Los perdedores de los historia de España. Fernando García De Cortázar. Editorial PLANETA. 618 págs, 2006.
Un texto de historia deslumbrante por su espléndida redacción y por su riqueza conceptual. García de Cortázar, un académico de origen vasco conjuga su especialización en Historia con su vocación sacerdotal, nos invita en un viaje que se inicia con Quinto Sertorio, líder de las revueltas de los pueblos celtíberos contra la hegemónica Roma hasta los españoles que terminaron con sus huesos en el Gulag soviético. Desde el trágico destino de Prisciliano, obispo decapitado al ser declarado hereje hasta el oscuro destino que les aguardó a aquellos españoles republicanos o -tildados así- que cayeron en la maquinaria del franquismo, todas estas historias van conformando un friso desgarrador pero apasionante.
“Conviene, sin embargo, decirlo ya, pues en ningún caso componen estas páginas una letanía sobre una España que pudo haber sido y no fue, ni un concierto de súplicas y lamentaciones. Conviene escribirlo desde el comienzo. Hay perdedores, porque hay ganadores y administradores de la victoria. Hay perdedores, además, que no merecen el reconocimiento sentimental ni el limbo de una feliz vindicación, que son pusilánimes y corruptos, como el rey Abd Allah, anacrónicos y reaccionarios, como los pretendientes carlistas, o antipáticos e implacables, como los comunistas españoles de la era republicana. Benito Pérez Galdós dijo en una ocasión que al escribir sobre los triturados y los marginados el cronista debía tener en cuenta las pasiones, no siempre enaltecedoras, que impulsan toda empresa humana.”
Como muestra del enfoque de la obra, hay un capítulo titulado “El verdadero San Ignacio”, en el cual se investiga el periplo vital de Juan Alfonso de Polanco, el secretario de no sólo de Ignacio de Loyola, sino también de Diego Laínez y Francisco de Borja, los tres primeros Superiores Generales de la Compañía de Jesús. Polanco fue el real artífice del milagro organizativo y comunicacional de la Compañía pero cayó en desgracia, luego del fallecimiento sucesivos de San Ignacio de Loyola y de Laínez por acusaciones soterradas de ser cristiano nuevo, más allá de las varias veces que Loyola había expresado su opinión favorable a no tener en consideración los orígenes de las personas, sino solamente los méritos de las gentes, cualesquiera que fueran, de donde quiera que viniesen.
Una lectura deslumbrante para acercarnos con una óptica distinta a la heroica historia de España.
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