El asesinato del pasado lunes del ciudadano estadounidense George Floyd a manos del oficial Derek Chauvin en la ciudad de Minneapolis desencadenó protestas locales que actualmente abarcan más de 140 ciudades de todo Estados Unidos y se han mezclado desmanes, saqueos y mayor violencia.
Floyd, de 46 años de edad, fue detenido por 4 oficiales de policía de la ciudad supuestamente por intentar pagar con un billete falso y se le redujo contra el piso mientras estaba esposado y Chauvin se arrodilló sobre su cuello, llevándolo así a su muerte por asfixia según la autopsia independiente ordenada por la familia de la víctima. Mientras ocurría esto varias personas presentes pedían al oficial de policía que lo dejara respirar, además fue grabada la situación y virilizada en las redes sociales.
Al día siguiente el jefe de policía de Minneapolis, Medaria Arradondo anunció que los cuatro agentes involucrados en la muerte de Floyd habían sido despedidos y comenzaron las manifestaciones pacíficas. Al día siguiente el alcalde de la ciudad, Jacob Frey pidió que se aplicaran cargos contra Chauvin, diciendo: “¿Por qué el hombre que mató a George Floyd no está en la cárcel? Si lo hubiera hecho yo o tú lo hubieras hecho, estaríamos en la cárcel”.
Las protestas frente a la estación de policía como frente a otros sitios fueron pacificas, aunque algunas tuvieron enfrentamientos con la policía además de que fueron usadas como excusa para algunos grupos que aprovechaban para saquear y vandalizar distintos puntos urbanos.
Para el viernes pasado, más de 170 comercios fueron dañados y algunos edificios aún seguían en llamas. Ese mismo día, Chauvin fue arrestado y acusado de homicidio en tercer grado y homicidio involuntario de segundo grado. Bajo las leyes de ese Estado, homicidio de tercer grado se define como: “causar la muerte de otra persona sin intención de hacerlo, evidenciando una mente depravada y sin respeto a la vida humana”. El homicidio involuntario de segundo grado no implica intenciones letales, pero que el perpetrador realizó un riesgo irracional, o gran daño o muerte.
Además, se anunció que se abrirían causas penales contra los otros tres oficiales de policía involucrados. El gobernador del estado, Tim Walz anunció toque de queda a partir del pasado viernes hasta a la mañana del domingo en respuesta a los disturbios y también anunciaba que el Estado desplegaría 1000 unidades más de la Guardia Nacional, decisión sin precedentes en la historia del Minnesota. El Pentágono ordenó al Ejército a preparar unidades de su policía militar para que sean desplegadas en la zona.
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump ha llamado a ser implacable frente a los saqueos y disturbios, declarando la organización ANTIFA como una organización terrorista. Esta organización descentralizada ha sido etiquetada como “extrema izquierda” por el mandatario estadounidense.
Junto a la cuestión social y económica que tienen como trasfondo las manifestaciones, también existe el contexto electoral en el país ya que en cinco meses serán las elecciones presidenciales y Trump busca la reelección como presidente a pesar ya no tener una situación favorable como la tenía a principios de año. Pasando su administración de haber logrado mínimos históricos de desempleo y enfrentarse a China en una guerra comercial a ser uno de los epicentros de la pandemia de COVID-19, con casi dos millones de infectados y más de 100.000 muertos además de tener más de 20 millones de desempleados, aspectos negativos que se le suman al actual escenario nacional donde las manifestaciones parecen no tener fin y han llegado incluso a las cercanías de la Casa Blanca.