Nuestro propósito hoy no es revisar y reiterar los errores del pasado. Los trabajadores norteamericanos son generosos. Van a perdonar. No pueden olvidar. Van a aprender. Pero se rehúsan a permitir una repetición de los errores del pasado. No se puede continuar ignorándolos. Deben asumir su merecido lugar en el consejo de la nación, ajustando las desigualdades existentes y ofreciendo estabilidad para el futuro…Pero existe una corriente de pensamiento en nuestro país que cree que una crisis industrial y financiera es una bendición. Le llaman a esto un inevitable ciclo económico. Afortunadamente, esta escuela de pensamiento no tiene muchos seguidores. Pero una parte significativa de quienes proponen estas ideas se encuentran en altas posiciones en las finanzas, la industria y la política de nuestro país. Desde esas posiciones de poder, visualizan un aumento generalizado del desempleo como parte de una llamada “ley de oferta y demanda” que creará un mercado de trabajo altamente competitivo y tendrá como resultado una caída de los salarios. Esa filosofía económica es contraria a los principios fundamentales del ser estadounidense.
Extracto del discurso de Fiorello LaGuardia, Alcalde de Nueva York, en ocasión de la celebración del Día de los Trabajadores durante la Feria Mundial de Chicago (1934)
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