El próximo 19 de noviembre se cumplen 50 años de la firma del Tratado del Río de la Plata y su Frente Marítimo, suscrito entre la República Oriental del Uruguay y la República Argentina. “Se trata, indudablemente, de uno de los hitos más importantes de la historia de la política exterior uruguaya, en tanto reafirmación de la soberanía nacional y al mismo tiempo de vocación para la integración regional”, dijo el senador por Cabildo Abierto Marcos Methol en el día de ayer en la exposición con motivo del aniversario en la Cámara de Senadores.
“Como ha señalado el ex canciller Gross Espiel, ‘desde la independencia la principal tarea de la diplomacia uruguaya era confirmar fronteras claras y definidas, de la forma más conveniente posible’. Y agregaba: ‘Lo peor para un país chico es no tener las fronteras claramente determinadas y definidas de manera convencional. Siempre la no definición corre a favor del grande y del poderoso’, citó Methol y agregó que no se trataba solamente de fijar los límites entre los países ribereños, sino también establecer el régimen jurídico frente a terceros países, nada más y nada menos que en un punto clave para el ingreso al interior sudamericano y para la proyección al Océano Atlántico Sur”.
El senador indicó que “tuvieron que transcurrir 143 años desde la independencia para que se resolviera la cuestión de límites con Argentina. Y la solución a la que se llegó, tras un intenso periodo de negociaciones, fue más abarcadora aunque tampoco estuvo exenta de polémicas. Hoy podemos afirmar, con la perspectiva histórica de estas cinco décadas de vigencia, que el Tratado constituye un instrumento jurídico de enorme utilidad que ha contribuido a la solución pacífica de las diferencias, a garantizar la seguridad, el tránsito y el comercio fluvial y promover el desarrollo económico del país”.
“La historia de la lucha por el control del Río de la Plata está íntimamente ligada al surgimiento de los primeros fuertes, asentamientos y ciudades en sus márgenes. A la fundación de Buenos Aires siguió la de Colonia en 1680 por parte de la corona portuguesa. Y en 1726 la corona española funda más al este la ciudad de Montevideo. En 1806 y 1807 se producen las invasiones inglesas a las principales ciudadpuerto del virreinato, y son derrotadas por parte de las milicias españolas y los líderes criollos. No obstante, el proceso emancipatorio era inevitable y se abrió el periodo revolucionario, los enfrentamientos entre federales y unitarios, los proyectos de confederación y finalmente la independencia de Uruguay y su reconocimiento como sujeto de Derecho Internacional. La Convención Preliminar de Paz de 1828 entre las Provincias Unidas y Brasil reconoce a Uruguay como estado soberano, pero no se definen límites fronterizos. En dicho acuerdo ambas partes se comprometían a ‘emplear las medidas que estuvieran a su alcance a fin de que la navegación del Río de la Plata y de todos los que desaguan en él se conserve libre para el uso de una y otra nación por el tiempo de 15 años’”.
En 1909 el canciller argentino Estanislao Zeballos planteó la teoría de la costa seca, según la cual todas las aguas quedaban bajo jurisdicción de Argentina. “En un clima de tensión, intervino luego la acción de destacados diplomáticos como Gonzalo Ramírez y Roque Sáenz Peña, que en 1910 firmaron un Protocolo binacional por el cual se mantenía el status-quo y se distendía el conflicto, reconociendo los derechos de ambas partes. Aunque no resolvió la cuestión de fondo, el Protocolo Ramírez-Sáenz Peña estableció que ‘la navegación y uso de las aguas del Río de la Plata continuará sin alteración’ y que ‘cualquier diferencia que con ese motivo pudiese surgir será allanada y resuelta con el mismo espíritu de cordialidad y buena armonía que ha existido siempre entre ambos países’. Esas gestiones, contemporáneas a las que se desarrollaban con el Barón de Río Branco, ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, que permitieron el Tratado de Condominio y Libre Navegación del Río Yaguarón y la Laguna Merín, lograron un importante resultado que aseguró la paz durante largas décadas y constituyó un antecedente del propio Tratado de 1973”.
Década del 60 y negociaciones
“En 1961 se firmó en Montevideo la Declaración Conjunta Argentino Uruguaya sobre el Límite Exterior del Río de la Plata. Este acto de gran relevancia tuvo importantes consecuencias jurídicas y fue otro de los más destacados antecedentes del Tratado”.
“Los presidentes Pachecho Areco y Onganía realizaron en 1968 una declaración sobre la integración latinoamericana y un año después ambos países firman el Tratado de la Cuenca del Plata junto a Brasil, Paraguay y Bolivia para desarrollar la integración física y facilitar la navegación por sus ríos. En 1969 el gobierno uruguayo decreta la extensión de su mar territorial hasta las 200 millas marinas desde la costa, señal que fue muy bien recibida por los argentinos, así como también se sanciona la ley de pesca 13.833. Por otra parte, recordaba el Capitán (r) Yamandú Flangini, alma mater del Tratado, que la idea de los negociadores fue ‘buscar puntos de contacto no conflictivos, que permitieran ir creando un clima eficaz para la búsqueda de soluciones más profundas’”.
“Faltaban pocos meses para que asumiera la presidencia argentina Juan Domingo Perón, quien ya había anunciado su interés en terminar con los litigios en materia de límites con Uruguay, lográndolo en su primer viaje a Montevideo, donde fue recibido con mucho entusiasmo por la población uruguaya. De ese modo, el 19 de noviembre de 1973, los gobiernos de Uruguay y Argentina firmaron el Tratado del Río de la Plata y su Frente Marítimo, que puso fin a la discusión de límites y resolvió otras cuestiones trascendentales para el futuro”.
50 años y proyección
“En este medio siglo de vigencia del Tratado el mundo ha cambiado mucho. Cambió la configuración geopolítica mundial y atravesamos una nueva fase de revolución científica, industrial y comunicacional. Sin embargo, el Río de la Plata mantiene su importancia estratégica en la medida que es una vía de entrada y salida principal a una extensa región del Mercosur que produce alimentos para cientos de millones de personas en el mundo”, destacó el senador.
“Nuestro homenaje entonces a todos quienes hicieron posible este Tratado y quienes trabajan día a día por la paz, la prosperidad y la integración de nuestras naciones”, cerró Marcos Methol.
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