En los últimos años la alimentación a corral ha sido utilizada como una estrategia de alimentación complementaria que permite compensar la baja oferta de forraje en invierno, controlar las variables que afectan la producción y mejorar la eficiencia global del sistema.
En los sistemas ganaderos de Uruguay las pasturas naturales constituyen la principal fuente de alimento. Sin embargo, estas se caracterizan por presentar una marcada producción de forraje estacional, destacándose la menor producción en la estación de invierno y la mayor en primavera. Este déficit invernal determina una limitante a la hora de ajustar la carga anual del sistema. En general, las altas cargas que soportan en dicho periodo y la baja disponibilidad de forraje determinan una baja performance animal y, por tanto, una menor productividad del sistema.
Las tecnologías utilizadas que compensan la baja oferta de forraje durante la estación invernal, se caracterizan por el impacto de la intensificación en el sistema, destacándose de menor a mayor intensificación: el mejoramiento de campo natural, la utilización de pasturas sembradas, el uso de la suplementación y la alimentación a corral. En esta oportunidad haremos referencia a la utilización de la alimentación a corral en bovinos de carne.
La alimentación a corral en los sistemas de producción pastoriles constituye una alternativa que permite controlar las variables que afectan la producción (capacidad de carga, productividad) y surge como una estrategia para incrementar la eficiencia productiva del sistema en su conjunto, debido a que mejora la performance animal y, por lo tanto, acelera el proceso en comparación a la recría y a la terminación netamente pastoril.
Claves para la toma de decisiones
Para planificar el encierro a corral es necesario tener en cuenta los coeficientes técnicos generados por la investigación; estos nos permiten determinar la viabilidad económica de la alimentación a corral, considerando el mercado actual de precios del alimento y del valor del kilogramo producido. La eficiencia de conversión del alimento (a partir de este punto: EC) es el indicador más importante para considerar en esta evaluación, debido a que indica cuantos kilogramos de materia seca se necesitan para incrementar un kilogramo de peso vivo (PV).
De los principales factores que afectan la eficiencia de conversión se pueden destacar como más relevantes: la edad, el peso y el sexo del animal, y el tipo de dieta. Los animales jóvenes son las categorías más eficientes debido a que el músculo es el principal componente de la ganancia de peso. A medida que el animal tiende a incrementar la deposición de grasa se empeora la EC, esto se explica porque existe un mayor costo energético y se necesitan más kilogramos de alimento para incrementar un kilogramo de peso vivo. En este sentido se destaca de mayor a menor EC respectivamente a las categorías de terneros, novillos y vaquillonas.
Según datos generados por la investigación nacional y por predios comerciales, la alimentación a corral de terneros permite obtener ganancias en torno a 0,75 -1,30 kg/día con una EC de 5 a 6 kg MS/kg PV. El engorde de novillos puede presentar una mejor performance animal alrededor de 1,30 a 1,60 kg/día de peso vivo con EC de 7 a 9 kgMS/kgPV, mientras que en la categoría de vaquillonas la ganancia obtenida puede variar de 1 a 1,30 kg/día con EC de 8 a 10 kgMS/kgPV. La variabilidad en los valores de ganancia de peso y EC depende principalmente del tipo de dieta suministrada.
Utilizando la alimentación a corral, podríamos incrementar la producción de carne en terneros en torno a 100 kg por animal, obteniendo una reducción en la edad de faena o en la edad a primer entore
Entonces, es a partir de estos datos presentados que podemos realizar un análisis económico más general. Por ejemplo, en el escenario actual, si consideramos el precio actual del ternero de 2,15 U$S/kg y la eficiencia de conversión que puede ser lograda de acuerdo a lo presentado, el precio máximo que se podría pagar por la ración para cubrir los costos de alimentación sería de 430 dólares la tonelada. Tomando como referencia el precio de una ración de recría (15% PC y con fibra incluida) de aproximadamente 270 U$S la tonelada y la EC de 5:1, el costo del kilo producido sería de 1,35 U$S. Cabe destacar que un análisis más detallado debería considerar otros costos, por ejemplo, sanidad, mano de obra, costo de hotelería, entre otros.
En muchas ocasiones existe un costo oculto generado por un manejo inadecuado del sistema que, en la mayoría de los casos, no tenemos en cuenta debido a que no determina una salida de dinero. Un ejemplo a destacar es el manejo de la recría durante su primer invierno de vida. Sabemos, según datos generados, que terneros manejados sobre campo natural reportan pérdidas de peso promedio en torno a los 200 gramos por día. Este sistema, por tanto, estaría perdiendo durante el invierno 18 kg por animal. Aunque esto no determine un costo mediato generaría una pérdida de valorización de stock de 38 U$S por animal. A su vez, se estaría comprometiendo al menos 30 días de la estación de primavera para poder recuperar esa producción (con condiciones óptimas de ganancias diaria promedio de 0,700 kg por animal). Si incorporáramos al sistema un manejo diferencial del ternero utilizando la alimentación a corral, podríamos incrementar la producción de carne (en torno a 100 kg por animal) y mejorar la eficiencia global del sistema, ya que los pesos obtenidos a fines de invierno de 250 kg, podrían determinar una reducción en la edad de faena o en la edad a primer entore.
Terneros manejados durante el invierno sobre campo natural reportan pérdidas de peso promedio en torno a los 18 kg por animal
Consideraciones prácticas para la instalación de un corral
Se han desarrollado diversas líneas de investigación que apuntan a solucionar la problemática operativa de la alimentación a corral principalmente pensada para aquellos sistemas de producción extensivos, que muchas veces no disponen de maquinaria para la distribución de alimentos en el corral. La utilización de comederos de autoconsumo con una ración totalmente mezclada que incluye una fuente de fibra corta (cáscara de arroz, retornable fino, grano entero de avena, entre otros) ha sido una incorporación muy utilizada ya que permite viabilizar la operativa en estos sistemas, sin afectar la performance animal.
Para determinar el número de autoconsumos a utilizar, es importante tener en cuenta el coeficiente de 3 cm de frente de ataque por animal y la capacidad de carga del mismo, ya que, en estas situaciones de dietas concentradas, el autoconsumo debe permanecer siempre con alimento disponible para evitar riesgos de acidosis. Por otra parte, si se implementa el suministro diario de alimento, se debe considerar un frente de ataque de 30 a 50 cm por animal según la categoría a utilizar. Los comederos deberían colocarse en el lugar más alto del corral o al menos en un área donde no haya riesgos de acumulación de agua y formación de barro.
Para determinar el área del corral, se recomienda un espacio mínimo de 20 m2 y máximo de 40 m2 por animal. A su vez, el tamaño de lotes no debería ser mayor a 250 en animales livianos y 200 en categorías más grandes como novillos en terminación. Para la presupuestación de bebederos el coeficiente recomendado es 3 cm de frente de ataque por animal.
Con todos los elementos presentados más la información de calidad en investigación ofrecida en el país, un productor cuenta con un importante soporte para la toma de decisiones a la hora de incorporar tecnología. Para lograr el objetivo de incrementar la productividad y mejorar la eficiencia global del sistema, es importante planificar los recursos con anticipación, monitorear, registrar y analizar los resultados obtenidos.
*Ingeniera Agrónoma
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