi y el inglés no es mi fuerte.
No obstante pudimos entendernos muy bien y aún solicitar una entrevista al hijo mayor, que era el encargado de recibir y atender a los visitantes y de mostrarles algunos elementos de culto.
Como dato curioso en Irán existen aproximadamente 10.000 zoroastrianos, otros tantos en Afganistán y bastantes más en una región del norte de la India.
La entrevista, que anoté con garabatos sobre una pequeña hoja de papel, versó sobre la vida y la obra de Zaratustra, el profeta y su legado, las torres del silencio y fundamentalmente sobre el fuego sagrado, que debe permanecer siempre encendido.
Zoroastro –también conocido como Zaratustra- nació hacia el año 1700 antes de nuestra era, aunque algunos investigadores opinan que fue en el año 1200 A.C. No se sabe tampoco el lugar exacto de su nacimiento. Se supone que lo fuera en un pequeño poblado al norte del actual Afganistán mientras que para otros lo fue al norte del actual Irán.
A los 20 años, Zoroastro, de familia común sin ser noble ni guerrero, se fue a vivir en la soledad de los campos, pasando 10 años dedicado a pensar sobre la vida y el destino del hombre.
Fue entonces que unos “seres espirituales” lo eligieron para trasmitirle conocimientos. El joven hablaba muy bien y llegaba a la gente con su mensaje. Sus enseñanzas dieron lugar a un libro sagrado que contiene puntos de vista y consejos prácticos sobre la vida.
Dios, un Dios único, principio del monoteísmo, lleva por nombre Ahura Mazda, que es el principio esencial de la vida. Según el zoroastrismo, todo en el mundo es bueno. Pero también está la dualidad de los buenos y los malos, el bien y el mal. El nombre nace bueno pero algunos, que no piensan y actúan mal, forman el grupo de los malos por no pensar bien.
Para Zoroastro, las personas deben tratar de ser sabias, dar luz, trasmitir sabiduría, permanecer en el grupo de los buenos, en resumidas cuentas ayudar a Dios para que el mundo sea mejor.
Esto despertó mi interés e insistí en preguntarle sobre el cómo y el porqué de que algo fuera malo o bueno. La respuesta se complicó. El anfitrión empezó a hablar en farsi cuando llegaron otros visitantes y perdí el sentido.
Quedaron estas ideas claras. Todos los seres participamos de un alma común pero cuando dormimos nos alejamos.
Ahura Mazda indica el camino a través de siete puntos que debemos observar:
Para Zoroastro, las personas deben tratar de ser sabias, dar luz, trasmitir sabiduría, permanecer en el grupo de los buenos, en resumidas cuentas ayudar a Dios para que el mundo sea mejor.
Esto despertó mi interés e insistí en preguntarle sobre el cómo y el porqué de que algo fuera malo o bueno. La respuesta se complicó. El anfitrión empezó a hablar en farsi cuando llegaron otros visitantes y perdí el sentido.
Quedaron estas ideas claras. Todos los seres participamos de un alma común pero cuando dormimos nos alejamos.
Ahura Mazda indica el camino a través de siete puntos que debemos observar:
- cada día debe ser mejor que el de ayerhay que pensar biendebemos
- conocer la ley de la vidadebemos tener control sobre nosotros
- mismosdebemos ser amables y humildesdebemos llegar a nuestro
- interiorel último punto, el séptimo, es el resultado de todos los
- anteriores, consiste en llegar a ser inmortales.
Estas reflexiones las proclamaba Zoroastro cuando contaba con 42 años de edad, que es cuando empezó a compartir sus conocimientos. La meta del hombre debía ser la de permanecer en el grupo de los buenos para vivir rectamente.
Convenció al rey, que se convirtió y su mensaje comenzó a trasmitirse. La gente empezó a practicar el zoroastrismo. Con el tiempo los sacerdotes empezaron a interpretar y escribir sus reflexiones. Todo este proceso dio origen al libro sagrado, el Zend Avesta.
El culto del Zoroastrismo tuvo dos prácticas características:
Los cadáveres, que se consideraban impuros, eran colocados en las “torres del silencio” donde las aves de rapiña daban cuenta de la carne hasta quedar los huesos pelados. Recién entonces se enterraban. Dentro de las torres, que eran circulares, los cadáveres de hombres, mujeres y niños, se colocaban en distintos sectores. Después los huesos, purificados, eran enterrados con gran pompa.
El fuego se considera sagrado y debe mantenerse siempre encendido. Todas las noches, práctica que se sigue realizando por las comunidades que practican el culto, se rinde homenaje al fuego y se realizan cánticos.
Tuvimos oportunidad de asistir a esta ceremonia y ver el fuego sagrado arder en una gran bandeja plateada. Todo a través de un vidrio, por supuesto.
Cabe destacar en homenaje a los lectores que el zoroastrismo es considerado como la primera religión monoteísta y que de alguna manera influyó en la religión judía y a través de ella al Cristianismo.