Representantes de la principal cadena de valor de Uruguay, dieron su visión respecto de cómo deberá reaccionar el Uruguay y centralmente la cadena cárnica, ante el inédito escenario que se genera, en función de la actual situación mundial y sus consecuencias, tras la Pandemia del COVID-19; en lo sanitario, lo social, lo comercial y lo económico.
En aspectos generales, los destacados participantes de la 1ª Conferencia virtual “La cadena cárnica en la nueva normalidad”, organizada por CharruaTV y su productora asociada Zas Media, plantearon un horizonte de oportunidades, a partir de la excelente imagen con que cuenta la producción cárnica uruguaya en el mundo; y su capacidad productiva instalada.
La conferencia contó con las exposiciones del Ing. Agr. Ricardo Reilly Arrarte, delegado de la Asociación Rural del Uruguay (ARU) en la Junta de INAC, por el Téc. Agr. Diego Arrospide, vicepresidente de la Asoc. Consignatarios de Ganado, el Dr. Marcelo Secco – CEO de Marfrig Uruguay y representante de la Industria en la Junta Directiva de INAC, el Ing. Agr. Lautaro Pérez, Gerente de Marketing del Instituto Nacional de Carnes (INAC), y el Dr. en Economía Ignacio Munyo.
“Muy buenas posibilidades de colocación futura”
El Ing. Agr. Ricardo Reilly, productor y delegado de la ARU en la Junta de INAC, sostuvo que “Uruguay tiene mayores posibilidades de mejoramiento, que otros países exportadores de carne”.
En ese contexto, aseguró, que “nuestro país, puede aumentar de manera significativa la exportación de carne, debido a la ventaja comparativa que tenemos como país productor”.
Reilly analizó cual es la situación mundial del comercio de carnes y comentó que “no podemos perder de vista “que hay una proyección de crecimiento de la producción mundial de carne para los próximos años, pero no debe dejarse de tener en cuenta, que también hay una brecha muy grande de la mano de los mercados asiáticos y en ese escenario, se presentan muy buenas posibilidades de colocación futura”.
En tal sentido presentó una interesante gráfica del consumo de carne por parte de la población china, que consume 105 kilos de carne per cápita, pero en ese contexto están incluidas todas las carnes (41% pescado, 39% cerdo, 12 pollo, 6% vacuno y 2% ovino).
En este escenario “el dato destacado es que el 39% de carne de cerdo que representa 54 millones de toneladas, está muy diezmada por la Peste Porcina Africana que provoca mucha distorsión en el mercado y lo cierto es que alrededor de 20 millones de toneladas, “podrían ser sustituidas por carne vacuna” y allí hay una gran oportunidad.
“Estamos en un negocio, donde hoy la demanda supera la oferta de los países exportadores”
Las guerras comerciales y la reducción de aranceles
En estos meses, cuando miramos las noticias, nos detenemos en el COVID-19, “pero pasan otras cosas”; según Reilly.
Aún en medio de las guerras comerciales, e inestabilidad en el marco de una guerra comercial entre China y EE.UU., lo que estamos viendo -añadió- es que los países importadores, están reduciendo, de una u otra manera, los aranceles promedio, para el ingreso de carnes, por la vía de Tratados Bilaterales y Multilaterales de Comercio.
Más adelante recordó Reilly, que “tenemos un caso puntual como lo es el acuerdo MERCOSUR-UE, que hay que ver como se lleva a la práctica, pero el acuerdo está firmado. Esto es importante para Uruguay, teniendo en cuenta la Cuota Hilton, ya que las más de 6.000 toneladas del cupo de Uruguay, pasarían a tener arancel 0, y el otro dato importante es el caso de Japón que bajará el arancel a la mitad del que tenía en el 2014”.
“Esto demuestra que los países están necesitando proveerse de carnes, para proveer a su población y eso es un dato importante para nosotros”, afirmó.
Para el Ing. Reilly; “estamos en un negocio, donde hoy la demanda supera la oferta de los países exportadores y esto es lo que debemos tener en cuenta cuando proyectemos cualquier cosa mirando hacia adelante”.
“Hay que aspirar a duplicar las exportaciones de carne”
El representante de ARU en la Junta de INAC, apuntó en este tramo de su conferencia, unos datos de particular interés.
Recordó que nuestro país, en 2019 exportó cerca de 1.700 millones de dólares en carne, pero si se le agregan las colocaciones de subproductos, menudencias y otros derivados de la carne “que eso es una gran discusión que a veces tenemos porque -afirmó – hay que medirlo como un todo, porque es más representativo, nos acercamos a los 2 mil millones de dólares, lo que es un número para nada despreciable”.
Añadió que en la situación en la cual estamos; “vaya si será importante, en un mundo que proyecta un aumento de demanda de carne sostenida e insatisfecha, que Uruguay pueda duplicar las exportaciones de carne”.
“La relevancia y la importancia del complejo cárnico, no es sólo desde el punto de vista del ingreso de las divisas, sino desde la generación de puestos de trabajo, en los distintos rincones del país”
Crecimiento; “si se le saca el pie de encima y se le da competitividad.”
Comentó en este aspecto; que “para eso hay que tomar algunas medidas, ya que estamos frente al sector más competitivo que tiene Uruguay, con un complejo cárnico reconocido en el mundo desde hace muchísimos años.
Reafirmando, en el final, su convencimiento de que la cadena cárnica, aún necesita de medidas que promuevan su crecimiento, Ricardo Reilly se planteó la interrogante, de cómo sería nuestro complejo cárnico, “si le levantáramos el pie de encima y si le diéramos las posibilidades de competitividad, aprovechando de este momento, con un nuevo Gobierno, que sabemos que tiene las ideas claras acerca de la relevancia y la importancia del complejo cárnico para la vida de los uruguayos, no sólo desde el punto de vista del ingreso de las divisas, sino desde la generación de puestos de trabajo, en los distintos rincones del país”.
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Endeudamiento, pérdida de productores y falta de competitividad
Reilly también graficó la realidad financiera y el endeudamiento del sector agropecuario “son números muy fuertes, prácticamente el 70% del PBI agropecuario está comprometido con el sector financiero, casi 2.300 millones de dólares al año pasado, si comparamos los créditos del sector como porcentaje del PBI”, enfatizó
Otra realidad de los últimos 14 años, es la pérdida de más de 28.000 fuentes de trabajo entre productores y trabajadores rurales en el sector, según datos del BSE.
Para el ex Pte. de ARU; ha habido una pérdida de competitividad muy grande, por costos productivos y por vía del tipo de cambio; (uno de los impuestos más grandes que paga el sector).
En ganadería; hay una transferencia muy grande y persistente en la última década, por más que ha habido una movida del dólar. Pero tenemos que ver también qué es lo que está ocurriendo con nuestros vecinos y socios comerciales. “Uruguay sigue desalineado y desacompasado en cuanto a la competitividad”, afirmó Reilly.
Según un estudio de la ARU, “cada vez son más las hectáreas que se necesitan para producir, vivir y mantener una familia a costa de una explotación agropecuaria, ya que se necesitan entre 500 y 600 hás. para mantener una canasta familiar, sin hablar de lujos ni de una reinversión en el negocio.”
“En estas circunstancias, es muy difícil hacer despegar a un sector que podría tener todas las ventajas comparativas y competitivas como para sacar el país adelante”
Enfatizó Reilly, “que en esta situación grave del COVID-19, gran parte de la salida está de la mano del agronegocio y del sector agropecuario, pero hay que generar el escenario adecuado”.
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