Investigaciones del INIA Salto Grande, la Facultad de Agronomía y los productores, han llevado a obtener variedades de cosecha temprana y adaptada a las condiciones locales y de frío, favoreciendo su comercialización desestacionalizada.
La actividad económica salteña está claramente vinculada a la producción citrícola y el turismo. En las últimas semanas el citrus ha ocupado el centro de la atención debido a la situación de la le empresa Citrícola Salteña, el emprendimiento productivo más importante del departamento y de la zona norte por toda la mano de obra que emplea y lo que genera para el país en exportaciones. Sin embargo limitar ese departamento a esas facetas es, por lo menos, alejado de la realidad. Un reciente informe del Observatorio Granjero destaca a la frutilla como un cultivo que se ha desarrollado con singular éxito garantizando el producto todo el año con la participación del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y la Facultad de Agronomía. Este año la frutilla logó cubrir, por segunda vez consecutiva, la alta demanda del día de la madre.
Anualmente el Mercado Modelo registra ingresos de 100 toneladas de frutilla. Esta fruta es “la reina indiscutida” en el mes de octubre, cada segunda quincena de ese mes invade la plaza con su “característico color rojo brillante”, expresa el informe.
Pero desde hace un tiempo la producción de frutilla comenzó “un proceso de desestacionalización que no se detiene y en 2020, por segundo año consecutivo, Salto ha logrado adelantarse llegando con cantidades significativas de oferta al día de la madre, una fecha importante en lo simbólico y en lo comercial, dada la fuerte demanda que significa habitualmente ese día”.
El 50 % de la producción nacional de frutilla es responsabilidad de los salteños. “Desde el otoño hasta inicios de la primavera es la principal zona que abastece el mercado interno (casi el 90 % del ingreso al Mercado Modelo en este período)”.
En el sur, la principal zona productiva está en el departamento de San José, y “es complementaria” de Salto, ubicando su mayor oferta “de setiembre hasta abril”, informó el Observatorio.
Es “habitual” que en la primera quincena de mayo “una de las frutas más buscadas” sea la frutilla, “debido en gran parte a la demanda asociada con la preparación de postres para la celebración del día de la madre”.
El problema es que el frio “enlentece la producción” lo que hace que en esta época la oferta sea escasa. De esa forma se da la combinación de “buena demanda y baja oferta” lo que empuja los valores al alza.
Pero las investigaciones realizadas por INIA Salto Grande, la Facultad de Agronomía y los productores, han llevado a obtener variedades de cosecha temprana y adaptada a las condiciones locales y de frío.
El producto obtenido es tolerante a enfermedades y con buena calidad organoléptica de la fruta (sabor, dulzor, color, aroma, etc.), destaca el informe.
Respecto al precio, el Mercado Modelo informó a comienza de semana que el valor mayorista de la frutilla al por mayor, es de entre $ 100 y $ 110, 10 % superior al período previo.
Salto y San José, dos modelos productivos.
Respecto a la producción de frutilla en Uruguay, se destacan, como fue dicho, Salto y San José. En este último particularmente “las localidades de Colonia Wilson, Colonia Galland y Libertad. En Salto el principal modelo productivo es bajo techo, estimando la utilización de macrotúneles en un 60 % y microtúneles 40 %. Quedando el uso de invernáculos con muy poca incidencia en este cultivo”.
Este año se esperan producir entre 40.000 y 50.000 kilos por hectáreas en los sistemas de macrotúneles y algo inferior en los microtúneles.
“En Salto predominan las plantas de origen nacional, adaptadas al clima y a los objetivos productivos, como la precocidad en cosecha, tamaño y color de fruta y resistencia a enfermedades. En el último año, dos cultivares desarrollados por INIA: Ágata e Yrupé, son las ampliamente predominantes en el sector”. Ágata ocupa el 60 % del área y Yrupé el 40 % restante.
En la zona sur prevalece el sistema “a la intemperie, instalándose estructuras de protección livianas como microtúneles sólo para aquellos cultivos con los cuales se pretende extender el período con oferta e ingresar al otoño. Los cultivos en esta última zafra se realizaron sobre suelos en malas condiciones, producto de la sequía que azoló todo el sur del país y en particular las localidades de producción (Colonia Wilson y Colonia Galland, San José). La plantación se efectuó más tarde, en los primeros días de marzo, siendo lo recomendable en febrero o antes. El escenario de sequía, en una siembra que se realiza con plantines a raíz desnuda, perjudica fuertemente el estado de los cultivos”, apunta el Observatorio Granjero.
Eso causó que ahora los cultivos no estén en su mejor perspectiva “con áreas en buen estado y otras en regular condición de desarrollo”.
En el norte la cosecha comienza en setiembre, obteniendo la mayor producción del ciclo del cultivo en octubre.
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